La empresa
Aguas de La Habana informó el miércoles que una "rotura imprevista ocurrida en la tarde de ayer en la conductora de la fuente de abasto el Gato" hizo necesario "posponer el paro programado" para esa jornada en el
abasto de agua desde la fuente de Ariguanabo para el próximo viernes 15 de mayo.
Por ello, indicó una nota oficial publicada en su
muro de Facebook, se verá afectado el servicio de agua en zonas de La Lisa —repartos Balcón Arimao, Alturas de la Lisa, Versalles, la Coronela, San Agustín, Novoa, Arroyo Arenas, Valle Grande, El Morado, La Concepción, XX Aniversario, Torrens, Fincas Tamayo y La Viviana—; Playa —repartos Barbosa, Siboney, Atabey, Los Rusos y Flores—; y Marianao —reparto Zamora y la zona aledaña a la Avenida 25.
Esa rotura obligó a trasladar el paro del bombeo de agua debido a la realización de trabajos de mantenimiento y reparaciones en las conductoras y en las líneas eléctricas que alimentan el campo de pozos de la fuente de abasto de Ariguanabo, para el viernes próximo, entre 6:00AM y 6:00PM.
De acuerdo con la nota, una vez terminados los trabajos de mantenimiento, se restablecerá el servicio de agua paulatinamente, en sus horarios normales.
El anuncio ocurre un día después de que la propia empresa anunciara una rotura de la conductora principal de la fuente de abasto El Gato que beneficia al este de la capital.
Ese otro imprevisto había afectado el servicio a amplias zonas de Habana de Este —incluyendo el Hospital Naval—, Regla, Guanabacoa —todo el municipio excepto el Campo de Guanabacoa— y Cotorro.
Ambas roturas ocurren en medio de la pandemia del Covid-19 en Cuba, donde durante varios meses las interrupciones del servicio de agua potable ha provocado múltiples quejas y protestas de la población a lo largo de la Isla.
De acuerdo con las autoridades, en Cuba actualmente hay más de 708.000 personas afectadas por la
sequía. De ellas, más de 596.000 personas están recibiendo el agua en pipa en toda la Isla.
Asimismo, el Canal de Vento, una de las fuentes de abasto fundamentales para algunos de los municipios más populosos de la capital, se encuentra en la peor situación de su historia.
A ello se suma la demora en la realización de grandes inversiones para la eliminación de salideros, que según cálculos conservadores son responsables de que se pierda más de la mitad del líquido que se bombea a las zonas residenciales.
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