Tres formaciones reclaman la creación de un Estado de derecho moderno, el cambio de Constitución y una renovada ley electoral.

Los grupos sostienen en un comunicado, difundido originalmente por Kaosenlared, que después del 17 de diciembre de 2014 y el anuncio de deshielo entre La Habana y Washington urge instar a todas las fuerzas de izquierda democrática en la Isla a potenciar esa corriente.
Buscan convertirla en "un amplio y potente movimiento político para luchar y coordinar esfuerzos por una transformación pacífica del actual modelo de centralización política y económica". Y avanzar, en consecuencia, "hacia una sociedad verdaderamente democrática, socializada y también sostenible".
Los grupos implicados en la propuesta son Socialismo Participativo y Democrático (SPD), Izquierda Democrática y Socialista (IDyS) y Nuevo Proyecto Socialista (NPS). Estas tres formaciones se han puesto de acuerdo en un conjunto de cuestiones básicas.
El establecimiento de una diálogo nacional, el reconocimiento de libertades fundamentales, la redacción de una nueva Constitución, un nueva ley electoral democrática y el establecimiento de un Estado de derecho moderno.
Reclaman también una nueva política económica que, "partiendo de la aceptación de todas las formas de producción modernas, estimule preferentemente, con apoyo público y privado, el trabajo libre, de tipo autogestionario, individual o asociado".
Para el impulso económico exigen la "generalización inmediata de Internet como un derecho inalienable al desarrollo".
A nivel ideológico, proponen "la eliminación por ley, con efectos punibles, de cualquier tipo de discriminación por la forma de pensar, el color de la piel, sexo o preferencia sexual, religión, edad, origen regional, y demás exclusiones sociales".
Asimismo, el pronunciamiento pide "a integración del ser humano con el medio ambiente y el respeto y desarrollo de la biodiversidad y los ecosistemas".
Finalmente, abogan por "una política internacional basada en el respeto al derecho internacional, la paz, la amistad y la cooperación con todos los pueblos y gobiernos del mundo y la solución de los conflictos internacionales por vía pacífica, excluyendo el uso de la violencia".
Como movimiento de la nueva izquierda cubana, de libre participación horizontal, aseguran que no tendrían líderes, directiva, ni estructuras disciplinarias verticales y todos se considerarían con iguales derechos y deberes.
"Sin perder nuestras respectivas identidades de izquierda, estaríamos dispuestos a coordinar acciones con todas las fuerzas cubanas, dentro y fuera del Gobierno o el país, listas para la búsqueda de soluciones pacíficas y democráticas a los acuciantes problemas de Cuba", indican.
Advierten además que no se integrarían "para luchar contra nada ni nadie en particular, sino para abogar y conseguir la Cuba desarrollada, moderna, democrática y socializada, donde todas las personas vivan de su trabajo, con justicia y libertad plenas".
Este movimiento político invita "a todos los que compartan estas ideas" a implicarse "en los esfuerzos para desarrollar un amplio movimiento político democrático de la izquierda cubana, sin perjuicio para su participación individual o colectiva en otros espacios".
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