sábado, 9 de abril de 2016

Alián quiere desnudar La Habana


El fotógrafo de 22 años prepara un performance donde hombres y mujeres homosexuales exhibirán sus cuerpos desnudos en las calles

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LA HABANA, Cuba.- Estudió ballet clásico durante 10 años, hizo protagónicos importantes en su etapa de estudiante en la Escuela Nacional de Arte y le auguraban una carrera en ascenso cuando una cirugía en uno de sus pies le impidió pasar al Ballet Nacional de Cuba, sin embargo, eso no lo frustró como artista ni hizo de esa batalla perdida el drama de su vida.
Con muy pocos años ya acompañaba a sus padres en el negocio familiar de fotógrafos, artesanos y restauradores, por eso no le fue difícil reorientar su vocación. Ya había visto a su padre trabajar con la lente y fue hechizado con las imágenes que hoy decoran numerosos cafés, restaurantes y hoteles de toda Cuba.
A los 17 ya tenía su propia cámara y su primera colección de fotografías documentales que recibieron elogios de la crítica especializada porque, incluso, formaron parte de exposiciones colectivas junto a maestros como el Chino Arcos, en Cuba, o Charles Anselmo, en los Estados Unidos. Hoy, con solo 22 años, Alián Pérez Zarza, emprende proyectos mucho más ambiciosos que, a pesar de su juventud, ya hablan de una energía creadora difícil de contener y del camino exitoso por donde ha de transitar, ya desligado del amparo del negocio familiar. Sobre esto y otros temas, conversamos una mañana de abril en La Habana:
Alián, sé que preparas una performance donde usarás cuerpos humanos desnudos, hombres y mujeres homosexuales que exhibirán sus cuerpos en las calles. Hablemos de ese proyecto, su propuesta conceptual y de las dificultades para realizarlo.
Será complicado porque tiene que ser en la vía pública y son unos 15 modelos, entre hombres y mujeres, todos homosexuales. También necesitamos apoyo de instituciones y de personas para realizarlo. Obtener permisos. No es un performance sino una sesión fotográfica. La finalidad son las imágenes, aunque el proceso es performático. Son fotografías de desnudos en la calle, de tema gay, y portan un reclamo, un mensaje, un significado. Quiero que la gente sepa que los homosexuales cubanos también quieren exigir derechos, queremos bodas, libertades, igual que en otras partes del mundo. Quiero demostrar, además, que no existen seres perfectos y por eso no escogeré los modelos tradicionales de esas figuras que uno puede ver en una pasarela de ropa interior o en una revista. Quiero enseñar que existen personas gay con cuerpos muy bellos pero además con cuerpos normales, gordos, flacos, negros, blancos, altos y bajitos.
Casi siempre en el mundo gay existe ese cliché de los hombres y las mujeres demasiado perfectos, y eso existe pero no es la generalidad (…). Quiero que la exposición sea en la calle porque quiero que la gente que pasa, el público, reciba ese mensaje. (…) En un estudio sería algo muy cerrado, algo demasiado íntimo, muy privado y me gustaría que mis modelos interactuaran con el público. (…) También, junto con este proyecto, quiero hacer una performance, en una playa frecuentada por gays, y que demande esa misma interacción. Playas como Mi Cayito, o la Playa del Chivo, un lugar de encuentros gay y tan cargado de significados por los crímenes de odio que allí se han cometido.
Cuerpos totalmente desnudos, parejas gay, cámaras, eso pudiera ser escandaloso, tildado de pornográfico… ¿no lo crees así?
Todo el proyecto es artístico. No es pornografía. El problema reside en que es fotografía en la calle, aunque no se mostrarán los genitales de los modelos, será un desnudo totalmente artístico donde se muestra el amor que existe en la pareja gay. Quiero que se vea en las imágenes el cariño, el amor, los sentimientos entre dos hombres o dos mujeres del mismo sexo.
¿Es primera vez que tratas la temática gay en tu trabajo fotográfico?
Es primera vez que la abordo. Siempre mi fotografía ha sido muy documental. Ya llevo tres exposiciones con esta temática documental, todas realizadas sobre la vida de los cubanos, los trabajos que pasan: los cuentapropistas, los vendedores ambulantes… La vida del cubano no es nada fácil, no es color de rosa como piensan algunos turistas al confundir la pobreza con el color local. También he trabajado con las texturas, piedras, grafitis… Recurro mucho el tema de los cementerios. Tiene una fuerza sentimental muy grande pero además muy artística. En mi obra hay muchas imágenes de tumbas que revelan historias verdaderas.
