¿Se retomará la idea del Canal Vía Cuba?
GUANTÁNAMO, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Durante la dictadura de Fulgencio Batista surgió la iniciativa gubernamental de construir el Canal Vía Cuba. Si recuerdo haber leído bien, dicho proyecto consistía en hacer un canal que atravesara la isla de Cuba por una de sus partes más estrechas, entre las provincias de La Habana y Matanzas, con el objetivo de acortar la travesía de los buques procedentes del Océano Pacífico que pasaran por el Canal de Panamá rumbo a Las Bahamas, los Estados Unidos de América y Canadá, o viceversa.
Aquel proyecto fue rechazado por amplios sectores del pueblo, entre ellos el de los estudiantes, quienes protagonizaron un vigoroso movimiento de protesta liderado por la FEU. Alegaron que, si la isla se dividía, quedaría menguada la soberanía sobre el territorio nacional y que ese proyecto era un acto de entreguismo del gobierno de Batista a favor del gobierno norteamericano. Si se hubiera analizado fríamente esa iniciativa, habría sido evidente que el país iba a obtener pingües dividendos, muy semejantes a los que ha obtenido la República de Panamá después de recuperar la zona del canal gracias a la aplicación del Tratado Torrijos-Carter, aunque siempre existe el riesgo de que los grupos aupados por el poder saquen su tajada corrupta de lo que pertenece al erario público, algo que no es un fenómeno exclusivo del capitalismo.
Más de cincuenta años después de aquella idea (que no prosperó no por las razones alegadas por los valerosos muchachos de la FEU, sino por el repudio que generaba Batista hacia su persona y gobierno luego de haber quebrantado el orden democrático del país), los hechos concurrentes en la geopolítica, el comercio del mundo y de la región en la que nuestro país se halla situada indican que la idea puede estar sujeta a un nuevo examen.
No lo afirmo porque el actual gobierno cubano haya ofrecido algún indicio que revele su intención de retomar el proyecto, sino porque, de hecho, la creación de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel y su puesta en funcionamiento se encargarán de poner el tema sobre el tapete.
Si tenemos en cuenta la nota del pasado tres de noviembre del periódico Juventud Rebelde, y si la denominada Zona Especial de Desarrollo del Mariel no se convierte en un fiasco más, es posible que pronto comiencen a llegar las inversiones. Sabemos que nuestra época no se caracteriza por la práctica de una ética profunda, sino que está indeleblemente marcada por la búsqueda de dinero y bienestar a todo trance.
Si a ello unimos el hecho de que en su gran mayoría los países con economías emergentes o ya establecidas -como India , China , Corea del Sur, Malasia, Japón, Singapur , Viet Nam y Taiwán- hacen que sus flotas transiten por el Océano Pacífico y atraviesen el Canal de Panamá para llegar hasta Cuba, y que la flota norteamericana -aunque se mantenga el embargo- lo hace también para luego bordear el extremo occidental de nuestra isla en sus viajes de regreso, es obvio que en las circunstancias actuales tal proyecto resulta muy tentador. Añado que Nicaragua ha expuesto su decisión de construir su propio canal. Cuando éste quede terminado, el viejo proyecto cubano podría convertirse en algo muy viable.
De retomarse, estaría por ver con qué argumentos se le presentaría al pueblo lo que rechazaron hace más de cincuenta años varios de los que hoy permanecen dentro del gobierno y el partido único. En la vida existen poquísimas decisiones válidas para siempre; lo que en un momento fue bueno no tiene por qué seguir siéndolo más de cincuenta años después, y viceversa, y si alguien duda que nos lo pregunte a los cubanos.
También en este caso, como siempre, la vida dirá la última palabra, aunque esta vez empujada cariñosamente por la envidiable posición geográfica de la isla.
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