martes, 17 de marzo de 2015

Anuncian la Cuba nueva


Desde conciertos hasta la venta de casi cualquier cosa. Carteles que son el significado escrito de una transición

La ortografía del Hombre Nuevo (foto del autor)
La ortografía del Hombre Nuevo (foto del autor)
LA HABANA, Cuba. -De tan cotidianos, muchos pasan inadvertidos. Otros saltan a la vista, en casi cualquier esquina y poste de la capital o el interior del país. Anuncian desde conciertos hasta la venta de casi cualquier cosa. Florecen como el significado escrito de una transición. Carteles, entre los cuales también están, más o menos precarios, aquellos que prohíben el parqueo o declaran la independencia personal.
Durante décadas predominaron los anuncios con fuerte tufo ideológico, aquellos del DOR (Departamento de Orientación Revolucionaria). Sus vallas continúan aun igual de visibles, pero han perdido el control de la propaganda.
El culebrón de los cinco espías, que por años dominó los espacios públicos con el eslogan “Volverán”, cede el paso a frases de José Martí, llamamientos al fin del bloqueo (embargo), y la lucha contra el dengue hemorrágico.
Mientras tanto, todo negocio que puede permitírselo, ubica sus anuncios lumínicos en su puerta. La Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT), les cobra el derecho de colocarlos a precios sacrílegos. Pero ahí están los rótulos. Su cantidad y variedad van en aumento.
Los Carteles del Hijo de Teresa
Hace algunos años, un actor y escritor humorístico, Marcos Castillo (conocido como el Hijo de Teresa), anunció que estaba escribiendo un libro sobre los carteles, en especial sobre los más inusuales. En ocasiones, Marcos ponía la nota socarrona en algún espacio televisivo, describiendo sus hallazgos callejeros. Entre otros, citaba algunos de los carteles encontrados: “Llegaron huevos de población” (esto, en la época en que todavía se racionaban en las carnicerías estatales), “Se vende compota de niño”, “Estoy para La Nacional”(¿cartel refiriéndose a las oficinas de ese nivel directivo o la funeraria?).
Prohibición y catarsis (foto del autor)
Prohibición y catarsis (foto del autor)
En cierta ocasión, tuve la oportunidad de encontrar a Marcos en una esquina del Vedado. Le hablé de un cartel que había visto, en forma de pegatina, con el lema “Síguenos” y el logo de la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas), colocado en el tanque de agua de un inodoro. También, en otra ocasión, encontré otro anuncio en los muros del Hospital Psiquiátrico de La Habana (Mazorra), que expresaba enfático, “Fidel, esta es tu casa”.
Ambos se los propuse al humorista, en broma, como buenos candidatos para su texto en preparación. Recuerdo su sonrisa cautelosa, y su respuesta: “Si eso lo pongo en el libro, me ponen a editarlo en Villa Marista.”
Entre la catarsis y la Ley de oferta y demanda
En la esquina de las calles 17 y 36 del Municipio Playa, el dueño de una casa a medio reparar, se cansó de que le parquearan los carros en la puerta de su garaje. Y lo hace saber de una manera prohibitiva. Alarga el “No Parqueo” en un cartel, acentuándolo como un grito repetitivo en la última letra O. Cierra con un rotundo “Coñ…”.
Dos dueños de carros de los años cincuenta, avisan sus respectivos retos al mundo. Lo hacen con pegatinas en el parabrisas trasero. Uno de ellos, reza: “Me cansé de estar pasmao”(sin dinero). El otro es aun más directo: “Si te molesto, tócame el pito”.
Declaración de principios (foto del autor)
Declaración de principios (foto del autor)
La ortografía que caracteriza al “hombre nuevo”, nos llega mediante el anuncio de un concierto de reggaeton. Esa palabra, fantasía, escrita con C, no tiene desperdicio.
Y mientras tanto, el casi medieval sistema comercial que domina a la Isla tiene tanto para los vivos como para los muertos. En una cerca perimetral de LA avenida 12 en El Vedado, coinciden los anuncios de ventas de copas para cerveza y un colchón para cama con el lúgubre aviso que oferta un panteón en el cementerio.
Cuba parece abrirse al mundo y también lo hace a través de sus carteles. Pero esta vez no son los lemas de la oficialidad, ubicados en grandes vallas, los que marcan la pauta de la apertura. Son justamente esos pequeños anuncios, anónimos o no, pero elocuentes, los que advierten otro futuro. Esperemos que éste sea posible y mejor.

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