sábado, 2 de mayo de 2015

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA: FRANCISCO VIVES.

POR: GUIJE CUBA


El 2 de mayo en la Historia de Cuba

• 1823 -

- Francisco Dionisio Vives llega a La Habana.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 251-252 nos describe los acontecimientos del 2 de Mayo de 1823 en la Historia de Cuba:

   “Cuba ardía en pasiones encontradas cuando, el 2 de mayo de 1823, el mariscal de campo Francisco Dionisio Vives llegó a tomar el mando de la Isla. El país estaba regido constitucionalmente. La excesiva libertad que unos se tomaban y el criterio reaccionario que otros trataban de imponer mantenían la conciencia pública en situación anárquica. El deseo de los hombres sinceramente liberales y los esfuerzos realizados por Sebastián Kindelán al ocupar interinamente la Capitanía General fueron insuficientes para contrarrestar el desenfreno de los exaltados sin ley ni freno. La labor de quien pretendiese encauzar la Colonia sería ímproba. Los trastornos públicos obedecían a causas y orientaciones distintas.

   “Del estado de descomposición en que se hallaba la Isla fue prueba cabal el conato de sedición que se manifestó en Santiago de Cuba la noche del 14 al 15 de mayo de 1823. Pudo así observar Vives, apenas transcurridas dos semanas desde su arribo al país, cómo era cierto que este se agitaba de continuo en términos alarmantes. Las cuestiones sometidas a su dirección, a su manejo, eran realmente muchas y graves. Pero no estaba en eso lo peor: lo peor estaba en que, abonado el terreno para la lucha, la Metrópoli se encontraba expuesta a tener que sostenerla para conservar la Colonia, si una discreción extremada y un tino superior no presidían los actos del gobernante.

   “Vives se halló frente a la necesidad de proveer sus actos del asentimiento de la Diputación Provincial y de la Audiencia, según que se tratase de asunto gubernativo o judicial, y no tuvo inconveniente en proceder de acuerdo con esa imposición de la realidad. Estaba convencido de que la presencia de ciertos elementos en la milicia nacional era peligrosa. Hizo lo bastante para ir removiéndolos por medios indirectos. La forma en que se conducía la prensa lo alarmó, mas acabó por decidirse a desentenderse de sus excesos, relegándolos a la esfera judicial. Fue Vives, y grande injuria a la verdad habría sido negarlo, previsor y astuto, animado del anhelo de acertar, de constituirse en instrumento útil tanto de la Corte como del propio país que gobernaba.

   “La obra de Vives desde los comienzos de su mando, tan prolongado y tan rico en sucesos de todo genero, adoleció de graves vicios. Los medios que utilizaba para conocer los propósitos y manejos de las sociedades secretas, la fruición con que mató el régimen constitucional pocos meses después de tomar las riendas del Poder, el uso que hizo de facultades omnímodas para aplastar toda idea de libertad y el impudor con que fomentó la corrupción de los habitantes de la Isla, entre otros, fueron desatinos que desprestigiaron su labor. Por el momento salvó la Colonia para la Metrópoli. Pero, al cabo, ahondó más y más la división entre españoles de la Península y naturales de la Isla.”

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