jueves, 5 de mayo de 2016

Aquellos silencios trajeron estos rumores

ORLANDO FREIRE SANTANA | La Habana | 4 Mayo 2016 - 6:40 am. | 2

Fue tal la avalancha de personas que acudieron a las Casas de Cambio (CADECA) para cambiar sus pesos convertibles (CUC) por pesos cubanos (CUP) durante los últimos días de abril, que a las autoridades no les quedó otra alternativa que anunciar que el tipo de cambio (1CUC=24 CUP) se mantenía inalterable.
Debido a insistentes rumores en el sentido de que el tipo de cambio se ubicaría en el entorno de 1CUC=18 CUP, tal vez como paso previo para la desaparición de los CUC, las personas arrasaban en horas tempranas de la mañana con las existencias de CUP en las CADECA, la moneda que, según se ha anunciado, será la prevaleciente tras la hipotética unificación monetaria. La obsesión era despojarse a toda costa de los CUC.
A la hora de deslindar la responsabilidad por la circulación de semejantes rumores, algunos apuntarían hacia determinados rasgos de la idiosincrasia del cubano. Sin embargo, en este caso es preciso considerar la cuota de culpabilidad que recae sobre el oficialismo debido al secretismo que ha rodeado este asunto.
En efecto, casi desde la implantación de la doble circulación monetaria, y mucho antes del establecimiento de los Lineamientos Económicos trazados en el VI Congreso del Partido Comunista, se aclaró que tal medida era provisional, y que se trabajaría para ponerle fin. No obstante, nunca se ha manejado una fecha probable para ello.
Tanto los dirigentes gubernamentales que se ocupan de la esfera económica, como muchos de los académicos oficialistas, han insistido durante todo este tiempo en los perjuicios que provocan las dualidades monetaria y cambiaria (esta última al contemplar tipos de cambio diferente para la población y para las empresas y entidades).
Aducen que con ello se distorsiona la contabilidad a todos los niveles, y además se afecta la competitividad de nuestras empresas.  A lo anterior se añade la anomalía de pagar a los trabajadores con una moneda —CUP— que estuvo penalizada durante casi todo el periodo de dualidad monetaria, pues su uso estaba prohibido en los principales centros comerciales del país.
Entonces, ¿por qué ha demorado tanto, al menos, la unificación monetaria? Nunca el oficialismo ha dado una respuesta al respecto. Únicamente afirman que se trata de un problema muy complejo, pero que más temprano que tarde se eliminaría la dualidad.
Solo voces independientes se han pronunciado acerca de las razones que habrían inducido a las autoridades a no dar semejante paso. Se ha planteado que la existencia única del peso cubano (CUP) hubiese puesto al descubierto una inflación galopante, la cual se ocultaba cuando buena parte de los precios se expresaban solo en pesos convertibles (CUC). Otros especialistas aseguran que, en el fondo, todo no es más que un problema de oferta-demanda. Es decir, la imposibilidad de la primera para dar respuesta a una demanda que alcanzaría cotas impredecibles, puesto que la unificación vendría antecedida por una baja en el tipo de cambio del CUC, sobre todo con respecto a la moneda extranjera, dígase dólares o euros.
El economista Omar Everleny, recientemente expulsado del Centro de Investigaciones de la Economía Cubana, declaró hace poco a la revista católica Palabra Nueva que "en la medida que baje la tasa de 1 a 24, la gente irá teniendo mayor poder adquisitivo. Si antes recibías con 200 pesos, digamos, ocho dólares, y ahora recibes 14, demandarás más productos, y si todo el mundo demanda más productos, todo termina en una mayor escasez" (Palabra Nueva, no. 257, febrero de 2016, pag. 49). 
En su informe central al VII Congreso del Partido Comunista, Raúl Castro eludió nuevamente dar una fecha para acometer la unificación, pero expresó que la medida no tardaría demasiado en ejecutarse. Tal afirmación, unida a la disminución de precios de algunos artículos en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), con el propósito explícito de aumentar el poder de compra del peso cubano (CUP), acabaron por exacerbar la expectativa ciudadana.
Los próximos días mostrarán si las personas recuperaron la calma tras la información emitida por el Banco Central de Cuba —en el sentido de que se mantiene el tipo de cambio de 1 por 24—, o si por el contrario permanece la desconfianza. De todas maneras, los gobernantes deben convencerse de que la incertidumbre es enemiga de cualquier avance de la economía.

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