UN DIA COMO HOY, EN LA HISTORIA DE CUBA.

POR: GUIJE CUBA

El 13 de abril en la Historia de Cuba

• 1895 -

Diario de José Martí en Cuba.

José Martí, Máximo Gómez y acompañantes en el campamento de la Cueva de Juan Ramírez.

• 1822 -

- La Partida de Domingo Armona.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 213-214 nos describe los acontecimientos del 13 de abril de 1822 en la Historia de Cuba:

   “Domingo Armona tuvo el encargo de perseguir en campos y ciudades a los malhechores que en Cuba, en el primer tercio del siglo XIX, eran el azote de la Colonia. Pero en el cumplimiento de su cometido casi siempre se excedió. Al cabo, en él había un enemigo de los derechos inalienables del hombre.

   “Lo ocurrido en La Habana el 13 de abril de 1822, como consecuencia del carácter levantisco e impetuoso del capitán Domingo Armona, perteneció a la serie de desmanes a que en su larga vida de policía se entrego. Al regresar en la tarde de aquel día, al frente de su partida, de recorrer los campos en persecución de los malhechores, supo Armona que había aparecido en la ciudad un papel injurioso para su persona.

   “Más que resentido, colérico, se dirigió sin pérdida de momento a la imprenta de Pedro Nolasco Boloña, establecida en la calle de Lamparilla, pues de allí había salido la diatriba a él enderezada. Preguntó a Francisco Mas, director o regente de la casa, quién era el autor del papel injurioso, y, como Mas tratase de evadir la respuesta, estuvo el Capitán pronto a hacer justicia por su propia mano. Agredió a bastonazos a Mas, y pocos minutos después, para vergüenza y mengua de los mismos que se llamaban agentes de la autoridad, los operarios de la imprenta y hasta las cajas y fuentes del taller quedaron convertidos, con el pobre director, en pasto de una de las fieras acometidas de Armona y su gente.

   “La protesta del pueblo contra tamaño desmán fue grande. A oídos del capitán general de la Isla llegaron las públicas murmuraciones a que dio motivo el atropello realizado por quienes abandonaron las vías legales para la persecución de los calumniadores o injuriadores y atropellaron de manera brutal y bochornosa a los que consideraban responsables. El Capitán General se enteró de las recriminaciones lanzadas contra la actitud pasiva que se le atribuía. Y suscribió y publicó una alocución expresiva de que, aun cuando los impresores vilipendiados no habían presentado querella con ocasión de lo ocurrido el 13 de abril, estaban suspensos, de su orden, Armona y su partida, hasta que se determinase el grado de culpabilidad que sobre los mismos pesaba.”