viernes, 21 de febrero de 2020

Ledmanía, la primera tienda online para los cuentapropistas cubanos


Pese a los altos precios para el acceso a las redes, los emprendedores se han armado de estrategias de mercado para promocionarse dentro y fuera del país
Portal de Ledmanía (Foto: Captura de pantalla)
VILLA CLARA, Cuba – ¿Cómo impulsar el comercio electrónico en Cuba? ¿Cuáles son las herramientas idóneas para vender tu negocio en internet? A pesar de los altos precios para el acceso a las redes, los cuentapropistas cubanos se han armado de estrategias de mercado para promocionarse dentro y fuera del país. Sin embargo, hasta la fecha, la mayoría de los dueños de negocios solo podían recurrir a grupos como Revolico o sus propias cuentas personales para darse a conocer en las redes sociales.
En diciembre pasado, el joven habanero Mario Ferrer junto a un equipo de programadores y diseñadores posicionaron en Internet un Marketplace al que llamaron Ledmanía, la primera plataforma cubana que permite la compraventa de productos online. A través de un grupo de marketing digital generado en WhatsApp por los emprendedores cubanos asociados a esta red, convocaron a la primera edición del concurso del SEO (optimización de motores de búsqueda), con el fin de premiar la propuesta más innovadora y que, tuviera como premisa, beneficiar la comunidad cuentapropista. De ahí, surgió el primer supermercado digital con pasarela de pago y envíos directos hacia todo el territorio nacional. Funciona, actualmente, como una especie de Amazon cubano que pretende facilitar e impulsar la venta de negocios por transferencia bancaria en la isla.
Uno de los premios asignados a Mario fue la estancia por dos noches en el hostal Amarillo B & B de la ciudad de Santa Clara, cuya propietaria, Saily González, se dedica a ofrecer clases de emprendimiento y gestión en YouTube, y fue seleccionada para formar parte del programa Young Leaders America Initiative, patrocinado por Meridian Center y el Departamento de Estado norteamericano. Durante la estancia en este resort, declarado gay friendly por sus dueños, Mario Ferrer, conocido como “Mario Marketing” se reunió con hosteleros y dueños de negocios para presentarles su tienda virtual y convidarlos a modificar su sistema de promoción y venta en internet para obtener mayores beneficios.
El equipo de Mario concibió Ledmanía como un supermercado digital con muchas tiendas, en la que puedes acceder a varios servicios gestionados por los propios negociantes por cuenta propia. Dentro del sitio se encuentran a la venta lámparas, juguetes, relojes, libros, hasta camas y comida para mascotas, filtrados por categorías como precio, color, manualidades, vintage y opciones de pedido.
Según Mario, Ledmanía está registrada en el dominio .cu, porque es la única forma de acceder a la pasarela de pago y, porque el costo de la navegación se reduce a 10 centavos por hora. “Cada vendedor gestiona su propia plataforma y los promociona. Se trata, básicamente, del alquiler de un espacio digital. También ofrecemos la venta de tickets online, sin que las personas tengan que hacer colas o ir al lugar para asistir a los eventos”.
En el territorio nacional solo pueden utilizarse dos pasarelas de pagos: EnZona y Transfermóvil, creada por ETECSA y la que utilizan gran parte de los cubanos para pagar servicios básicos como facturas telefónicas y cuentas de electricidad. Ledmanía se valió de la primera para facilitar la compra por internet las 24 horas e ingresar el monto en moneda nacional a través de tarjetas de débito, ya sea de Bandec o Bpa, convirtiéndose en el único sitio que la tiene integrada en todo el país.
Pero, a la hora de ofrecer este servicio, ¿cómo se verifica la calidad de los productos que el cuentapropista expone en la página? De acuerdo con el criterio de este joven programador, “el principio es cuidar al cliente que va comprar. No podemos exhibir a un vendedor que realmente no tenga el producto en sus manos o que no tenga la calidad real que promociona. No se publica nada en la tienda si no tienen políticas de envío, devolución o reintegración del dinero”.
Los envíos de este supermercado se realizan a través de correos de Cuba o por DHL. Automáticamente, la plataforma cobra la tarifa establecida por ambas empresas con la posibilidad de un código de seguimiento del producto enviado. Ledmanía ya tiene negocios afiliados en casi todas las provincias, a pesar del poco conocimiento que tienen los emprendedores cubanos acerca del comercio digital y cómo gestionar las redes sociales en pos del marketing.
“En Cuba no estamos adaptados al comercio electrónico”, apunta Mario. “Apenas estamos dando pasos en el mundo de las tecnologías. Se trata de un proceso de formación al vendedor, que ahora no es físico y, por tanto, debe tener un proceso de educación digital. También hay que crear confianza en el comprador, porque siempre existen esas dudas y miedos de si te van a coger la tarjeta de crédito o te van a robar. Confío en que, de aquí a unos años, todos los cubanos puedan pagar con tarjetas. Aún estamos empezando, no somos Amazon, hay mucho trecho por recorrer”.
Además de Ledmanía, el grupo de Mario también concibió Behart.net, la primera galería colaborativa de las artes visuales en Cuba, cuya propuesta consiste en exponer y vender las obras de artistas cubanos las 24 horas, con chat en tiempo real, dos idiomas y un equipo de curadores para proteger la integralidad de quienes utilicen la página para promocionarse.
Los propios cuentapropistas cubanos reconocen que se exponen a obstáculos tales como la accesibilidad a las redes y las mínimas opciones para amplificar su mercado dentro del país, al no existir vías publicitarias permitidas por la oficialidad. Los hosteleros, por ejemplo, se valen de Airbnb como la única opción disponible para manejar su negocio y, muchos de ellos, desconocen estrategias de mercado para atraer clientes a sus casas de renta. “No se trata de decir que tienes agua fría y agua caliente y una casa colonial”, apunta Mario.
“La gente compra emociones. No podemos hacer un marketing conformista. La verdad la tiene el cliente, que siempre corrobora todo. Mi slogan siempre ha sido demostrar más que hablar (…) Los emprendedores cubanos se enfrentan a varios retos. Lo principal es vencer miedos y limitantes. No está bien pensar que no se puede. Si crece uno, crecemos todos. A veces, nos sentimos incapaces, aunque tengamos la mejor idea del mundo. No fracasan los negocios, fracasan las personas. En la medida que seamos mejores personas, tendremos mejores negocios.”

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