JUEVES, 31 DE JULIO DE 2014 11:31
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Cuba actualidad, Cidra, Matanzas, (PD) Ya es historia la celebración del aniversario 61 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, protagonizados por un grupo de jóvenes comandados por Fidel Castro, el 26 de julio de 1953.
La población de Cidra, localidad situada en el municipio de Unión de Reyes, provincia de Matanzas, integrada por más de 4 mil habitantes, no participó en los festejos organizados por el oficialismo.
Esto se debió a los excesivos gastos que tuvieron durante el reciente "carnaval" que se realizó del 18 al 20 de julio. También, al desinterés por recordar una fecha que no tiene mucho que ver con los intereses populares, porque dichas acciones armadas, aunque fracasaron, constituyeron el embrión del espantoso régimen militar que, hoy, oprime a la ciudadanía.
Aunque en este último "carnaval" de Cidra hubo carroza, comparsa, aparatos móviles de diversión para niños, intérpretes musicales y abundantes bebidas alcohólicas y comida, los precios de todo lo que se comercializó estuvieron por las nubes, es decir, se mostraron fenomenalmente altos.
Por tanto, al arribar a lo que el régimen denomina como el "Día de la Rebeldía Nacional", el pasado 26 de julio -jornada que debiera ser luctuosa, y no festiva, por los muertos que hubo-, los bolsillos de los habitantes de Cidra estaban vacíos.
Pero no sólo los bolsillos, también el alma. El incumplimiento de la promesa del exmandatario Fidel Castro de "cambiar todo lo que debe ser cambiado" ha desanimado a un pueblo que se cansó de sobrevivir en la miseria material y espiritual. A los nacionales les indigna que sus gobernantes gocen de escandalosos privilegios y vivan, no de su salario, sino de la corrupción tolerada.
Ni una sola organización de base de los denominados Comités de Defensa de la Revolución celebró la fecha del 26 de julio, en Cidra. Nadie adornó las casas y calles como antaño. Pocas personas vieron y escucharon el acto político-cultural nacional que se realizó en la provincia de Artemisa, cuyas palabras centrales estuvieron a cargo del impopular Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez.
Los pobladores de Cidra más bien se quejaban porque durante los tres días feriados (25, 26 y 27), las estatales tiendas de alimentos venderían sólo leche y pan hasta medio día. Los jóvenes hablaban sobre el último muchacho que resultó apuñalado en la zona recreativa del Viaducto, ciudad de Matanzas. Las madres, por su parte, consideraban qué alimento llevar a la mesa de sus hijos.
Ni siquiera los más fervientes miembros del Partido Comunista local recordaron la fecha del 26 de julio. Pasó inadvertida. Ellos, al igual que el resto de la población enfrentan las nefastas consecuencias del alto costo de la vida en Cuba, cuya población se hartó de ladrones, mentirosos, asesinos y politiqueros.
Para Cuba actualidad: sanchesmadan61@yahoo.com
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