Para el OCDH, "los actos de repudio constituyen un método de 'linchamiento social', a través el uso de aglomeraciones de personas, ubicadas generalmente en la vía pública o frente al lugar de residencia de los agraviados, a quienes intentan abochornar e intimidar mediante el empleo de agresiones verbales, incluidas ofensas diversas, frases y gestos obscenos, alusivas a raza, género, despersonalización y amenazas". En no pocas ocasiones se emplea, además, la violencia física, con lesiones frecuentes para las víctimas. "Estos actos son organizados por el Estado cubano, que emplea a las denominadas organizaciones sociales y de masas, dirigidas por el Partido Comunista", detalla. Las víctimas en 2020 son miembros de la sociedad civil, entre ellos defensores de derechos humanos, periodistas independientes, activistas políticos o simplemente individuos que disienten de políticas estatales que excluyen cualquier tipo de pluralismo político. |
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