lunes, 6 de enero de 2014

Apuntes sobre las imprentas y librerías de La Habana (IV)

Jorge Luis González Suárez
Cuba actualidad, Nuevo Vedado, La Habana, (PD) Marianao como un polo aislado contó también con su librería, Proa, ubicada en 51 entre 118 y 120. Esta fue además un símbolo dentro del ambiente libresco por sus características. Sus propietarios fueron Herminio Almendros significativo pedagogo que escribió y compiló libros para niños y jóvenes, donde se destacan Había Una Vez la selección de cuentos más editada en Cuba y Nuestro Martí, breve biografía del Apóstol para los adolescentes y la grey infantil.
El otro dueño de este sitio fue Francisco Alvero Francés, al que cariñosamente llamaban Paco y que escribió numerosos textos sobre ortografía, cuyo título Lo Esencial en la Ortografía es casi un clásico que se reedita todavía.
La Editorial González Porto se identifica con las siglas UTEHA (Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana). Fundada en La Habana, traslada su casa matriz para México durante la crisis económica de la década del 20, pero deja un establecimiento en la calle Obispo Nº 409 entre Compostela y Aguacate. Sus principales ofertas eran los libros de arte, literatura, Historia y las famosas enciclopedias.
Dos lugares revisten singular interés en este corto panorama. Uno es la Librería Canelo, el otro la Librería Martí, ambas dedicadas a la compra venta de libros de uso.
Canelo debe su nombre a las características físicas de su dueño, Manuel Rodríguez Ramos, quien tenía la cara pecosa. Se dice que fue un gran comunicador, además de periodista, escritor, y violinista, que poseía un valioso Stradivarius. Ambientaba el local con güiros que colgaba del techo y vendía también otros instrumentos y partituras musicales.
Se estableció primero en 10 de Octubre, pasó a Monte Nº 17 y finalmente se asentó en Reina Nº 259 entre Manrique y Campanario. Esta unidad data del siglo XIX y es posiblemente la más antigua de Cuba. Hoy mantiene sus puertas abiertas en este sitio y como en sus primeros tiempos realiza un comercio de compra y venta de libros usados con el nombre de Librería Avellaneda.
El otro mercado que mantiene particular interés es la Librería Martí. Su propietario Manuel Álvarez González tuvo como primera localidad un pequeño espacio en la calle Dragones. Se muda de manera definitiva para O,Reilly Nº413 y ahí se mantuvo hasta su desaparición posterior a la Revolución. Su reglón de ventas al igual que el caso anterior fue el de los libros de uso.
Este librero dejó en su labor profesional un trabajo digno de admiración por su utilidad e importancia histórica: "El Catálogo de Libros Cubanos Antiguos y Modernos de Venta en la Librería Martí". Su última edición (1959-1960) realizada en dos tomos, resulta la más completa y de importancia vital para tener una visión de los libros editados con existencia en esos instantes con sus precios. El otro catálogo comparable es el "Cervantes" de la Cultural SA.
Hubo numerosas pequeñas librerías cuyos propietarios fueron cubanos que poco a poco se integraron a este mercado. Estuvieron diseminadas casi siempre dentro del círculo comercial de la ciudad. También las grandes tiendas por departamentos como El Encanto contaban con una sección de venta de libros. Esto datos reflejan la magnitud de lugares donde se podía adquirir libros.
Actividades Culturales.
Ya se ha hecho mención como parte de estos hombres, emprendedores en su mayoría de pequeños negocios, realizaron labores a favor de la cultura nacional. Las acciones más importantes fueron las tertulias. Entre las de mayor importancia están las de Rambla y Bouza, Studium, Ediciones Montero y la de mayor relevancia situada en La Victoria ya antes mencionada.
El 23 de abril de 1944 estos libreros efectuaron la primera celebración oficial del Día de la Lengua Española o Día del Idioma. Hoy se mantiene esta tradición como el Día del Libro y la Rosa donde se obsequia una flor a quien adquiera un libro. Esta fecha sirve de homenaje a tres grandes de la literatura universal. Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega.
El 13 de mayo de 1944 un grupo de estos activos comerciantes logró constituir la "Cámara Cubana del Libro". Organismo que tenía dentro de sus funciones activar y proteger a todos aquellos que efectuaban su negocio con este producto cultural. Vale destacar las intenciones de estas personas que en tiempos difíciles trataron de resguardar un elemento patrimonial para la patria.
Se debe señalar que desde 1937 se celebraron Ferias del Libro, sin llegar a la magnitud de las actuales. Estas se hacían por lo general en el Parque Central y contaban con presentaciones y conferencias de la intelectualidad de entonces, empeño también válido a favor de este medio que auspiciaba el "Patronato del Libro Cubano".
Para Cuba actualidad: jorgelibrero2012@gmail.com

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