viernes, 27 de marzo de 2015

Nuestro Mundo Absurdo


Subject: Nuestro Mundo Absurdo Por el Dr. Raúl Reyes Roque



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Por el Dr. Raúl Reyes Roque
    La filosofía del “ABSURDO” brotó gracias al filosofo y escritor Albert Camus, Premio Nobel de Literatura, que desde 1951 se enfrentó a Hegel y al Marxismo y hasta a los propios existencialistas a los cuales había pertenecido, lo que le costó perder la amistad de Jean Paul Sartre y de muchos otros.                                                                                                      

    El “absurdo” es todo aquello que no tiene sentido o es contrario a la razón.  Incluido en él se encuentran todo lo extravagante, insensato, arbitrario, contradictorio o disparatado en los seres humanos, que inspirados en la creencia de la existencia de un significado predeterminado y absoluto del universo  se imaginan, en una fantasia antropocéntrica,  que los hombres tienen una relación intensa con tales supuestas grandezas universales. Camus humildemente admitió su escepticismo. 

    Simplemente, el terrestre, ante la robusta naturaleza, la cual le trata al nivel del más simple insecto, insiste en engañarse a sí mismo,  en una disposición pre-potente, dándose una importancia que no tiene, tratando de entender lo que es para los humanos incomprensible y de buscar un significado a la vida humana, el cual no existe o está fuera de su alcance. 

    Para ello, se refugia en adicciones, religiones, aficiones o filosofías, fruto de su invención o de la influencia de otros,  parapetándose en todo tipo de falacias y credos.  Así mitiga sus preocupaciones, se entretiene esperando lo irremisible,  la muerte, que es el destino de todo ser vivo.  

    Es asombroso el número de literatos de pacotilla, líderes políticos o religiosos, atletas, artistas y personas de alta o baja cultura que influyen  en mantener el “absurdo”, cada vez más complejo, apartando a todos de las leyes de la Lógica, sin premisas ni silogismos.  Sino pregúntenle a cualquiera de ellos si saben lo que significa:   BARBARA, CESARE, FELAPTON, CAMESTRE, FESTINO o BAROKO, términos básicos que debiera conocer un simple bachiller en Letras.

   Al “absurdo” lo retrataron grandes escritores en tonos serios y de humor, como Franz Kafka, Samuel Beckett, Nikolai Gógol y Martin Essllin. 

   El famoso Teatro del Absurdo del Siglo XX fue promovido por extraordinarios dramaturgos internacionales, Harold Pinter, Eugene Ionesco, Mijail Volojov, Virgilio Piñera,  Fernando Arrabal, René Márques, Alfred Jarry, Miguel Mihura, Fritz Hochwalder, Jean Genet y hasta el propio Buñuel. En sus obras la inesperada necedad, la duda ante un universo inexplicable, la confusión y la incertidumbre toman formas de fantasías, pesadillas o sueños que sobrepasan todas las reglas de la racionalidad. 

    Pero no es tanto en el teatro como en la vida real donde más se manifiesta el absurdo en el ignorante, el inmodesto y presumido hombre común y en la mediocridad ambiental.   Es por el “absurdo” que se puede explicar cómo un pueblo olvidadizo que sufrió la pérdida de 3,000 de sus ciudadanos y la destrucción de soberbios edificios por islamistas, elige a un presidente de raíces musulmanas.  O como una masa enorme de cubano-americanos, que debieron haber aprendido algo de los crímenes en Cuba por elementos llenos de falsas promesas, votan en su mayoría por sujetos que todo prometen y nada cumplen. 

  Y como personalidades sociopáticas delincuenciales se llevan la simpatía del público tales como Dillinger, Al Capone, Bonnie y Clyde y otros villanos, al igual que en Cuba eran los episodios de” Manuel García” y “Raffles, el ladrón de las Manos de Seda” . Luce absurdo también que las jovencitas se enamoran de los “bullies” de las escuelas y de los atletas de deportes que no son un modelo de santidad.  Nuestro entorno está repleto de absurdos, promovidos por la publicidad y la nueva tecnología.

     Ese mundo extraño e insensato es el que nos rodea.  Cada cual huye de su incertidumbre por caminos mágicos e incoherentes y el ABSURDO se ha convertido en el regidor de la conducta de nosotros, míseros habitantes de un pequeño planetica que es invisible ante los millones de galaxias universales. 

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