sábado, 3 de octubre de 2015

UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA.

POR: GUIJE CUBA





El 4 de octubre en la Historia de Cuba

• 1946 -


































- De la Iglesia Católica en Cuba: Se funda la Universidad de Santo Tomás de Villanueva, de los Padres Agustinos. (Primera universidad privada que se abre en Cuba).

• 1896 -

- Ceja del Negro, barrio Pilotos, Consolación del Sur - De Pinar del Río a Viñales

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 561-562 nos describe los acontecimientos del 4 de octubre de 1896 en la Historia de Cuba:

   “Todos los indicios de un rudo choque entre españoles e insurrectos en las inmediaciones de Viñales tuvieron confirmación el 4 de octubre de 1896. Muy de mañana el núcleo libertador dejo el campamento de Cayo de San Felipe. Los intrépidos occidentales, en número de unos doscientos treinta, marchaban a la vanguardia. Bien había hecho el general Maceo en colocarlos a la cabeza de su columna. Ellos necesitaban una oportunidad para demostrar hasta donde podía llegar su aptitud bélica.

   “Temprano comenzó la lucha en el camino de Pinar del Río a Viñales. Luego, en el encinar de El Guao, lugar quebrado, aspérrimo, tomo vigor la pelea. La columna española procedente de Viñales abrió el fuego con extraordinaria fiereza. El Lugarteniente, que tenía previsto cuanto iba desarrollándose, se empeñó en tomar una altura que juzgo la llave de la victoria que se prometía. Se trataba del macizo elevado de Ceja del Negro, precisamente el que dio nombre a la acción que se ventilaba. El propósito del caudillo quedó en seguida satisfecho, merced a la intrepidez y a la audacia desplegadas por la gente de Vidal Ducasse, Pedro Delgado y Adolfo Peña.

   “La brega, terrible, más terrible que cuantas se habían desarrollado en las guerras de Cuba, duro todo el día. Sus fases, complicando el problema a cada instante, fueron múltiples. Los insurrectos tuvieron que enfrentarse a unidades españolas perfectamente equipadas y pertrechadas, dirigidas por jefes valientes y aguerridos y ganosas de combatir. Los esfuerzos del general Bernal, por ejemplo, resultaron insuperables. Pero la acometividad y el acierto con que el general Maceo se condujo y el arrojo con que lo secundaron sus huestes bastaron para reducir a la impotencia los arrestos de Bernal y sus conmilitones. Las pérdidas españolas llegaron a quinientos individuos.

   “Las bajas en las filas cubanas fueron crecidas: cuarenta y dos muertos y ciento ochenta y cinco heridos. De la brigada occidental cayeron en el fragor de la pelea noventa. Su denuedo no reconoció superior. Uno de sus jefes más valientes, eficaces y dignos, Antonio Tarafa y Oliva, en plena juventud, sucumbió en instantes en que con serena arrogancia desafiaba las balas enemigas. Era, ciertamente, el tipo acabado del combatiente presto al sacrificio útil. Figuró entre los primeros que en Vuelta Abajo, sin esperar a que la Invasión se pasease por allá, se lanzó al campo, reclutando soldados para la patria y adiestrándose para la lucha. Al verlo desplomado en El Guao, Maceo exclamó:

   “-¡Ha muerto uno de los generales de Vuelta Abajo!”

• 1869 -

- Zarpó de Cedar Rey el “Lillian” con 410 expedicionarios y un numeroso parque, equipo quirúrgico, etc. Esta nave fue comprada en Nueva York por Domingo de Goicuría y Cabrera con peculio suyo personal. El embarque duró 3 días a fin de despistar a las autoridades americanas. Por falta de agua potable y carbón tuvo que atracar en el cayo inglés Nurse Key para desembarcar a la gente e ir el vapor con una comisión a Nassau, los cuales, o poco discretos o muy confiados, dieron pie al gobernador inglés de esta última ciudad para ordenar a un vapor de guerra el apresamiento de la nave, que fue rematada, adjudicándosela los españoles. ¡Del famoso cargamento se salvó la bandera! Se habían perdido más de 300,000 pesos y, lo que fue peor, no se pudo prestar el auxilio que se deseaba a los patriotas que luchaban por su emancipación en tierra cubana, mientras los expedicionarios de Nurse Key padecían hombre y privaciones de toda especie. A los diez y ocho días el mismo navío inglés fue a llevarlos presos a Nassau por orden del gobierno de S.M. británica, dándoseles al final la libertad, cuando ya nada podían hacer por su Cuba amada y lejana.

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