sábado, 25 de abril de 2015

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA: LOMAS DE TAPIA.

POR: GUIJE CUBA



El 25 de abril en la Historia de Cuba

• 1896 -

Antonio Maceo en las Lomas de Tapia, Pinar del Río.

José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 219-220 describe estos acontecimientos del 25 de abril de 1896 en la Historia de Cuba:
  
 “La columna que pernoctó en San Gabriel de Lombillo al terminarse el combate del día 22, siguió para Bahía honda al día siguiente; pero esta misma columna volvió al combate en la mañana del 25, con el objeto de tantear el terreno y dis­poner el ataque decisivo, en combinación con las otras colum­nas que se hallaban en Cabañas. Su vanguardia asomó por el camino de Recompensa; pero Maceo, desde muy temprano, estaba alerta en la cumbre de Lechuza con la avanzada de este lugar y unos cuantos individuos de la prefectura de San Fran­cisco: por junto, cuarenta hombres. Con este grupo hizo fren­te al avance de los españoles y fue el primero en disparar el maüser sobre la masa enemiga, que ofrecía buen blanco. Todos los demás, rodilla en tierra, a la voz de mando de tan exce­lente capitán, afinaron la puntería, convirtiendo en combate lo que sólo tenía carácter de ligera escaramuza. Un batallón desplegóse por compañías, con el propósito de circunvalar la posición que defendía Maceo, en esta maniobra fue dura­mente castigado por el plomo de nuestros tiradores, los cuales, agotado ya el último cartucho, hubieron de diseminarse cuan­do el peligro se hizo inminente. Llegó un momento en que quedaron cuatro combatientes: Maceo, Miró, Nadarse e Ibonet, mientras los españoles disparaban a granel y caía sobre la cresta de Lechuza un turbión de balas. Repentinamente la columna española se declaró en retirada hacia el ingenio Bramales por los sitios más escabrosos. Maceo había pedido con urgencia una sección de infantería al campamento de Tapia, poco antes de que los españoles hubieran emprendido la mar­cha de retroceso, y aun cuando hizo grandes esfuerzos para obligarlos a estrechar lance, tratando de ganarles la delantera por un atajo, no pudo realizar sus anhelos a causa de la marcha precipitada que llevaban los españoles. En esta acción sólo tuvimos dos heridos de tropa y el oficial que mandaba el retén del camino de Lechuza.

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