Pasada la medianoche, unos disparos rompen el toque de queda en Bagdad y hacen temer un ataque yihadista contra la capital, pero no son obra del grupo Estado Islámico (EI), sino de las milicias chiitas, que traen de cabeza a la policía.
"Cuando oí los disparos, me dije: 'ya está, el (EI) entra en Badgad", cuenta Mohamed Al Karradi, un habitante del céntrico barrio bagdadí de Karrada. "Le dije a mi mujer: 'recoge tus cosas, tus joyas y el oro y prepárate para huir'".
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