miércoles, 20 de agosto de 2014

ENREDO SOCIALISTA

Maduro enredado en reacomodar al chavismo

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(Foto Reuters)
(Foto Reuters)

Las renuncias ministeriales anunciadas esta semana son una señal de que el régimen de Nicolás Maduro está ahora más cerca de anunciar los cambios que realizará al aparato burocrático, pero aún está por verse si el anunciado “sacudón” traerá realmente cambios en la arquitectura de poder del chavismo o si consistirá de modificaciones cosméticas, advirtieron analistas a El Nuevo Herald.
Antonio Maria Delgado
adelgado@elnuevoherald.com
Y es que Maduro está involucrado en la ambiciosa tarea de reacomodar las esferas de poder dentro del chavismo para emerger fortalecido como máximo dirigente del movimiento y poder aplicar sin resistencia las políticas urgentemente necesitadas para enfrentar la crisis económica
Es una tarea sumamente delicada y difícil de aplicar, según los analistas, que afirman que esa ha sido realmente la razón por la que Maduro lleva meses postergando el anuncio de su gran plan para solucionar el caos político y económico que aflige a la nación sudamericana.
“Todo está atado a las facciones de poder dentro del chavismo y en cómo repartir el poder a partir de ahora”, comentó desde Caracas Oswaldo Ramírez, presidente de ORC Consultores.
Es un juego que se une a la necesidad de “apretarse el cinturón en este momento para tratar de reducir el gasto y tratar de poner un poco de orden dentro de todo lo que representa la burocracia estatal”, agregó Ramírez.
El ordenamiento del gasto y del aparato estatal es precisamente lo que Maduro ya lleva meses anunciando para encarar una de las más severas crisis económicas de las últimas décadas.
“Hay que pasar a una nueva etapa, una nueva etapa de construcción”, declaró Maduro a mediados de julio.
“Vamos a una sacudida completa de los mecanismos de gobierno para entrar en una etapa de eficiencia verdadera”, anunció el mandatario al explicar que el proceso de reestructuración tendrá gran impacto en la organización del aparato burocrático del país, proceso que el propio Maduro calificó de “difícil”.
Y tan complicado ha sido que los anuncios de los cambios han sido postergados en distintas oportunidades, llevando a muchos a pensar que habían quedado descartados hasta que el vicepresidente Jorge Arreaza anunciara el lunes que los ministros y altos funcionarios del chavismo han puesto todos sus cargos a la orden.
“Como equipo de trabajo, hemos puesto el cargo a disposición del presidente Nicolás Maduro para que tome las decisiones en la reorganización del poder ejecutivo, en la reorganización del estado revolucionario en los próximos días”, dijo Jorge Arreaza a la televisión oficial tras presidir un Consejo de Ministros.
Esas renuncias son una oportunidad que Maduro no debe desperdiciar, consideró Jesús Seguías, presidente de la firma de asesores DatinCorp.
“Maduro tiene que aprovechar la oportunidad para generar los cambios que realmente debe dar sin tanto ‘manguareo’ [desperdiciar tiempo]. Se espera que haya un verdadero cambio y no que los ministros sean enrocados de nuevo”, dijo.
De hecho, muchos de los ministerios que presiden deberían ser simplemente eliminados.
“Debería salir de algunos ministros que ocupan puestos que en realidad ya no tienen mucho sentido. Venezuela tiene unos niveles de burocracia ministerial más altos del mundo. Una multiplicación de funciones que no tiene sentido”, comentó.
El aparato burocrático de Maduro incluye a 30 ministros y más de 110 viceministros que forman parte de una de las mayores burocracias per cápita en el mundo. El recorte de ese aparato es esencial para reducir un gigantesco déficit fiscal que está detrás de gran parte de los desequilibrios macroeconómicos que afectan a la nación petrolera.
Pero recortar el aparato burocrático significa el recorte de cuotas de poder para las distintas facciones que conforman el chavismo, facciones que tienen peso y son poderosas.
“Al estar debatiéndose entre las distintas facciones y los distintos modelos, efectivamente genera una paralización que es lo que hemos estado viendo, una falta de acción en tomar las decisiones que se necesitan para enfrentar la crisis”, explicó Ramírez.
De hecho, han sido decisiones que consistentemente han sido dejadas para después.
Parte de eso se vio en el largamente esperado congreso del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, cuando la máxima cúpula chavista decidió dejar para finales de año la espinosa decisión de elegir las nuevas autoridades de la agrupación política.
“Allí ellos compraron tiempo, el congreso debió haber ido a un cambio de autoridades y a un reacomodo de esas caras visibles dentro del partido, y allí prácticamente lo corrieron para noviembre, esa fecha en la que va a haber elecciones”, dijo Ramírez.
“Pero en el tema ministerial todavía tienes problemas, y Maduro debe decidir sobre las cuotas de poder que asignará a las diferentes facciones, como el [denominado] Frente Francisco de Miranda, o al grupo que se autodenomina como ‘los hijos del 4 de febrero’, o al otro grupo de militares que no está allí”, agregó.

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