lunes, 28 de julio de 2014

LA INFAMIA CONTRA JUAN CARLOS GONZÁLEZ LEIVA.


De: Francisco Pastor Chaviano González <franciscochaviano@gmail.com>




LA INFAMIA CONTRA JUAN CARLOS GONZÁLEZ LEIVA.



Hace algunos días, un ex prisionero de conciencia conocido y que merece todo mi respeto, a pesar del incidente, comenzó a despotricar del compatriota invidente Juan Carlos González Leiva,  de quien dijo: solía ser un malversador que acostumbraba a cogerse el dinero que le entregaban para la causa y además un depravado para con las mujeres: un día le atraparon teniendo sexo con una acompañante en el baño de la habitación de internet en la Embajada de Holanda, que esta sede ponía al servicio de los cubanos y producto de eso, cortaron ese servicio a la oposición.



Me quedé asombrado de que estas bolas de hace más de un lustro, todavía estuviesen rodando y haciéndole daño al compatriota, y como estuve presente en el escenario de la creación de ambas, considero un deber dar mi testimonio sobre lo sucedido. El Consejo de Relatores de Derechos Humanos que Preside Juan Carlos González Leiva, cuando salí de prisión en 2007 estaba extendido por todo el país y realizaba una encomiable labor de base amplia, cosa que molestaba muchísimo a Elizardo Sánchez Santa Cruz y tras él al G-2. Elizardo y su alter ego Héctor Palacio Ruíz, conocieron que el ciego no había podido cumplir a cabalidad con la entrega de unos premios en metálico pendientes y decidieron utilizar esto para agredir a Juan Carlos y destruir su organización. Inventaron que el mismo había recibido el dinero con destino a los premios y se lo había cogido, propalaron la infamia a los cuatro vientos y conminaron a todos los que teníamos alguna amistad con ellos a abandonar la Comisión de Relatores, razón por la que esa organización perdió el apoyo de muchos opositores de valía y aunque People in Neet, patrocinador del concurso envió carta aclaratoria exonerando a Juan Carlos de responsabilidades, ya el daño estaba hecho y además continuaron dándole curso malsano tras bambalinas.



Con la Embajada de Holanda pasó una cosa parecida: tras la salida de la funcionaria Cecilia, ministra consejera de esa sede a la cual había mucho que agradecer, ese país decidió cambiar su política en su misión en la Habana y reajustó su programa de apoyo a la disidencia, reduciendo drásticamente el tiempo de internet. Enterados Elizardo y Palacios de esto, no sé si a través de la Embajada o del G-2, decidieron aprovechar la ocasión para volver a atacar al ciego, e inventaron el que le habían sorprendido en el baño con una mujer y que producto de ello se había fastidiado los servicios de internet para la oposición. Así nos lo dijeron a todos y expandieron a los cuatro vientos la calumnia colosal. En una maniobra especial, Palacio nos invitó a un grupo de dirigentes de la oposición para ir a conversar con el nuevo funcionario para ver cómo se podía salvar la falta. El funcionario nos recibió y en la conversación nos hizo saber la determinación de limitar el servicio de internet que ellos daban, pero sin relacionarlo con problema alguno. Palacio con la habilidad para la maldad que le caracteriza, aprovechó el momento para decirle al funcionario: “Estamos preocupados porque sabemos lo que ocurrió aquí con Juan Carlos González Leiva y como usted sabe esas cosas nos perjudican a todos, - el funcionario le miraba con semblante de desatino, como quien no sabe de lo que le están hablando – y enfatiza Palacio: ¿No es así? – el funcionario terminó balbuciendo: si, si?” Hecho que yo  percibí extrañado. Días después cuando dieron los horarios recortados  de internet, Juan Carlos fue el que más número de horas conservó. Con esto quedó claro para mí de que no era cierto lo propalado contra el invidente. Sin embargo, estos aviesos señores, Elizardo y Palacios, lo han seguido divulgando de forma aviesa, como lo muestra el caso, pues el compatriota en cuestión fue puesto en libertad en 2011, es decir, cuatro años después del incidente de los premios de People in Neet y a casi dos años de lo de la Embajada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario