POR: GUIJE CUBA
• 1896 -
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- Antonio Maceo en Pinar del Río tras la columna de García Navarro.
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José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 38-40 describe los acontecimientos del 2 de febrero de 1896 en la Historia de Cuba:
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“El combate de Paso Real no satisfizo a Maceo por la única razón de que le privó la oportunidad de retar al general García Navarro, a quien perseguía con tenaz empeño desde que la Invasión llegó a las fronteras de Las Villas (Diciembre de 1895), y acababa de escapársele en las llanuras de Paso Real, aunque de un modo bochornoso para el jefe español. Todavía, con el propósito de darle alcance en el camino de San Cristóbal, Maceo apresuró el paso al día siguiente de la acción contra la brigada de Luque, sabiendo que García Navarro le llevaba dos jornadas delanteras. El firme adalid de la hueste cubana no podía calcular que su competidor iba corriendo hacia los cuarteles de la capital, evitando la ocasión de encontrarse con Maceo en el camino de Santa Cruz, y dispuesto a declarar a la faz de la opinión pública que "había perdido el rastro" del grueso insurrecto; confesión palmaria de incapacidad, pero estampada, en letras de molde, por el general español, al describir las marchas de su nutrida columna por el territorio de Pinar del Río. Así lo comunicó al general Suárez Valdés, que actuaba a la sazón de Segundo Cabo, y así lo publicó este prudentísimo general en uno de los documentos más enrevesados que vieron la luz en aquellos días. La narración técnica de Suárez Valdés, lo expresaba de esta manera: "Echagüe, Arizón, Luque, Sánchez Hechavarría y García Navarro avanzaron detrás de Maceo hasta el extremo de la Isla por el Cabo de San Antonio; Maceo retrocedió, yendo en su seguimiento García Navarro, que perdió el rastro (¿no sería la cabeza?), y temeroso de que Maceo se le pasara por la línea del Mariel, forzó la marcha y se adelantó hasta Guanajay. Don Alvaro Suárez Valdés, militar de gran fachada, no pudo contradecir oficialmente la manifestación de su subordinado, porque él, en diferentes ocasiones, empleó el mismo procedimiento.
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“En el territorio de Holguín perdió el rastro de tres mil hombres; después del combate de la Reforma, departamento de Las Villas, le aseguró a Martínez Campos que la Invasión oriental no daría un paso más hacia Occidente, y en la combinación de Calimete, operando con García Navarro, hizo el papel de espectador. Los mambises le llamaban general cachazudo, amigo de hacer sonar los cañones a largas distancias, y viajero de ferrocarril con boleto de ida y vuelta.
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“Maceo se dirigió a Santa Cruz de los Pinos. Su contrincante había levantado el vuelo con algunas horas de anticipación: iba a paso redoblado hacia Guanajay, con el intento de arreglar la tercera edición de las mentiras geográficas. Si tenía la misión de perseguir a Maceo por el Cabo de San Antonio, y sabiendo que el astuto cabecilla se encaminaba al centro de la provincia por la línea de Consolación del Sur ¿qué demontre iba a buscar en el apeadero de Guanajay?... Huelga decir que la boleta del pasaje.
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“Situado Maceo en Santa Cruz, concibió el plan de atacar el pueblo de Candelaria, único fortificado de la línea del Oeste después de Artemisa, a fin de que acudieran todas las columnas españolas del cuartel general de Marín sobre la calzada de San Cristóbal. Wéyler estaba al llegar; se le esperaba en la capital de la Isla el 12 de Febrero, según noticias oficiales, y Maceo alimentaba el propósito de penetrar en la provincia de la habana el mismo día de la toma de posesión del nuevo capitán general, que venía precedido de la más ruidosa fama, pero sin concepto verdadero que le diera el título de militar ilustre. ¿Dónde había demostrado su capacidad? ¿En qué campaña? ¿En qué teatro de la guerra? Aunque tuvo de profesor al Conde de Valmaseda, la notable pericia de este general no fue jamás patrimonio del discípulo; del maestro sólo heredó la pravedad, la concupiscencia, las uñas y los blasones del carnicero.
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“Maceo esperó en Santa Cruz al coronel Sotomayor, que con dos compañías de tiradores, quedó en la zona de Guane el día 22 de Enero. Sotomayor llegó al Cuartel general de Santa Cruz el día 3 de Febrero, por la tarde, siguiendo la huella de la columna invasora. En la mañana del 4 se tomó el camino de San Cristóbal, población ocupada por los insurrectos. San Cristóbal está situado en la línea férrea de Pinar del Río, entre Santa Cruz y Candelaria.”...
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