Desabastecimiento en el sector de la salud

Por: Miladys Carnel González.

Cuba sigue esparciendo médicos por varios países del mundo, ya no es mucha la disponibilidad de este personal de salud, pero sí el interés por parte del Gobierno en vender sus servicios. Se anuncia la actividad que tiene este personal en los medios de difusión; así como que se ha graduado en el país una gran cantidad de estudiantes de medicina de otras latitudes como: Venezuela, Bolivia, Ecuador y algunos países de África.
Pero la realidad dentro de la isla es otra, la falta de personal médico y paramédico, la atención de enfermería, la escasez de materiales y medicamentos en las farmacias, es bien notable.
Ejemplo de ello es lo que sucede en el Cuerpo de Guardia que se encuentra en la calle Estrada Palma entre Cortina y Figueroa y que es una dependencia del Policlínico Luis Pasteur, de este municipio de 10 de Octubre.

Este sitio de urgencias está muy desabastecido de materiales de uso bien frecuentes, como las boquillas de aerosol “nebulizadores”. Los pacientes asmáticos que acuden a recibir este servicio, deben esperar largo tiempo a que las boquillas sean empacadas y puestas a esterilizar en las autoclaves.

Así lo afirmó Lourdes quien es vecina del centro y presenta un diagnóstico de bronco neumonía con disnea y tiene una indicación médica de aerosoles cada 8 horas, acompañados de antibióticos. Refiere esta señora que ha llegado al centro y ha tenido que sentarse a esperar por espacio de una hora, hasta que se solucione la situación de las boquillas, mientras que el malestar y la falta de aire se apoderan de ella.
Al igual que los ha enseñado el régimen, los trabajadores de la salud del lugar, culpan al imperialismo y al “bloqueo” de esta situación.

La Habana, 20 de diciembre de 2014.

LAMENTABLE ACCIDENTE POR DERRUMBE
Por: Juan Carlos Díaz Fonseca
Teléfono: 54288244

En uno de los barrios del municipio Centro Habana, conocido por San Leopoldo, los vecinos comenzaron a salir para la calle alrededor de las 4 de la tarde, del 19 de diciembre, por el ruido de las sirenas de los bomberos y las ambulancias. Todo el mundo se preguntaba para dónde irían, de lo que si no cabía duda era que se había producido un derrumbe.
En la calle Laguna No.170 entre Gervasio y Belascoaín, en este municipio, se desplomó el techo de un apartamento en la planta alta de un edificio de dos pisos.

Allí vivía un matrimonio formado por  Ana y Luis, y según cuentan los vecinos este último se encontraba clavando algo que dio al traste con la caída del techo.
Luis resultó lesionado y quedó bajo los escombros, de donde lo sacaron personas que se arriesgaron a entrar en la casa antes de que llegaran los bomberos, porque en ese momento Ana estaba trabajando e inmediatamente fue localizada en su centro laboral, una panadería muy cerca de la vivienda.
El lesionado tenía heridas graves y tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital Calixto García. No se reportaron más accidentados.

La Habana, 20 de diciembre de 2014.

El peligro es una máquina del tiempo
Por: Miladys Carnel González
Teléfono:  53856913

Siguen en eminente peligro las ocho familias del edificio de Centro Habana, ubicado en San Lázaro esquina a Perseverancia; son las mismas personas que el pasado 10 de noviembre, funcionarios de la Oficina Municipal de la Vivienda les dijeron que en 72 horas serían extraídos de sus moradas, lo que se traduce en desalojo.

Se les ofreció a estos inquilinos unos locales en condiciones infrahumanas, como para comenzar una vida de cero es decir de la nada sin un sustento monetario para poder arreglarlas. Los espacios que les brindaron a los afectados -que reusaron aceptar- están ubicados en la Jata, en el municipio de Guanabacoa; pero las condiciones allí son tan difíciles que prefirieron mantenerse viviendo en un edificio que en cualquier momento puede venirse abajo y ocasionar pérdidas humanas.

Al parecer a los vecinos de la tan deplorable edificación, que a la vista  parece haber sido bombardeada o removida por un temblor de tierra, con un alto grado en la Escala de Richter, han sido dejados por incorregibles, sin más notificaciones ni soluciones.
Es como si hubieran estado perdidos en el tiempo, que ya es bastante desde el año 1976, y sus condiciones cada día son peores.
Teresa, que vive en la primera planta, con varias personas de su núcleo familiar, que es el mayor de todo el edificio, incluye cuatro niñas menores de edad y dos de ellas enfermas, con asma bronquial y la otra alergia a la humedad y el polvo; refiere que está en espera de una solución y haciendo honor al nombre de la calle donde vive, “Perseverancia” sigue esperando pacientemente.
Teresa explicó que una funcionaria de la vivienda le dijo que los perjudicados siempre iban a ser ellos; y de forma sarcástica le comentó que si se derrumbaba el edificio, a los muertos los albergarían en el cementerio, a los heridos en el hospital, y a los que queden les darán algún amparo.

La Habana, 20 de diciembre de 2014.

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