jueves, 20 de noviembre de 2014

A raíz del aniversario del fusilamiento del general Arnaldo Ochoa

A raíz del aniversario del fusilamiento del general Arnaldo Ochoa "8A". Por Carlos Díaz Olivera. Compatriota cubano exiliado en Croacia.  
20-11-2014


Eran tiempos difíciles, tiempos en que los dioses se mostraban enfadados, maldiciendo a todos los que retaban las leyes divinas que tanto y tanto habían defendido sus ancestros, y que como un código de sangre sagrada ellos mantenían de forma inalterable.
El oficial que otrora mostrara esa gallardía que sólo podían irradiar los que se consideraban héroes inmortales, parecía ahora perdido en un vacío incomprensible e inverosímil, su vida pasaba por sus ojos a esa velocidad que alcanzan las almas que esperan el fin, ese fin no esperado, ese fin incomprensible, y que no le daría tiempo a comprender porqué la tierra pronto le taparía la luz y le dejaría cubierto de una oscuridad eterna.
De pronto escuchó la descarga, sintió que su cuerpo no le respondía, que se deslizaba sin poder evitarlo, aún podía con dificultades respirar esa briza, llena de olores y fragancias, que tal vez le recordaban a su vida misma, esa misma vida que poco apoco se estaba acabando y que no comprendía, la falsedad de esa promesa, la falsedad de esa promesaaa, sentía las convulciones de su cuerpooooooo... Se escuchó un disparo que como un relámpago se extendió en el lugar anunciando, a todos, que un héroe cubano había pasado al mundo de los olvidados, al mundo de los mundos oscuros, y sin colores ni matices.
EL GENERAL ARNALDO OCHOA ACABABA SU VIDA BAJO LAS BALAS DE AQUELLOS QUE LE TEMÌAN. 
Descance en paz, y aunque defendió usted a esa tiranía que hoy le cegó su vida, fue usted un militar con valor, aún enfrentando la muerte, de frente, como sólo lo enfrentan los hombres.




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