lunes, 7 de octubre de 2013

Médicos peligrosos


Médicos peligrosos

 | Por Frank Correa
LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -La Salud Pública en Cuba creció luego del triunfo de la revolución  en  número de graduados. También en la construcción  de nuevos hospitales,  policlínicos, consultorios y postas médicas. Pero en los últimos años se  nota  un marcado retroceso en  la preparación de  galenos.
Muchos ejemplos  pudieran mencionarse. Recientemente,  una madre llevó a su pequeña de cinco años a la consulta de Pediatría, por problemas de gripe y otitis. Cuenta que la doctora le indicó Amoxicilina-500 mg cada ocho horas, una dosis demasiado fuerte para un infante, que le provocó diarreas, vómitos, dolor  abdominal, estomatitis y urticaria.
Cuando corrió para el policlínico con la pequeña deshidratada,   los médicos que la atendieron criticaron la posología  recetada por la pediatra, pero solo regularon la mediación, sin tomarse ningún  interés en esclarecer tan disparatado diagnóstico.
El periodista independiente  Juan Carlos Balmaseda narra otro caso. Su padre ingresado en terapia intermedia por insuficiencia cardiaca y enfisema pulmonar, tenía prescrito dos pastillas para combatir la infección. En el turno de la noche, el médico de guardia decidió suspenderle una, para evitar  caída  abrupta  de la presión arterial. A medianoche llegó  una estudiante con seis pastillas para administrarle a su padre. El colega, que  estaba a la expectativa,   se opuso resueltamente. La estudiante se había equivocado de cama.
Luis, mecánico de 50 años del callejón de Jaimanitas, cuenta que se intoxicó por alimentos consumidos en la fiesta de los CDR y fue atendido en el área Vital del policlínico. Pero tres enfermeras no lograron  canalizarle la vena para suministrarle un suero. Dice Luis que con el brazo adolorido y lleno de hematomas, se marchó del policlínico, de muy mal humor, no sin antes “mandar” a las tres enfermeras para la escuela nuevamente a estudiar.
Rosita, oficinista de 44 años, llevó a su hijo Roger Ángel al médico, pero regresó a  casa desilusionada. La doctora no supo encontrar la causa del malestar y le dijo en susurros: “A mí no me creas… pero parece que son los riñones…” .
Nerys Cruz informa, desde Palma Soriano, que un  extraño azote  ha aparecido en esta ciudad de la provincia Santiago de Cuba, que ha cobrado la vida de al menos cuatro niños en una semana. Los  médicos no han podido establecer  el agente patógeno asesino, pero tampoco dan la voz  de alarma sobre la aparición   de una posible nueva epidemia.  “El pueblo está en ascuas…  temen incluso mandar los niños a la escuela…”.
En las consultas de  hospitales y policlínicos se encuentran  jóvenes doctores recién graduados, que atienden  pacientes  y  a la vez  enseñan el “arte de curar”  a estudiantes de medicinas de “países amigos”. Los médicos mejor preparados cumplen misiones en el extranjero, combatiendo enfermedades desconocidas en Cuba, que  luego  traen,  pero a veces aquí  no se contempla todavía ningún  plan de contingencia.

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