viernes, 8 de noviembre de 2013

FREDERICA S. WILSON: El movimiento inconcluso de los derechos civiles en Cuba

FREDERICA S. WILSON: El movimiento inconcluso de los derechos civiles en Cuba
El Nuevo Herald4 de noviembre de 2013
Los ciudadanos negros de Cuba, al igual que los de muchos países, incluyendo Estados Unidos, poseen muchos menos bienes que sus compatriotas blancos, un legado doloroso de siglos de esclavitud y discriminación. Han sido excluidos en gran medida de la vivienda y la educación de calidad. Tienen menos oportunidades de entrar en industrias lucrativas como el turismo debido a la discriminación sistemática en la contratación.

La revolución se hizo supuestamente para lograr la igualdad. Y mientras la economía de la isla es pésima, la comida escasea a menudo, y los derechos políticos son limitados, “todos” –en teoría– se supone que sufran por igual.

¿Y los afrocubanos? Contrario a lo que sucede en Estados Unidos y otras sociedades abiertas, los ciudadanos negros en Cuba no pueden alzar la voz, ni organizarse para retar a un sistema que funciona en su contra.

Para mí es personal. Sentí una tristeza profunda al escuchar la historia de Damaris Moya Portieles, activista afrocubana de la democracia y líder del movimiento Rosa Parks por los derechos civiles de Cuba. En los últimos tres años, Damaris ha sido repetidamente acosada, golpeada y violada sexualmente por la policía política de La Habana. Su hijo de dos años de edad y su hija de seis años han sido asaltados y arrestados. Justo después que me reuní con sus colegas del Movimiento por la Democracia Afrocubana en Washington en septiembre, me enteré que la casa de Damaris fue desvalijada y que fue llevada de nuevo bajo custodia. ¿Su delito? Cuestionar el progreso racial en Cuba y la organización para el cambio.

Roberto Zumbrano, intelectual afrocubano, resumió muy bien la situación en un editorial en el New York Times a principios de este año. “Poner en duda el grado de progreso racial equivalía a un acto contrarrevolucionario”, escribió. “Esto hace que sea casi imposible señalar lo obvio: el racismo está vigente”. Como para demostrarlo con los hechos, Zumbrano fue despedido de su trabajo como editor en una editorial estatal tan pronto como el artículo fue impreso.

Los afrocubanos, víctimas de grandes sufrimientos cuando Cuba era colonia española y en los gobiernos posteriores, con razón sintieron esperanza cuando Fidel Castro llegó al poder bajo el lema de la igualdad. Pero los últimos cincuenta años han sido años de promesas incumplidas y aspiraciones insatisfechas. Los ciudadanos negros no solo son los más pobres, sino también los que tienen más probabilidades de ser disidentes y mártires en la Cuba del siglo XXI. Debemos permanecer con nuestros hermanos y hermanas afrocubanas que alzan sus voces contra las atrocidades del régimen castrista.

Los hermanos Castro jamás estarán de acuerdo con nuestros valores, como la libertad de prensa y un sistema judicial imparcial, pero es hora de que cumplan con su retórica sobre la igualdad racial. Las vidas de las personas valientes como Damaris Moya Portieles dependen de este cambio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario