domingo, 23 de marzo de 2014

INTELIGENCIA CORPORATIVA

Inteligencia Corporativa
 
¿Guerrilla urbana vs ocupación cubana?
Esta revuelta venezolana ha tenido logros tan impresionantes que ha colocado
al gobierno de Maduro en un predicamento mucho más comprometido, en términos
tácticos, estratégicos y políticos, que el que vivió Chávez en abril de 2002
 
El Ejército es la última carta del gobierno y la raya amarilla ya ha sido
rebasada por los jóvenes rebeldes que progresivamente han encontrado
respaldo de otros sectores sociales materializando la crisis más seria que
ha vivido la revolución bolivariana en 15 años
 
Por Orlando Ochoa Terán
 
En estricto sensu no se podría decir que la amplia presencia de militares
cubanos dentro de las Fuerza Armada Nacional constituye una ocupación
militar en Venezuela. No obstante la subordinación de Nicolás Maduro y de
altos funcionarios, como Jaua, es tan insolente y la influencia de los
Castros en asuntos soberanos de Venezuela tan notoria y ostensible que
internacionalmente y desde hace años es ya un lugar común reflexiones
humillantes como las que se hiciera recientemente un columnista en el diario
ABC de España: “¿Cómo una empobrecida y pequeña isla caribeña puede
controlar a una nación mucho más educada, grande, moderna y rica sin una
guerra de ocupación?”. La FAN aún no responde a esta pregunta pero la razón
es clara. Esta “ocupación” ha sido consentida por el gobierno bolivariano y
sin duda es un factor clave en esta rebelión de venezolanos.
 
¿Ha devenido la guarimba de estudiantes en guerrilla urbana? Para sorpresa
de los entendidos y de los torpes bolivarianos que dirigen la represión, la
extensión y la profundidad que han adquirido estas acciones en todo en
territorio nacional dejaron de tener la connotación de guarimba. La
logística para sostenerse por más de un mes en escenarios simultáneos, la
capacidad para desplegarse, retomar la ofensiva y replegarse cuando las
circunstancias así lo aconsejen, son elementos que la doctrina del conflicto
define como guerrilla urbana. Los jóvenes venezolanos han puesto en práctica
con gran rigor elementos dinámicos básicos de la guerra de guerrillas que en
la práctica es el reverso de una confrontación convencional. En la guerrilla
la ortodoxia de la concentración es reemplazada por la fluidez de fuerzas y
dispersión. Evitar defensas estáticas, eludir confrontaciones en desventaja
y el “hit and run” es la norma.  La guerrilla, como vemos en Venezuela, es
librada por unos grupos y respaldada por muchos y opera más efectivamente
cuando recibe respaldo colectivo y despierta simpatía en las masas. Un
aspecto importante que no puede ser separado de otros son los factores
combinados de geografía y matemática. La relación espacio-fuerzas que
aplican los estudiantes ha provocado una impotencia progresiva de las
fuerzas represivas. ¿Cuantos GNB y PNB se requieren para controlar cada 2 km
cuadrados de espacio urbano?  
 
¡Cubanos, go home!
Los cubanos y sus aliados venezolanos están recibiendo dosis de su propia
medicina.  Las más exitosas guerrillas se originaron contra una ocupación
extranjera. La designación castellana de “guerrilla” que se impuso en todos
los idiomas, lo origina la resistencia de los españoles a la ocupación del
territorio ibérico por el ejército napoleónico. La magistral obra de T. S.
Lawrence, Seven Pillars of Wisdom  desarrolla una doctrina de la guerrilla
enfocada en el valor de la ofensiva que surge de su experiencia en la
Revuelta Árabe contra la ocupación de los turcos durante la Primera Guerra
Mundial. La ocupación militar nazi de Europa provocó resistencia y guerra de
guerrilla. Entre las más exitosas se cuenta la dirigida por Tito en
Yugoslavia con sus partisanos comunistas croatas. La guerrilla comunista de
Mao se fortaleció hostigando con acciones guerrilleras al ejército de
ocupación japonés.
 
Esta revuelta venezolana devenida en guerrilla urbana ha tenido logros tan
impresionantes que ha colocado al gobierno de Maduro en un predicamento
mucho más comprometido en términos tácticos, estratégicos y políticos que el
que vivió Chávez en abril de 2002. En esa ocasión el Ejército se dividió en
torno a la decisión de enfrentar a pueblo indefenso con armas.
 
¿Está dividido el Ejército en esta crisis? En un escenario tan polarizado es
inevitable. Sin embargo, existen áreas en las cuales se sabe que hay
consenso o por lo menos una mayoría abrumadora que piensa que la gravedad de
la crisis aún no justifica la participación de tropas del Ejército en la
calle. Esta abstención es de por sí de especial significación. De los
componentes de la FAN sólo la Guardia Nacional, con un perfil policial, ha
respondido a las órdenes arbitrarias de reprimir. ¿Permanecerá el Ejército
en los cuarteles?
 
¿Rebelión en la granja armada?
Una forma de insubordinación o rebelión de un soldado es rehusarse a cumplir
una orden. Excepto que la orden tenga como propósito obligarlo a violar
derechos humanos o actos que entran en los  supuestos de crímenes de guerra
conforme al derecho internacional.
 
El Ejército es la última carta del gobierno y la raya amarilla ya ha sido
rebasada por los jóvenes rebeldes que progresivamente han encontrado
respaldo de otros sectores sociales materializando la crisis más seria que
ha vivido la revolución bolivariana en 15 años. ¿Se ha negado Maduro, por
escrúpulos o sensibilidad humana, a ordenar al Ejército a contener la
revuelta popular que amenaza con un nuevo orden político? Si, por razones
obvias, descartamos los escrúpulos o una sensibilidad humana que no ha
mostrado con el uso de la GNB y colectivos criminales, se podría inferir que
el Ejército se ha negado. Sin embargo, la realidad parece otra.
 
Altos comandantes del Ejército, sin que se lo preguntaran, han deslizado un
argumento sibilino al gobierno de Maduro que por ahora ha inmovilizado la
decisión política desesperada de acudir al principal estamento militar para
contener la inercia que los empuja hacia el precipicio. El mensaje fue
claro, contundente e incontestable. Todos saben que ocurrirá si salen tropas
bisoñas del Ejército a la calle. En todos estos años los bolivarianos no han
disimulado su empeño en llevar a juicio a los oficiales del Ejército de la
era democrática que, siguiendo “órdenes superiores”, salieron a la calle el
27-F a contener la “rebelión popular”. Según los acusadores de la propia
revolución bolivariana, la “responsabilidad del superior” no los eximió de
los abusos de derechos humanos.
 
¿Con estos antecedentes se expondrán los comandantes a ser reos de la
“responsabilidad del superior” del Estatuto de Roma o el estándar Yamashita,
como también se le conoce? Fin del mensaje

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