martes, 28 de abril de 2015

Aguas negras y basura, las ciudades del centro de la Isla dejan huella en los ríos


En el margen del río Cubanicay se construyó un canal de hormigón. Hoy, rebosa desperdicios. (HR)
"A mediados de los años cincuenta era común ver personas dándose un chapuzón en el río Cubanicay o travesando el Bélico", cuenta un vecino de La Vigía, Santa Clara. Ambos exponen hoy a lo largo de sus causes el resultado de años de vertidos de aguas negras y basura.
No son los únicos. Algo parecido ocurre al Yayabo (Sancti Spíritus), al Tínima y al Hatibonico (Camagüey).
La mala planificación urbana determinó que el sistema de alcantarillado vertiera hacia los ríos junto a los cuales se asentaron las ciudades. Las décadas de falta de políticas destinadas a cambiar esa situación agravaron el problema.
"Esto comenzó hace mucho", dice Carlos Martínez, exprofesor de la Facultad de Biología de la Universidad Central de las Villas. Terminó la "'primavera socialista' y ahora, en el 'invierno socialista', los vertidos de aguas albañales continúan sin 'congelarse'", añade.
En Santa Clara, frente al Hospital Provincial, construyeron un canal de hormigón que corre a lo largo de las orillas del río Cubanicay. Hoy rebosa desperdicios y hierbazales. "Un día llegan y barren una orilla, pero luego no regresan", dice una vendedora habitual en la zona.
En Sancti Spíritus, desde mediados de noviembre, una conductora dañada por desconocidos echa sangre y desechos de un matadero al río Yayabo, a escasos metros del Teatro Principal.
En Camagüey, cerca del Casino, un afluente surca los campos deportivos rumbo a la universidad. Se pierde entre barriadas que arrojan sus desechos directamente al agua. La ciudad presume de su lenguaje limpio, pero no podría hacerlo de los cauces del río.
"En Remedios las inmundicias que contienen las aguas provenientes de cañadas terminan en las calles, con tal nivel de expansión que ocultan las aceras, imposibilitando el paso peatonal", alerta el opositor David Flores. "Es una amenaza para la salud".
Culpables son todos. Las empresas constructoras por concebir proyectos que disparan las aguas negras directo al cauce del río Cubanicay, en el caso de Santa Clara; Servicios Comunales por no cumplir su acometido de recoger desechos, y el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medioambiente (CITMA) por no exigir que se cumplan las normas. Las autoridades políticas y la Policía por permitir indisciplinas; los vecinos que inescrupulosamente arrojan basura y escombros a las orillas, y la prensa estatal, que habla poco sobre el tema y, cuando lo hace, no es escuchada por las instancias competentes.
Las empresas constructoras alegan "problemas de recursos, escases de tuberías". Comunales dice que "el área asignada es superior a la mano de obra responsable contratada". El CITMA se exculpa: "traza las políticas medioambientales, pero no las ejecuta", en teoría debe hacerse cargo del río; en la práctica, no.
Las instituciones gubernamentales prometen saneamientos. La Policía ha colocado restricciones que otros burlan. Ciudadanos "de bien" cierran los ojos ante la basura circundante. Mientras, la prensa oficial grita alguna vez.
Algo se ha intentado, pero sin resultados. Las operaciones de "limpieza total" de las riberas citadinas no solucionan el problema. Una infeliz idea de llenar los cauces de plantas acuáticas dejó sin oxígeno parte de los ríos. Y las multas no responden a un castigo eficaz.

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