Cuba actualidad, Marianao, La Habana, (PD) A punto estuve de redactar un artículo defendiendo las peculiares y pausadas reformas sin cambio del actual régimen, cuando se me aparecen en la primera plana del Granma con la orden de suprimir casi de inmediato las más populares y visibles manifestaciones del renaciente capitalismo cubano.
¡Y yo que pensaba comparar al locuaz Marino Murillo con los inteligentes magnates japoneses que implementaron las reformas Meiji alrededor de 1860!
Como es sabido, aquella renovación aplicada desde el poder le permitió al Japón incorporarse a la dinámica de la economía desarrollada.
Sin embargo, el equipo del general presidente parece no querer salir del miserable totalitarismo voluntarista donde estamos hundidos.
Como en las aventuras radiales de Los Tres Villalobos, la gente que se caía en el pantano, cuando intentaban salir, solo conseguían hundirse más.
Pensé que estaban adelantando unas transformaciones que conservarían las formas exteriores con el ritual de ceremonias, la retórica habitual y el calendario de fechas consagradas para cambiar radicalmente el contenido. Pero la nueva prohibición es un descomunal paso atrás y una concesión a los peores viejos tiempos.
Sucede que tanto las mesitas de reventa como las tiendecitas de nuevo tipo bautizadas por mi colega y amigo Jorge Luis Suárez como Timbiri-Shoppings, constituyen aportes creativos de la nueva generación de empresarios cubanos, quienes asumieron todos los riesgos y los costos para aprovechar los muchos espacios en blanco ignorados por el totalitarismo igualitarista. Lo mismo vale para los que enriquecen su oferta gastronómica poniendo al alcance de sus clientes las nuevas tecnologías del mundo del entretenimiento como la cinematografía en 3D.
Detrás de estas prohibiciones subyace el afán por conservar a toda costa los privilegios de los que han disfrutado hasta ahora solo los familiares de la élite burocrático militar. ¿Con qué van a impresionar a sus parientes y amigos estos abnegados patriotas si consienten que la pacotilla se ponga democráticamente al alcance del dinero?
En el caso de los 3D, se trata de renunciar al monopolio absoluto sobre toda la información a la que pueda tener acceso el siervo de la gleba.
Paradójicamente, este exabrupto coincide con el surgimiento de una insubordinación que ha brotado en el seno del ICAIC con la aparición de un grupo de 20 cineastas que parecen dispuestos a constituirse en la nueva administración de esa siempre polémica institución. Para mi asombro, esta información la acabo de encontrar en el periódico cultural El Caimán Barbudo (edición 377 del 2013), firmada por una veterana articulista roja, Paquita Armas Fonseca, al que gustosamente los remito.
Como ven, no todo es gris con pespuntes negros.
Atribuirle al equipo del general presidente una franca voluntad reformista sería exagerado. Sin embargo, las perspectivas no parecen favorecer a las élites conservadoras ni en La Habana ni en Hialeah. Los partidarios del continuismo estéril del totalitarismo no pueden ignorar el fracaso patente de su fórmula.
El conocido escritor y pedagogo literario Eduardo Heras León ha reconocido en una entrevista publicada en El Caimán Barbudo que el ideal del hombre nuevo ha resultado inalcanzable.
Por otra parte, la no menos envejecida élite del llamado exilio histórico debe admitir que la anhelada revancha no será de ninguna manera posible. Por mucho que les cueste a ambas minorías aceptarlo, el futuro pertenece al cambio real, cuya cartografía no obedecerá a su caprichosa voluntad.
Aunque me siento tentado a “cultivar a un piojo en mi corbata”, como recomendara el gran Nicanor Parra, prefiero repetir la oración de Rabindranath Tagore: “Gracias, Señor, porque no soy rueda del poder sino uno de los que él aplasta”.
Para Cuba actualidad: rhur46@yahoo.com
Foto: Osmar Laffita
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