jueves, 1 de octubre de 2015

Se alquila un garaje

Cafeterías de comida criolla, dulcerías particulares, cocheras que se rentan: ser dueño de un garaje en la isla es tener un valor agregado.
Una casa con garaje a venta en La Habana. EFE
Una casa con garaje a venta en La Habana. EFE

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"La medida se adopta ante la subdeclaración de ingresos, tanto de vendedores como compradores, quienes declaran un precio menor al del acto real de compraventa", refirió el diario Granma. 

Inversionistas arriesgan millones de dólares en bienes raíces de Cuba 

A pesar de los obstáculos de la ley cubana, los inversionistas extranjeros encuentran resquicios legales para posicionarse como primeros en el mercado inmobiliario cubano, seguros de que este movimiento les hará ricos en el futuro. 
Mientras espera que cese la intermitente llovizna otoñal, Cecilio, corredor de permutas en La Habana, mira en su pantalla plana de 42 pulgadas un partido antológico de los Chicagos Bull de Michael Jordan retransmitido por un canal deportivo local. 
A ratos, observa su reloj y escudriña desde una persiana si ha cesado la lluvia. “Me está esperando un cliente que quiere vender un apartamento de dos habitaciones con garaje. Quedamos a las cuatro de la tarde. Pero el aguacero va a retrasar la cita”, dice enojado.
Desde hace 23 años, Cecilio se dedica a la compra y venta de casas. “Este negocio, si eres serio y ejecutivo, funciona. Deja buena pasta (dinero) de ganancia. Cuando era ilegal, en cada venta me buscaba de $1000 a $2000 dólares. Ahora menos, pero tengo los suficientes clientes para nunca estar parado. Las ventas de casas en La Habana es un mercado irregular. Tiene tiempos de vacas flacas y gordas”, confiesa.
 Según este corredor de permutas, “ya la gente no es tonta. Y pide por un apartamento como si fuese un piso en Nueva York. Pero si la casa es en El Vedado, Miramar, Fontanar, Sevillano o Casino Deportivo y tiene garaje, la venta está asegurada”, expresa, y prende un cigarrillo mentolado.
“Una casa con garaje en condiciones regulares no baja de los 50 mil dólares. Y un apartamento en un edificio con área de parqueo ronda los 30 mil”, indica Cecilio.
¿Por qué un garaje encarece una transacción inmobiliaria?, le pregunto a un especialista del Instituto de Vivienda en el municipio 10 de Octubre.
“Desde hace años, en La Habana existe un déficit marcado de garajes para automóviles. Se han construido ciudades-dormitorios como Alamar, Mulgoba o San Agustín, sin garajes ni aparcamientos. Los dueños de vehículos han tenido que inventar. Por eso tú ves garajes improvisados en espacios públicos o el portal de una casa. Tener un garaje en Cuba representa 30 cuc mensuales (alrededor de 27 dólares), solo por concepto de alquiler para guardar autos. Si se utiliza como cafetería, bar u otro negocio, las ganancias pueden ser mayores”, señala el especialista.
Herminda, una anciana locuaz y amable, reside en una casona a tiro de piedra del Mónaco, zona comercial situada entre los repartos habaneros Sevillano y Casino Deportivo. Y por 5 cuc diarios ella renta su garaje a un emprendedor privado que vende panes y dulces.
“Son 150 chavitos (pesos convertibles) al mes. Quince veces lo que me paga el gobierno de pensión. Con ese dinero no soy una carga para mis hijos. Puedo ir al teatro y de vez en cuando comer en alguna paladar”, manifiesta risueña mientras acaricia las orejas a un inquieto perro salchicha.
Hace tres años, Lourdes aprovechó el auge de los cines 3-D y a su regreso de un viaje en Miami se trajo un televisor de más de 70 pulgadas y equipos profesionales de audio. 
Con dos decenas de butacas negras de cuero, medio centenar de gafas polaroid y un split que mantiene refrigerada la estancia a 17 grados celsius, reconvirtió el destartalado garaje donde guardaba objetos ociosos, en un cine de tercera dimensión.
“Pero está gente (el régimen) lo prohibió. Había invertido más de ocho mil dólares y aún no había recuperado el dinero. Entonces el cine pasó a la clandestinidad. Cobro 2 cuc por persona. Y vendo un vaso de rositas de maíz y un refresco por un peso convertible”, acota Lourdes.
Si usted camina por La Habana, verá cientos de garajes transformados en pequeños negocios privados. Desde cafeterías, bares, dulcerías, barberías, peluquerías, manicure, estudios fotográficos o de video hasta tiendas de artesanías donde el comerciante, de manera discreta, te susurra que por la izquierda vende ropa fashion (de moda) y perfumes a precios de ganga.
Eleonora y Carlos Manuel, un matrimonio residente en Nueva Vedado,  comentan de forma jocosa que deben poner una ofrenda a su garaje. “Gracias al garaje pudimos montar un estudio de fotos y videos para fiestas de quince y bodas. El garaje es el que nos permite darnos algunos lujos, como alquilar dos veces al año una semana en un hotel todo incluido de Varadero”, apuntan.
Yosvany vive en un apartamento de dos habitaciones, frente al parque Córdoba, en la barriada de La Víbora. Lo está vendiendo en 30.000 cuc (aproximadamente $27.000 dólares). “Varios compradores me han dicho que el precio es muy caro. Pero les digo que mi apartamento tiene un garaje soterrado amplio y privado”.
Si tiene paciencia, asegura Cecilio, el corredor de permutas, “lo venderá sin problemas: el apartamento se puede remozar y mejorar, pero el garaje es un dinero seguro que supera los 24 dólares mensuales que paga el Estado a un trabajador”. 
Siguiendo el consejo del corredor, Yosvany prefiere esperar por una mejor oferta. Y si una cosa se sabe en Cuba es esperar.

