lunes, 29 de junio de 2015

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA: ASCENSION AEROSTATICA DE MATIAS PEREZ.

POR GUIJE CUBA


El 29 de junio en la Historia de Cuba

• 1856 -

- Ascensión Aerostática de Matías Pérez.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 367-368 nos describe los acontecimientos del 29 de junio de 1856 en la Historia de Cuba:

   “Las ascensiones aerostáticas constituían a mediados del siglo XIX espectáculos de entretenimiento más que esfuerzos científicos. Elevarse sobre el suelo era arriesgar la vida. Gente inclinada al peligro utilizaba este modo de atraer curiosos, ya en busca de notoriedad, ya para procurarse el sustento.

   “La Habana de aquellos tiempos era presa de excitación al solo anuncio de que tal cual atrevido piloto se disponía a correr el riesgo grave de ascender por los aires en la débil barquilla de un globo. No se ignoraba que el hombre en disposición de elevarse hasta las nubes estaba jugándose la vida. Pero esto era una de las causas de la curiosidad e inquietud de quienes se preparaban a ser espectadores. El día señalado para una ascensión aerostática era de inusitado bullicio.

   “Entre los hombres que quisieron deparar a La Habana la fuerte sensación del espectáculo de ascensiones aerostáticas se halló un portugués llamado Matías Pérez y conocido también por Rey de los Toldos, de seguro que en atención a la industria a que se dedicaba. Se empeñó en ejercitarse en tan peligroso género de aventuras. No le bastó ascender una vez a la vista del pueblo habanero. Quiso demostrar cómo era cierto que bajo su humilde condición de artesano se ocultaba un espíritu fuerte. Quizá el buen éxito de su primera excursión le permitió sentirse dueño absoluto de sus destinos y capaz de repetir la, operación cuantas veces lo desease. En medio de la pública curiosidad Matías Pérez preparó su segunda ascensión.

   “El 29 de junio de 1856 la ciudad de La Habana estuvo desde temprano sobre aviso para presenciar la segunda ascensión aerostática del portugués Matías Pérez. El piloto se halló presto a cumplir su temerario ofrecimiento, sin sentirse arredrado ni mostrarse remiso en ningún momento. Pero la suerte se manifestó adversa. Matías Pérez hizo su segunda ascensión, que fue la última, pues desapareció en el espacio, para caer más tarde, teniendo en cuenta el rumbo en que dejó de vérsele, en el mar. Un biógrafo, que en realidad no lo fue de Matías Pérez, por lo mismo que no dijo de él otra cosa, refirió que de su mortal empresa no quedó sino un cuaderno de exageradas décimas, que se imprimió en elogio del heroísmo inaudito que alguien le atribuyó.”

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