miércoles, 16 de abril de 2014

Un “paseo” en coche por Cienfuegos

Un “paseo” en coche por Cienfuegos

En un país donde las leyes no protegen a los ciudadanos, el maltrato a los animales es cotidiano

Contando el dinero, las riendas sueltas- Foto Alejandro Tur
Fotos: Alejandro Tur
LA HABANA, Cuba –Bruno es un cubano con suerte: se casó con una alemana y se fue a vivir con ella hace algún tiempo. El año pasado vinieron de vacaciones por quince días. Como él tiene una hermana en Cárdenas, fueron a pasarse unos días con ella. Y como estaban cerca de Varadero, en las mañanas disfrutaban de la playa.
Dice que la pasaron muy bien, pero lo que más fascinó a su esposa fueron los coches de caballos. Por eso, todas las tardes alquilaban uno para pasear por la ciudad. Según Bruno, los coches, de cuatro personas, eran tirados por dos caballos, y tenían capotas plegables y asientos acolchonados que hacían el paseo muy agradable.
Uno de esos días, conversando con el cochero al que siempre le alquilaban, este les dijo que en Cárdenas este medio de transporte era una tradición de siglos pasados, pero que en otras ciudades, como Cienfuegos, los habían adoptado para resolver la escasez de transporte. Después de esta conversación, la pareja decidió que en sus próximas vacaciones pasarían una semana en Cienfuegos para conocer la ciudad, paseando en coche.
Pero este año fue tan impactante la situación con que chocaron en la Perla del Sur (Cienfuegos), que regresaron para La Habana anticipadamente. Cuenta Bruno que aquellos no son coches, sino carromatos de un solo caballo –pues el gobierno no permite usar dos–, con asientos de cabilla y madera para ocho personas, y el estribo de cabilla soldada, tan estrecho que subir se hace difícil y peligroso. Pero lo más deprimente es el maltrato que sufren los caballos, que deben transportar la pesada carga formada por el andamiaje del carromato más el peso de los pasajeros, y son golpeados salvajemente cuando les fallan las fuerzas.
Datos sobre la carga - Foto Alejandro Tur
Los caballos son azotados brutalmente ante la vista indolente de clientes y autoridades
Mientras hacían la cola para el regreso, Bruno motivó la conversación para sensibilizar a los presentes y les habló de lascinco libertades del bienestar animal, promulgadas desde 1980, como no padecer sed ni hambre, incomodidades, lesiones, dolor, enfermedad, miedo ni angustia, y tener la posibilidad de comportarse de manera normal. Asimismo, conminó a los pasajeros a hacerlas cumplir.
Comenta el matrimonio que en Cienfuegos se violan estos principios, que los caballos son azotados exageradamente ante la vista indolente de clientes y autoridades, y que los golpes y las pesadas cargas de las que los obligan a tirar les provocan mataduras. Muchos caballos caminan sin herraduras a pleno sol por el pavimento, y pasan sed y hambre, según se ve por lo flacos que están. Frecuentemente los cocheros los obligan a forzar el paso para arrebatarles el pasaje a los competidores. Incluso, el cochero con el que regresaron, en lugar de azotar al animal, hacía sonar una cadena para que este se apurara, lo que hizo sospechar a la pareja que el caballo había sido golpeado con ella en otras ocasiones.
En Cuba existe la Comisión de Bienestar Animal, perteneciente al Consejo Científico Veterinario de Cuba, y al menos oficialmente se apoya la Declaración Universal sobre el Bienestar Animal propuesta por el Consejo Internacional de Ciencias Veterinarias en mayo de 2011. Sin embargo, hasta el momento no se ha implantado una ley para hacer cumplir esta Declaración.

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