viernes, 27 de marzo de 2015

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA: JUAN DE LA PEZUELA Y CEBALLOS.

POR: GUIJE CUBA


El 27 de marzo en la Historia de Cuba


• 1854 -

- Juan de la Pezuela y Ceballos.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 179-180 nos describe los acontecimientos del 27 de Marzo de 1854 en la Historia de Cuba:

   “Juan de la Pezuela y Ceballos Escalera ocupó dignamente la capitanía general de Cuba. En días de infortunio para el cubano, y a despecho de la enemiga de los intransigentes, ofreció ejemplo hermoso de la elevación de su espíritu. Se sobrepuso a toda influencia perniciosa. En él hallaron los sedientos de sangre criolla un valladar infranqueable. Fue justo y bueno.

   “Pezuela hizo rivalizar en sí los prestigios de la espada con los de la pluma. En 27 de marzo a 1854 él dispuso, dirigiéndose a los censores regios de La Habana, lo conducente a evitar la intervención de gente inculta en las tareas periodísticas. Su firma fue puesta al pie de estas palabras:

   “"Teniendo en consideración el respeto que merece por su ilustración y su cultura el público de esta importante ciudad, y haciéndome cargo de la facilidad con que se lanzan a escribir para el mismo individuos que han dejado los estudios para meterse a escritores, que empiezan con engañadoras promesas y que acaban por cansarle, cuando menos, con sus enojosas producciones, monumento triste de la ignorancia y de la tontería y escuela perversa donde se corrompe el gusto de los demás jóvenes, se anima a la desaplicación, se acaba con el habla castellana y se deshonra la literatura patria, teniendo en cuenta asimismo que los censores, que tienen leyes y reglas establecidas para la censura de escritos irreligiosos, inmorales o subversivos, no cuentan con ninguna contra las irrupciones de los ignorantes, he dispuesto que no se permita la publicación de ningún nuevo periódico cuyos redactores no justifiquen haber hecho la competente carrera literaria en las universidades, colegios o academias del Reino, y que en los que hoy se publican no consientan sus redactores principales la inserción de escrito alguno de individuo que no haya justificado ante ellos aquellas mismas circunstancias de aptitud literaria."

   “Una pasión noble y gallarda por la pureza y el esplendor del habla y de las letras castellanas fue por supuesto la fuerza impulsora de una medida de tan elevado vuelo. Corriente resultaba entonces leer en periódicos habaneros anuncios en que, dirigiéndose a las personas que deseasen encargar un soneto u otra composición poética, ya para celebrar un onomástico, un bautismo o una boda, ya para lamentar la pérdida o ausencia de un ser querido, ofrecía sus detestables servicios tal cual pretenso hijo de Apolo. El general Pezuela, dando una lección espléndida de cómo el gobernante talentoso y consciente de sus deberes había de cumplirlos hasta en relación con las más sutiles manifestaciones literarias, se decidió a poner coto a los desmanes de la osadía y la estulticia.”

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