Las víctimas
Lo que debió ser una cobertura periodística en condiciones “normales” el martes 11 de febrero en el aeropuerto de Maiquetía, se convirtió en una angustia para los trabajadores de la prensa quienes fueron agredidos, robados, vejados y sometidos a la arbitrariedad del comportamiento salvaje de los colectivos.
Nuyerlin Contreras, periodista de Punto de Corte, recuerda con sus ojos empañados que mientras hacia su trabajo, una horda de chavistas la agredió. “Tenían cuchillos y dispositivos de descargas eléctricas”.
“Aprovecho de decirle a Diosdado Cabello que ayer (miércoles) me humilló. El cabello que me arrancaron es mío, no me dio tiempo de salir a una tienda de pelucas, golpeada, con la camisa rota. Los periodistas no tenemos tiempo para shows, ni me está pagando ningún imperio”, contó en referencia a las declaraciones del denominado número dos del chavismo en su programa Con el mazo dando.
Contreras lamentó que las autoridades no garanticen la seguridad de los trabajadores de la prensa. “Los agresores estaban dispuestos a lo peor. Señor Diosdado Cabello, usted tiene una hija que es joven al igual que yo. Yo sigo apostando a mi país. Estoy en Venezuela porque quiero. Recuerde que usted nació de una mujer. En Venezuela no se le debe pegar a nadie”, insistió.
Para Maiker Yriarte, periodista de TVV Noticias, la situación fue similar. Sufrió golpes, robo y tratos degradantes por parte de los civiles armados de Maduro.
“Lo que más duele no son los golpes, sino que esto haya ocurrido en la presencia de la Guardia Nacional y de la PNB, quienes en ningún momento hicieron algo para resguardar la seguridad de los periodistas”, contó.
Recordó que al culminar la transmisión para el canal que trabaja, se percató que estaban agrediendo a Iván Reyes de Efecto Cocuyo. “Voy a defenderlo y me agarran”.
“Me llevan hasta una esquina, me dan golpes, no sé cuántos. Pensaba que me iban a matar, uno como que se resigna. Recibí muchos golpes en la cara y la cabeza. Me diagnosticaron politraumatismos y latigazos. Los lentes me los robaron y los zapatos también. Me pusieron prácticamente como una piñata hasta casi matarme, parece que el objetivo era ese”, narró.
Entre lágrimas y la voz entrecortada, Yriarte mencionó a su camarógrafo César Díaz, quien resultó más golpeado y maltratado que él.
“Mi camarógrafo estaba ahí y fue a defenderme y hoy no está aquí (sede del MP) porque está peor que yo. Por los golpes, no podía caminar. Pensábamos que había sufrido una fractura, pero solo lesionaron sus músculos. Me siento vulnerable y tengo miedo. Sabemos ante quienes estamos”, detalló.
Nota de Prensa / Comunicación Política
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