jueves, 3 de julio de 2014

El tap dance, una curiosa forma de transculturación

Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)
Cuba actualidad, Guanajay, Artemisa, (PD) Amén de los efectos negativos que dejó la esclavitud de los africanos en América, trajo aparejados elementos socioculturales que influyeron de forma definitiva en la creación de nuevas formas artísticas.
El baile conocido como tap o claqué se originó cuando en Norteamérica prohibieron a los esclavos el uso de tambores, cornetas o cualquier otro instrumento que pudiera servir para el envío de mensajes o señas entre ellos, después una sangrienta rebelión que tuvo lugar a mediados de la década de 1730, en Carolina del Sur.
Para mantener vivas sus raíces, los esclavos llevaban el ritmo con los pies, a la vez que ingeniaron una novedosa danza donde movían todo el cuerpo.

Este baile, influenciado por las danzas del este africano, se fusionó con el step-dance de Irlanda y el clog-dancing de Inglaterra.
Fue una peculiar forma de transculturación, enriquecida por la originalidad de los bailadores, que incorporaron nuevas formas, como los saltos y el intercambio de pasos.
El tap llegó a tener un espacio garantizado en Broadway durante las décadas del 20 y el 30 del pasado siglo.
Aunque en un principio el tap fue un modo danzario especialmente para hombres, no faltaron mujeres que aunque en minoría, también se destacaran como excelentes bailadoras, como fue el caso de Eleanor Powell, que hacía palidecer a hombres y mujeres por su destreza en el escenario y es considerada por muchas razones una estrella del tap.
No fue un baile exclusivo de negros. Hombres y mujeres de distinta coloración de piel se adueñaron de él y llegaron a ser grandes bailarines.
El cine no quedó al margen del tap; muestra de ello es la película de 1952, ?Cantando bajo la lluvia", con Gene Kelly y la bellísima actriz Cyd Charisse.
Para los afroamericanos el tap constituyó una carta de presentación a los grandes espectáculos. Uno de los más reconocidos zapateadores que logró llevar su arte a la pantalla grande fue Bill Robinson, que se hizo muy famoso con su baile de las escaleras, llevado a la pantalla en la producción cinematográfica de 1935, "The Littlest Rebel" ("El más pequeño rebelde"), donde con maestría y sapiencia, le imprimió al baile el ritmo natural de sus ancestros y la sandunga viva de su raza. Aunque tuvo múltiples imitadores, nadie hasta hoy ha logrado el grado de perfección que logró imprimir a sus tacones.
El tap, además de una modalidad danzaría, refleja también una forma de resistencia cultural, y un arraigo sensible en el sentido de pertenencia, ya no para una raza, sino un símbolo cultural de un país en pleno.
Para Cuba actualidadmal26755@gmail.com

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