viernes, 1 de mayo de 2020

OTRO HEROE NOS DICE ADIOS




El martes 28 de abril falleció en la ciudad de Miami José Antonio Estefan, nacido en el seno de una prestigiosa familia santiaguera. A la edad de 15 años se incorporó a uno de los grupos más activos de la Resistencia Cubana. Un grupo que trabajo consistentemente con el Movimiento Demócrata Cristiano, MDC, desde su fundación y que unió sus esfuerzos activamente al Directorio Revolucionario Estudiantil, DRE, también desde su fundación. Estuvieron involucrados en el alzamiento del líder estudiantil Alberto Muller y en el de los Hermanos Balart, reconocidos patriotas santiagueros. Posteriormente trabajaron bajo el mando de Roberto Gomez Barrueco en peligrosas actividades de propaganda y bajo las órdenes de Nelson Figueras en la preparación del respaldo militar a la expedición de Girón. Producto de la insistencia de José Antonio, y de su inmediato superior Nene Cinca, se obtuvieron libras del explosivo C-4 de manos de un gran patriota cubano y agente del CIA infiltrado en Cuba: Luis Torroella. Nelson y Luis cayeron presos por otros motivos de la lucha bélica y fueron fusilados. Roberto escapo milagrosamente de un cerco urbano.
Los explosivos fueron utilizados sin cesar para los objetivos que fueron determinados. Por un error técnico, y sin lograr llegar al importante objetivo final, el artefacto comenzó su proceso, José Antonio se percató y lo lanzo cuando se encontraba caminando frente a la Colonia Española que nunca fue el verdadero destino. Injustamente el hecho fue mal llamado “La Bomba de La Colonia Española”, pero su destino real era ¡el enemigo comunista!, con nombre y apellido.
Su compañero de misión, como siempre, el muy heroico José Angel Pérez Flaquer, trató infructuosamente de salvarlo en medio de la vía pública, pero no pudo. Ambos cayeron presos, José Antonio inmediatamente torturado y sometido a un tratamiento de inyecciones de ¿pentotal? etc., por un psiquiatra comunista alemán cuyo nombre era algo así como Ethel Mayer. Mal herido y mal curado, ambos fueron salvajemente humillados y maltratados durante todo el tiempo que estuvieron cautivos. Entre las muchas e indetenibles torturas, le llenaban la asquerosísima y pequeña celda de ratas. José Antonio padeció toda su vida de leptospirosis producto de las múltiples mordidas de los ratones. Su comportamiento en la prisión fue impecable, jamás cedió un milímetro a las pretensiones de los esbirros torturadores comunistas. Un preso político ejemplar. Dos simples palabras: Preso Político. ¡Qué fácil y que rápido se pronuncian!
En el exilio milito activamente, todo el tiempo, en varias organizaciones de carácter frontal a la tiranía comunista. Un ataque al corazón se unió a  la precaria salud que siempre lo acompañaba y finalmente nos dijo adiós.     A DIOS porque hacia allí se dirigió José Antonio. 
A Omara, su inseparable y abnegada compañera y a Karen, hija digna de su padre, mi más profundo pésame. A su dolor de madre e hija, y con lágrimas en los ojos, uno mi dolor de hermano de lucha al dolor de ellas.
La patria ha perdido a otro héroe que no será olvidado jamás.
Mi querido hermano “Tostones”, los dos sabemos perfectamente, que hasta después de muertos seguiremos luchando por la libertad de nuestra patria: pese a las ratas de las celdas y a las peores ratas del mundo, las ratas humanas. 
                                                            Recibe mi fuerte abrazote allí, en lo alto de la dimensión desconocida.
                                                                                                                                                                                                          Tu hermano de siempre, Manino.

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