MIÉRCOLES, 26 DE MARZO DE 2014 00:00
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Cuba actualidad, Habana Vieja, La Habana, (PD) En Cuba hace muchos años funciona en realidad un capitalismo primitivo y subterráneo que se ha adueñado de todos o casi todos los sectores de la sociedad. Y este "capitalismo" ha afectado a muchos profesionales.
La salud pública, por ejemplo, en gran medida es un eufemismo. Es cierto que miles de médicos actualmente ofrecen sus servicios en países necesitados, como es el caso de Haití, donde me responsabilizo al escribir que están demostrando un corazón que no les cabe en el pecho, pero los médicos en Cuba, en algunos casos, han sido corrompidos por los propios pacientes, por la propia población que no cree en el cuento de la medicina gratuita y piensan que si no le hacen un regalo al galeno éste no hará sus mejores esfuerzos por atenderlos. Y son los bajos salarios de los médicos los que hacen que estos se sientan presionados económicamente y acepten estos regalos que en realidad son un soborno.
Sé por un amigo español que en España la medicina se divide entre la que se ejerce privadamente, y la que está supeditada al Estado. Y que tanto los profesionales como los instrumentos y equipos de la medicina estatal en España tienen mejor calidad que la medicina privada, y la población española, aunque pertenezca a la clase media, prefiere acudir a los médicos estatales.
Y cuando un paciente o sus familiares se atreven a ofrecerle cualquier tipo de regalo a los médicos estatales, estos se escandalizan, pues según la ley española al médico que trabaje para el Estado y se le compruebe que ha aceptado un regalo de los pacientes y familiares puede ser sancionado a la separación de por vida del ejercicio de la medicina, y como el Estado español les paga bien, ningún médico con dos dedos de frente acepta un regalo o "estímulo".
El caso cubano es el clásico ejemplo de que el socialismo es más pronto un fracaso cuando sus dirigentes no saben conducir a la sociedad. Larga sería la lista si pudiéramos recopilar los nombres y apellidos de los profesionales que han aceptado sobornos, regalos, prebendas, y todo aquello que lleva a la descomposición de la conciencia.
Y la cuestión es: ¿funciona realmente el totalitarismo de Estado para fomentar y desarrollar una sociedad y un individuo mejor, o es el capitalismo brutal y salvaje quien está llamado a continuar gobernando el alma de los pueblos?
Para Cuba actualidad: ramon597@correodecuba.cu
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