Los disidentes 'estamos desamparados', dice el sindicalista Jorge Ramírez Calderón. Describe su juicio como 'un montaje' con 'testigos falsos'.
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El régimen condenó a los disidentes Vladimir Morera Bacallao y Jorge Ramírez Calderón a penas de cuatro y dos años y medios de cárcel, respectivamente, informaron familiares y activistas.
Según informa Martí Noticias, Morera Bacallao fue sentenciado bajo cargos de "lesiones" y "desorden público".
El activista, miembro del Movimiento Cubano Reflexión, conoció su sentencia el 18 de noviembre, cuando cumplía 40 días de huelga de hambre en la cárcel El Pre, de Santa Clara, indicó a la publicación y citó al exprisionero político del Grupo de los 75 Librado Linares.
Morera Bacallao ha realizado, para reclamar su liberación, varias huelgas de hambre que han puesto en peligro su vida, según han advertido sus familiares.
Fue detenido el 19 de mayo en Manicaragua, después de un "acto de repudio" en el que turbas convocadas por el régimen lanzaron piedras y chapapote contra su vivienda, fuerzas especiales asaltaron la casa con gases y golpearon a su familia, denunció entonces a DIARIO DE CUBA su hijo, Vladier Morera.
Por su parte, Jorge Ramírez Calderón, sindicalista independiente, fue condenado a dos años y medio de cárcel por "desorden público" y "lesiones".
En los últimos meses, Ramírez Calderón había denunciado maniobras para enviarlo a prisión. Este sábado dijo a DIARIO DE CUBA que su condena está relacionada con una protesta que realizó frente a un edificio gubernamental para reclamar el restablecimiento del suministro de agua en Manicaragua.
"Me acusaron de tirarle una piedra a un sicario del régimen, cosa que nunca hice", declaró Ramírez Calderón y aseguró que apelará la sentencia.
"La balanza no estuvo a favor de la justicia", añadió. Los disidentes "estamos desamparados, no tenemos respaldo jurídico", dijo el sindicalista y describió su juicio como un "montaje" en el cual las autoridades utilizaron "testigos falsos" que se contradecían en sus declaraciones.
Morera Bacallao y Ramírez Calderón integran de la lista de 53 presos políticos que el Gobierno de Raúl Castro excarceló como parte de sus negociaciones con Washington.
Cuando salieron de prisión, a finales de 2014, cumplían ocho y cuatro años de cárcel, respectivamente, por incidentes ocurridos el 14 de febrero de 2013, cuando el régimen movilizó turbas para un violento "acto de repudio" frente a la casa de Ramírez Calderón.
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