Estás muy ligado a la obra de tus padres, la artística y la de restauración. El magnífico trabajo de rehabilitación que han hecho en hoteles emblemáticos y patrimoniales como El Nacional, el Capri, el Habana Libre, ha sido reconocido con diversos premios. Sé que has trabajado con ellos en la recuperación de los techos, de los estucos y que es, hasta cierto punto, un trabajo reconocido y bien remunerado… 
Llevamos 5 años trabajando en la restauración del Hotel Nacional de Cuba, en devolverle la imagen que tenía cuando abrió en los años 30. Hemos restaurado la Sala Vedado, pero lo primero que hicimos fue el lobby, todo el techo lo llevamos a como era antiguamente, a la imitación de madera con su cenefa, después hicimos todo el estuco sevillano y romano que llevaba antiguamente cuando era un casino, y el techo era un cielo total con un sol en la lámpara… Después hicimos el Salón 1930, donde restauramos las maderas, el escenario y el techo de imitación madera. (…) Durante el evento Art Decó, en Cuba, que hacía 55 años que no se hacía, fuimos reconocidos por esa restauración (…).
Lo último que hemos hecho fue el hotel Habana Libre, la mesa buffet también con todo el tema del estuco sevillano y romano. Hemos trabajado en los hoteles de los cayos, en todo lo que es diseño interior de las habitaciones, y la impresión digital para decoración de las habitaciones. Hicimos además el hotel Capri. Trabajamos en los murales artísticos, el lobby, la piscina y en las habitaciones con impresión digital a gran formato. Fue muy importante para nosotros el trabajo en este hotel porque mi abuelo trabajó allí muchísimos años, hasta su muerte, y para nosotros fue algo muy sentimental hacerlo. Mi abuelo era el mayordomo del hotel antes del 59 y murió allí, trabajando.
¿Por qué, entonces, quieres hacer una obra independiente? ¿No te resulta más fácil heredar el negocio, ya que tienes el oficio?
He trabajado junto a mis padres desde que tengo 12 o 13 años, y quiero comenzar a abrir un camino por mí mismo, que mi nombre se conozca por mí y no por el de mis padres, que son grandes artistas. Mis padres me han enseñado todo lo que sé, me han indicado los caminos (…) pero ahora quiero crear mi obra, mi nombre, mi imagen… No quiero una imagen grupal, sino personal de mi obra. Puede ser mejor recibir pero, si heredas algo, todo es muy fácil, no te esfuerzas, ya lo tienes casi todo hecho. Y creo que lo más lindo que hay se valora más haciendo sacrificios personales, como lo hicieron mis padres. Mis padres comenzaron haciendo artesanías, carteras de cuero, cerámicas, vitrales, comenzaron poco a poco, de abajo, hasta crear lo que tienen ahora. Y yo quisiera hacer como ellos, hacer mi propio negocio y mi propio arte, mi propia vida, mi propio nombre. Me gusta mucho la independencia, me gusta hacer las cosas por mí mismo.
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ACERCA DEL AUTOR

Ernesto Pérez Chang

Ernesto Pérez Chang

Ernesto Pérez Chang (El Cerro, La Habana, 15 de junio de 1971). Escritor. Licenciado en Filología por la Universidad de La Habana. Cursó estudios de Lengua y Cultura Gallegas en la Universidad de Santiago de Compostela. Ha publicado las novelas: Tus ojos frente a la nada están (2006) y Alicia bajo su propia sombra (2012). Es autor, además, de los libros de relatos: Últimas fotos de mamá desnuda (2000); Los fantasmas de Sade (2002); Historias de seda (2003); Variaciones para ágrafos (2007), El arte de morir a solas (2011) y Cien cuentos letales (2014). Su obra narrativa ha sido reconocida con los premios: David de Cuento, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en 1999; Premio de Cuento de La Gaceta de Cuba, en dos ocasiones, 1998 y 2008; Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, en su primera convocatoria en 2002; Premio Nacional de la Crítica, en 2007; Premio Alejo Carpentier de Cuento 2011, entre otros. Ha trabajado como editor para numerosas instituciones culturales cubanas como la Casa de las Américas (1997-2008), Editorial Arte y Literatura, el Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Música Cubana. Fue Jefe de Redacción de la revista Unión (2008-2011).

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