Memorias de Berlín
Por Alberto Gutiérrez
15 de noviembre de 2013
Por Alberto Gutiérrez
15 de noviembre de 2013
En Cuba desde que era muy joven escuché "Pin, pin cayó Berlín. Pon, pon cayó Japón", el estribillo de una guaracha que compuso el percusionista "Chano" Pozo. Luego por algunas revistas, libros y lo que estudié en el curso de Geografía regional durante el bachillerato, supe otros detalles de Berlín. De hecho un amasijo de escombros al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis fueron derrotados de una vez por todas.
Sumado a los tejemanes que en Yalta y en Postdam determinaron la division y ocupación militar de Berlín y el resto de Alemania por los "Aliados", Stalín estableció la física e ideological frontera denominada Cortina de Hierro. Algo muy trágico en Europa después del devastador conflicto y atrocidades de gran calibre, por ejemplo alemanas en Babi Yar y rusas en Katyn.
Sumado a los tejemanes que en Yalta y en Postdam determinaron la division y ocupación militar de Berlín y el resto de Alemania por los "Aliados", Stalín estableció la física e ideological frontera denominada Cortina de Hierro. Algo muy trágico en Europa después del devastador conflicto y atrocidades de gran calibre, por ejemplo alemanas en Babi Yar y rusas en Katyn.
Inmediatamente comenzó la Guerra Fría, el enfrentamiento entre el Bloque Occidental liderado por Estados Unidos y el Bloque Oriental liderado por la Unión Soviética. Como si no fuera suficiente la República Democrática Alemana - establecida en la región este de Alemania y cuya capital se encontraba en Berlín Oriental- pasó a ser la vitrina de una realidad totalitaria controlada desde Moscú. Al mismo tiempo hacia el oeste la República Federal Alemana, de mayor extension territorial y con capital en Bonn, aunque relacionada a Berlín Occidental, bajo una atmósfera política diferente y si la presencia de tropas rusas, de manera paulatina se convirtió en el milagro económico alemán apoyado por el Plan Marshall, la ayuda norteamericana a diversos países europeos al momento de la postguerra. Mientras tanto en la lejana Cuba luego del funesto golpe de estado el 10 de Marzo de 1959 otras complicaciones aumentaron hasta llegar al 1 de Enero de 1959, el primer día en el camino a la tiranía que aún perdura. Junto al castrismo inicialmente aplaudido por un enorme porcentaje del pueblo cubano, me es imposible olvidar que en 1961 el fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos fue el comienzo de mis dudas hacia Washington.
También durante aquel verano la República Democrática Alemana erigió el Muro de Berlín. Una pared de hormigón en el límite entre Berlín Oriental y Berlín Occidental oriental con torres de vigilancia, sistemas de alarma, alambradas, patrullas dispuestas a matar, etc. Y cuyo objetivo era detener desde aquel "paraiso de trabajadores" el intenso éxodo o fuga de alemanes hacia el oeste. "Ejemplar" república donde el intento de escapar hacia la libertad implicaba el riesgo de ser apresado y hasta asesinado con la aprobación oficial. Un procedimiento ya también acostumbrado en Cuba. Allá las aguas frente al Estrecho de La Florida eran un cementerio virtual y entre los mayores horrores en el futuro un día tendría lugar el hundimiento del remolcador "13 de Marzo".
A mediados de la década de los setenta empujado por la curiosidad viajé a Berlín Occidental. Al salir de la terminal aérea en Tempelhof, uno de los aeropuertos de la ciudad, lo primero que observé fue el monumento al puente aéreo en 1948 para abastecer aquel sector en contra de las presiones de Stalin. Seguidamente visité lugares de interés como el Palacio de Charlottenburg, el sitio de las Olimpiadas de 1936 y Kufürstendamm.Luego de pasar la Columna a la Victoria durante la Guerra Franco Prusiana, Tiergarten y la Puerta de Brandenburg inaccessible por el muro, al enfrentar junto al impresionante Reichstag una línea de cruces en memoria a los alemanes masacrados cerca de allí mientras escapaban desde el este, concluí que me encontraba en una simbólica isla urbana rodeada por una jauría perversa.
Check Point Charlie, el paso fronterizo entre Berlín Occidental y Berlín Oriental en la zona norteamericana, también sitio de tensiones militares y espectaculares escapadas desde el este, me recordó "Canje en la noche" o "Night people", una pelicula producida en Hollywood y projectada en Cuba a mediados de la década de los cincuenta. El intenso tráfico de camiones comerciales entre ambos sectores confirmó lo que ya sabía por otras experiencias: la política está sujeta a los intereses que controlan el capital. Lo que importa es el "profit" hasta por encima de la sangre que se derrama.
"A Berlín no volveremos jamás" fue mi respuesta a quienes me acompañaban luego de un último vistazo desde la rivera sur del Río Spree opuesta al sector oriental. Daba por sentado que la trágica situación en aquella ciudad sería semejante a la de Cuba por un tiempo indefinido, pero estaba equivocado.
Mucho se ha escrito y hablado sobre la caída del Muro de Berlín en Noviembre de 1989. Mis conjeturas son limitadas pues desconozco bastante, pero considerando gran parte de los sucedido desde que en 1917 Trotsky recibió apoyo financiero en New York, difiero con lo expuesto en los medios de información. De todas maneras regresé a Berlín Occidental dos días después que comenzara la histórica conmoción frente a la Puerta de Brandenburg, haciendo patente mi rechazo físico ante lo que representaba el comunismo, el socialismo adulterado y ¿porqué no?, también las torcidas facciones del capitalismo que habían contribuído a tantos avatares desde el principio del siglo XX. Aún hoy cierro los ojos y junto a miles de alemanes en el asalto a la infame barrera escucho el ruido de mandarrias y otras herramientas exigiendo libertad.
Para entonces el lacayo de Stalin Walter Ulbricht al mando de la República Democrática Alemana había muerto, y Erich Honecker, su sucesor, a pesar de la frase "Los camaradas que han usado - en el muro - sus armas de fuego con éxito deben ser alabados" y el aumento de las cruces cerca del Reichstag, en definitiva se asilaría en Chile sin mayores consecuencias. Sin embargo, algo ya satisfactorio fue el paso de alemanes hacia el oeste sin el riesgo de ser detenidos o tiroteados. Ellos eran recibidos con euforia y algún dinero para gastar, consumían hamburguesas e inclusive compraban vegetales antes de regresar al este.
Por el reunificado Berlín anduve una vez más en 1992, llegando hasta lo que había sido el sector oriental a partir de la Puerta de Brandenburg y la avenida Unter den Linden. El muro mayormente era una línea marcada con adoquines en el pavimento, pero la mayor sorpresa fue la estatua del Barón Humbolt frente a la universidad del mismo nombre, con la inscripción en la base "Al segundo descubridor de Cuba. La Universidad de La Habana 1939"
Han pasado 24 años desde que el muro se destruyó y en todo Berlín el totalitarismo es historia. En cambio Cuba permanece hundida en la opresión y la miseria.
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