lunes, 29 de septiembre de 2014

El grito del pintor


El grito del pintor

El artista censura a los supuestos revolucionarios que 'están destruyendo el país'


Arquímedes Lores, 'Nelo'. (Fuente: Pinarte)
Arquímedes Lores, 'Nelo'. (Fuente: Pinarte)


Pregunta. Nelo, todo el que contempla tu obra se siente removido en su interior por la fuerza e intensidad que despliegas en el óleo. ¿De dónde vienen esa angustia y esa fuerza que transmiten tus pinceladas?
Respuesta. Como artista me ha tocado vivir momentos muy difíciles. El acoso personal, el mal humor, el secretismo, el miedo. Todo está a mí alrededor, es como un hechizo. Menos mal que pinto y esto es como una descarga para mis tensiones. Además, vivimos un fenómeno peculiar, porque pasa el tiempo y parece que involucionamos. Mi ciudad, Pinar del Río, cada día está más destruida, arquitectónica y humanamente. Es entonces que sueño y me invento una ciudad que alguien o algo nos ha negado.
P. ¿Cómo es el momento de la creación?
R. Empiezo los lienzos sin bocetar, improviso, acabo con mis uñas, me empieza a vibrar todo el cuerpo buscando imágenes. Es el ruido de la ciudad, ese mismo ruido insoportable, el que me empuja a sacar todo lo que hay dentro de mí. Sale tal y como quiere, sin curso, con morbo. Es deformado e impreciso. A veces pienso que la mejor forma de conocerse uno mismo es saber lo que hay en su interior y eso me da miedo.
P. ¿En qué momento creativo estás y por qué rumbos discurres actualmente?
R. Ahora estoy trabajando en una serie sobre la ciudad, aunque en mi obra siempre ha estado implícita esta temática. Me gustó mucho la idea de un crítico y amigo, David Horta, sobre una propuesta de exposición llamada Dream City, en la cual participé. En ella encontré que mi ciudad, más que un sueño era una pesadilla y me propuse reflejar lo que veía y sentía con colores ocres, sepias y siena oscuro. Nada de tonos para deleitar o hacer pensar en ciudades cosmopolitas perdidas por ahí.
P. Algo de odio también se percibe en tus pinceladas...
R. Odio es una palabra un poco fuerte para mí, creo que la palabra adecuada sería obstinación. Por otra parte, el amor es uno de los principales aliados que tengo para sobrevivir. Te hablo de mi parte emotiva, de mi subjetividad, sin contar todo lo que me ha tocado vivir por más de veinte años desde que, en 1994, suspendieron mi primera exposición aun habiendo obtenido ese mismo año mis primeros premios en Salones de Artes Plásticas .
"En 1994, suspendieron mi primera exposición aun habiendo obtenido ese mismo año mis primeros premios en Salones de Artes Plásticas"
Mi obra no lleva odio, sino gritos y clamores. Es lo que vivo y oigo, en esa interacción con el medio, lo que me da fuerzas para crear. Una persona me dijo un día: "Si a tu obra le añades un poquito de color y dejas la temática política, estoy seguro que tendrás buenos resultados". Yo le respondí: "¿Y de dónde sacaría el recurso para aparentar la belleza que no alcanzo ver?" Si hubiera hecho, entonces o ahora, eso que me aconsejo esa persona, mis cuadros serían de los tantos que posan fríamente en muchas partes del mundo pero sin alma.
P. ¿Cómo se entiende que la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) haya rechazado tú candidatura?
R. No creo que haya sido la UNEAC per se, fueron trabajadores de esa prestigiosa institución los que prohibieron publicar obras mías en la revista Cauce, porque mis obras, según ellos tenían "problemas políticos". Pero a un artista consecuente con lo que hace, consecuente con su patria y con un poco de dignidad, sin más pretensión que no sea el sentirse bien con lo que hace, le sobran pinceles.
Los premios y reconocimientos se los dejo a los críticos. Esos que no me admitieron han sembrado el terror sobre mi persona, tildándome, inclusive, de artista subversivo. Por supuesto, muchas personas no me ven así y en el fondo me admiran. Mi sinceridad me asfixia pero me hace libre. La creación no necesita instituciones, solo un poco de amor, voluntad y mucha valentía, al menos para decir lo que sientes.
P. ¿Qué opinas de lo que acaba de suceder con Pedro Pablo Oliva?
R. Ante todo quiero expresar el respeto y cariño que siento por Pedro Pablo Oliva. Para mí es un gran maestro y orgullo de la plástica cubana. No me siento nada bien. Como artista y amigo siento pena por ello. Te puedo confesar que no estoy al margen de la situación. Siento el secretismo, las intrigas y los comentarios de esquinas, sobre todo en nuestros artistas locales. Esto se ha convertido en una cacería de brujas.
"No me voy porque no me da la gana. No voy a alardear, pero es mi tierra, con la que sueño y en la que quiero estar."
Al oído, bajito, te dicen: "No comentes nada que esto es tremenda candela". Yo, al enterarme por mi móvil que se había suspendido la expo, le exprese mi más sentido respeto y mi apoyo incondicional. Por otra parte, si tanto les preocupa la atmósfera política alrededor de nuestro maestro, colega y amigo, lo normal serÍa convocar una reunión donde se debata de forma pacífica e inteligente y buscar una solución para ello, porque estamos hablando de uno de los más talentosos artistas de la plástica en Cuba. Esto sería lo adecuado, en lugar de fomentar intrigas y secretismos que lo que consigue es crear más problemas.
P. ¿Por qué no te vas de Cuba?
R. Porque no me da la gana. No voy a alardear, pero es mi tierra, con la que sueño y en la que quiero estar. Ni tan siquiera me ha pasado por mi cabeza vivir en otra parte que no sea Cuba, porque amo de todo corazón a mi patria. Sin embargo, casi todas las personas que conozco sueñan con vivir lejos de aquí. Y lo más triste es que les confieso que, si quieren emprender, esta no es la tierra para soñar. "Si quieres vete", les digo, pero no pierdas la dignidad y el orgullo de ser hijo de Cuba.
No me siento orgulloso de todas las vicisitudes que estoy pasando por estar arraigado a mi tierra. He tenido y tengo la oportunidad de mirar a otro país, pero no me voy a convertir en un espíritu exiliado por ninguna voluntad, ni métodos, ni estrategias políticas sucias en mi contra, ni por ningún método miserable que pretenda ponerme una etiqueta, por ejemplo, "de que no estoy de acuerdo con la política del país". Solamente por mi libertad y mi pluralidad es que censuro a aquellas personas que, bajo el nombre de "revolucionarios", están destruyendo el país en el que he decido estar. Punto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario