sábado, 20 de septiembre de 2014

Confesiones de un medico cómplice en Cuba.

Confesiones de un medico cómplice en Cuba.
Por el Dr. Eduardo Herrera Durán*.

Dr Eduardo Herrera.
A diario, los médicos en Cuba nos convertimos en cómplices del sistema que impera en la Isla. En la mayoría de los hospitales y otras instituciones de salud, se violan las normas establecidas en cuanto a atención a los pacientes.
Callamos, a pesar de conocer las consecuencias de no contar con suficientes materiales y equipos. Nos hacemos partícipes de la gran mentira en que se ha convertido el Sistema de Salud, y lo hacemos a sabiendas de que no es correcto.
Las dificultades más comunes que enfrentamos en nuestro bregar diario son (y para enumerarlas me apoyo en mi experiencia como cirujano en el Hospital Universitario Calixto García Íñiguez), la falta de una climatización adecuada, instrumental médico, material de suturas y otros, lo cual impide que las operaciones se realicen con la calidad requerida.
Asimismo, no siempre se realizan los controles epidemiológicos necesarios, como son los cultivos de bacterias, cuyas muestras deben tomarse en salas y salones para confeccionar el mapa epidemiológico del Hospital y que el tratamiento con antibióticos sea efectivo.
Los galenos, tratamos de resolver todas estas situaciones, sin hacer reclamos serios a la administración.
Otra dificultad relevante se aprecia en la estructura constructiva de los edificios (continuamos refiriéndonos al citado Hospital), pues a pesar de las reparaciones realizadas, la calidad de las mismas resulta deficiente.

Hospital Universitario Calixto Garcia
Existen salas que cuentan con dos plantas y carecen de ascensores, obligando a pacientes y otros impedidos a subir por las escaleras. Y aunque los camilleros hacen su máximo esfuerzo, al trasladar a algunos de los afectados con sobrepeso, en muchas ocasiones afectan su propia salud y la de los dolientes.
Según referencia de otros colegas, en los hospitales donde laboran, la situación higiénica y constructiva es aún más grave. Tal es el caso del Hospital Clínico-Quirúrgico Joaquín Albarrán, (Calle 26 y Ave. Boyeros), así como el Freyre Andrade (antiguo Emergencias, Carlos III, esquina a Hospital), están recibiendo casos con síndromes febriles (Dengue, Chikungunya, Paludismo), y sus salas están abarrotadas.
Estas dificultades, y muchas otras que de enumerarlas harían demasiado extenso el presente artículo, son observadas a diario por nosotros, que al callar nos convertimos en cómplices.
El temor o la apatía nos han convertido en observadores pasivos, a pesar de la sensibilidad y los principios que reclama nuestro trabajo. Dejarse arrastrar por campañas políticas, en detrimento del ser humano, es injustificable.
*Médico especialista en Cirugía del Hospital Universitario Calixto García, radica en la Ciudad de la Habana y sus notas pueden ser leídas en distintos sitios de internet sobre temas cubanos.

Publicado en [Medicina Cubana]

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