Iván García Quintero

Nació en La Habana, el 15 de agosto de 1965. Hijo de la periodista Tania Quintero Antúnez y del abogado, ya fallecido, Rafael García Himely. Después de pasar el servicio militar, no concluyó la enseñanza preuniversitaria, dedicándose a los más variados oficios, desde ayudante en una imprenta y aprendiz de plomería, hasta asistente de programas en la Redacción de Programas Especiales de la Televisión Cubana. En 1995 logró su sueño de incorporarse a una profesión que no le era ajena, el periodismo. Ese año fue admitido en Cuba Press, agencia de periodismo independiente fundada por el poeta y escritor Raúl Rivero el 23 de septiembre de 1995. Su gran afición por los deportes le permitió crear la sección Minideportivas de Cuba Press, única en el incipiente periodismo independiente cubano. A su formación autodidacta contribuyeron los talleres de prensa impartidos por Raúl Rivero, y lecturas como El Libro de Estilo de El País; manuales de la agencia EFE; publicaciones del Programa Latinoamericano de Periodismo de la Universidad Internacional de la Florida y la revistas Veja y Newsweek en Español, entre otros. Cuatro años antes de comenzar a escribir como periodista independiente, en marzo de 1991, estuvo dos semanas detenido en Villa Marista, cuartel general del Departamento de Seguridad del Estado, acusado de "propaganda enemiga". No fue enjuiciado, pero a partir de ese año, por cualquier motivo era detenido, la última vez, el 22 de octubre de 2008, según relatara en Estado de sitio. Ha sido colaborador de Encuentro en la Red, la Revista Hispano Cubana y la web de la Sociedad Interamericana de Prensa. Fue miembro de la Sociedad de Periodismo Manuel Márquez Sterling, creada en 2001 y dirigida por Ricardo González Alfonso, condenado a 20 años de prisión en abril de 2003 y excarcelado y desterrado a España en julio de 2010. A partir del 28 de enero de 2009 empezó a escribir en Desde La Habana, su primer blog. Desde octubre de 2009 es colaborador del periódico El Mundo/América y desde febrero de 2011 también publica en Diario de Cuba. Tiene esposa y una hija, nacida el 3 de febrero de 2003.

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