De: Idania Bacallao Iturria <saridania@nauta.cu>
_Por los 30 años de la emisora_
Nadie calcula lo que es poseer una emisora anclada en el seno de tu hogar. Aún más si dicha emisora se nombra Radio Martí, y tiene ésta el prodigio de emitir como cierta gama de colores que te hacen viajar, trasladarte, y hasta teletransportarte a espacios y sucesos y universos que sólo y únicamente el mismo Dios conoce, porque fue Él su creador.
La emisora es toda magia, al extremo tal que a la vez que la descubres ya el dial de tu radio se detiene sobre ella, y no hay forma ni manera ni fuerza que lo hagas desplazarse hacia otro lugar. Es como si ése mismo dial fuera el soldado más predilecto del único y mismo Dios, y que le sirve y le sirviera como escudero al rey para protegerla en el siempre y para el todo dentro de sus emisiones de luz divina.
Yo soy de la gente que tiene la absoluta certeza que Cuba, mi estropeado país, estuviera más desorientado y más desasociado de lo que ya está si no hubiéramos descubierto a tiempo, y con buenas ganas, a ésta elegante emisora. Que hasta de cierta manera tiene unos poderes esotéricos y afrodisíacos que enganchan hasta al más lerdo de los lerdos, como lo son los tan bien conceptuados «innombrables», que no cejan en mencionarla con cierto toque de especulación envidiosa y acobardada manipulación.
Por eso, como yo también soy de la gente que calculó, hace ya mucho tiempo, lo que es poseer una emisora como Radio Martí anclada en el seno de mi hogar, me paso el sagrado día con ella bien conectada. Pero no sólo para teletransportarme, sino también para convertirme, con estos sagrados días de escucha, en el escudero más fiel de la emisora, porque yo soy un soldado más de Jesucristo, y mi designio no es matar, desechar o vilipendiar hombres. Sino salvar almas cubanas, promoviendo y escuchando a la cierta gama de colores que emite Radio Martí en el dial estático, para así resucitar a los cubanos como también resucitó El Cristo.
Idania Bacallao Iturria
saridania@nauta.cu
ESCRITORA.
CUBA
Enviado desde mi Orinoquia
_Por los 30 años de la emisora_
Nadie calcula lo que es poseer una emisora anclada en el seno de tu hogar. Aún más si dicha emisora se nombra Radio Martí, y tiene ésta el prodigio de emitir como cierta gama de colores que te hacen viajar, trasladarte, y hasta teletransportarte a espacios y sucesos y universos que sólo y únicamente el mismo Dios conoce, porque fue Él su creador.
La emisora es toda magia, al extremo tal que a la vez que la descubres ya el dial de tu radio se detiene sobre ella, y no hay forma ni manera ni fuerza que lo hagas desplazarse hacia otro lugar. Es como si ése mismo dial fuera el soldado más predilecto del único y mismo Dios, y que le sirve y le sirviera como escudero al rey para protegerla en el siempre y para el todo dentro de sus emisiones de luz divina.
Yo soy de la gente que tiene la absoluta certeza que Cuba, mi estropeado país, estuviera más desorientado y más desasociado de lo que ya está si no hubiéramos descubierto a tiempo, y con buenas ganas, a ésta elegante emisora. Que hasta de cierta manera tiene unos poderes esotéricos y afrodisíacos que enganchan hasta al más lerdo de los lerdos, como lo son los tan bien conceptuados «innombrables», que no cejan en mencionarla con cierto toque de especulación envidiosa y acobardada manipulación.
Por eso, como yo también soy de la gente que calculó, hace ya mucho tiempo, lo que es poseer una emisora como Radio Martí anclada en el seno de mi hogar, me paso el sagrado día con ella bien conectada. Pero no sólo para teletransportarme, sino también para convertirme, con estos sagrados días de escucha, en el escudero más fiel de la emisora, porque yo soy un soldado más de Jesucristo, y mi designio no es matar, desechar o vilipendiar hombres. Sino salvar almas cubanas, promoviendo y escuchando a la cierta gama de colores que emite Radio Martí en el dial estático, para así resucitar a los cubanos como también resucitó El Cristo.
Idania Bacallao Iturria
saridania@nauta.cu
ESCRITORA.
CUBA
Enviado desde mi Orinoquia
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