martes, 23 de septiembre de 2014

Los seis cordeles de Primo

Los seis cordeles de Primo

Primo Cajales. (H. REYES)
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Cuatro Vientos está en medio de las montañas, rodeado de buena tierra cultivable. Como en todo el país, la cooperativa es la encargada de la distribución.
Primo Cajales tiene 72 años y vive en Cuatro Vientos.
Un pueblo en las montañas que no tiene aún la edad de Primo. Un pueblo aburrido con gente que se conoce tanto, y cuyo pasatiempo es la curiosidad, tanto así que a las seis de la tarde muere la vida en Cuatro Vientos y renace entre los chismes familiares.
Haciendo honor al nombre, el viento helado entra por los cuatro costados de este pueblo, haciendo que los lugareños se recojan temprano a invocar el chisme y la curiosidad. Sin embargo, Primo Cajales nunca sale ileso de estos chismes.
"Hace cincuenta años mató a un hombre para robarle" y eso quedó tan marcado en la escasa población de Cuatro Vientos que viene a ser, Primo Cajales, algo así como el villano de su propia película.
Pero esta vez el chisme no es sobre asesinatos, ni sobre caza ilegal de jutías, ni si el Gobierno lo ayudó dándole una casa nueva a Primo. El comentario público es que es un viejo loco que sigue pidiéndole seis cordeles de tierra a la cooperativa.
"Pá qué va a querer seis cordeles de tierra el viejo ese, como no sea pá echársela arriba", comenta un guajiro que en su ingenuidad no entiende que Primo necesita sembrar su propio consumo porque no tiene chequera y aquí nada es gratis, incluso en Cuatro Vientos.
Cuatro Vientos está en medio de las montañas, y por supuesto, rodeado de buena tierra cultivable. Como en todo el país, la cooperativa es la encargada de distribuirlas para uso específico, amén de aquellos montañeses afortunados que poseen fincas propias.
Primo Cajales no es un afortunado. Caza jutías ilegalmente que vende a "gente legal" por el importe de 14 pesos. Tumba palmiche por un "Máximo Gómez" y "hace cincuenta años mató a un hombre pá robarle". Primo quiere sembrar su tierra.
La cooperativa lo ignora. Cuatro Vientos lo convierte en el villano de su propia película, chismea sobre sus problemas y lo saluda hipócritamente. Pero nunca nadie lo ha invitado a comer, ni siquiera le han regalado una malanga o un aguacate.
El matrimonio que dirige la cooperativa no quiso responder a la pregunta de por qué no se le puede asignar seis cordeles de tierra a Primo Cajales. El dirigente municipal de Cumanayagua prometió revisar el caso y aún se espera su veredicto. Los demás hacen silencio.
Mientras, Primo Cajales continúa en Cuatro Vientos. Caza jutías ilegalmente. Tumba palmiche y siembra un conuco frente a la casa que le dio el Gobierno luego que un ciclón tumbó su bohío. Aún espera por seis cordeles de tierra para sembrarlos de autoconsumo.
"Los seis cordeles que pido",  dice Primo, "están llenos de marabú. Cuando voy a la cooperativa me dicen que no se puede talar el marabú. Y por eso no me dan la tierra".
Parece ser que Cuatro Vientos es el único pueblo en Cuba con un área protegida para el marabú.

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