N15, victoria razzia del totalitarismo castrista
Notas por ARZ
Tengo amigos bajitos de ánimo, otros en silencio traumático, no se oye el retumbar elefantino de las bocinas y los aparentes victoriosos celebran la fiesta. ¿Qué pasa, folks, nonenfunden las alas? Todavía no es una guerra perdida. Es solo parte del sarcasmo de la pre-revolución ingenua, pero joven y auténtica. Parece que hemos olvidado que los sistemas totalitarios y comunistas no son piadosos ni permisivos, son eternas guillotinas.
Las protestas en Cuba fueron tan espontáneas que la sorpresa permitió gritos de libertad hasta que la maquinaria movilizó a sus avispas rojas, sus garrotes y sus leyes carcelarias, el resto lo puso la prensa, ávida de intifadas y antifadas modernas para ganar rating.
Por suerte las protestas cubanas fueron pacíficas y la prensa no ha podido ocultar que existe una rebeldía digna y antisistema en la isla, un éxtasis prerrevolucionario. Los ojos del mundo se volvieron hacia Cuba, que pasó a primera plana, aunque no todos cuestionaron la reacción violenta castrista y la ONU y los grandes poderes mudos, por supuesto.
Ayer, el 15N (la demostración de noviembre 15 convocada por el grupo Archipiélago, constituido por jóvenes pacifistas que reclaman “Patria y vida”, mejores condiciones de vida y libertades democráticas), constituyó un desafío para el régimen, por eso maniobró para silenciarla, y si era necesario hacerla polvo. Todo el mundo sabe que no les importa la opinión pública, pero aprovecharon las circunstancias para la diversión ideológica y echarse una máscara de revolucionarios incruentos. Desactivaron la manifestación bloqueando los hogares de los 1íderes, mostrando a sus huestes armadas con palos, amenazando a los opositores con razzias y espantando a la prensa, celebrando fiestas suyas de apoyo, como si no pasara nada. Fiestas comunistas.
Realmente, no pasó casi nada, excepto las críticas al régimen por no permitir una manifestación pacífica y punto. Fin del drama, eventualmente. El drama real es la represión, los encarcelados, la hostilidad hacia la disidencia, el endurecimiento del sistema, de esto la prensa se queda en meras alusiones o subrayan la justificación del régimen de que las protestas están patrocinadas por el imperialismo yanqui. Solo el exilio cubano, un sector del parlamento europeo y algunas personalidades preclaras en el mundo apoyaron el 15N. ¿Quiénes no? Corporaciones, la mayoría de los medios de comunicación, la Izquierda histórica, Rusia, China, Maduro, el México de López Obrador, entre muchos. ¿La postura de Estados Unidos? Una cierta crítica formalista, como casi siempre lo han hecho, mientras paralelamente articulan una política de apoyo material (oxígeno) al castrismo.
Aunque el punto de vista de los jóvenes opositores cubanos es dramático y creíble, no existen indicios concretos y sensibles de que a los grandes poderes y mucho menos a la Izquierda y a los aliados comerciales del castrismo y al globalismo neoliberal político les interese acabar con el subdesarrollo, las calamidades políticas y el totalitarismo que lleva 62 años devastando al pueblo cubano, alegan que es un problema cubano.
Lo extraño del espectacular entusiasmo de algunos, mezcla de candidez y de auto estupefaciente patriótico, es que pasen por alto tres cosas: la existencia del totalitarismo rampante castrista que jamás negociaría con la oposición porque lo consideran un suicidio, aparte de despreciar las alternativas, ya que se consideran la única alternativa absoluta; ninguna manifestación pacífica (ni armada) en la historia ha derrocado a un gobierno de terror comunista; y en ningún país una oposición sin un liderazgo respaldado por un poder exterior política y materialmente puede someter la postura de una dictadura renuente a pactar la libertad o la paz común. Es lo que demuestra la historia. Las dictaduras comunistas jamás han negociado. Ojalá la lucha por la libertad en Cuba contradiga a la historia, historia nefasta.
La realidad cubana es que las nuevas generaciones han comenzado un proceso con una conciencia de cambio dinámico inevitable, el Nuevo Hombre servil ha sido superado, pero llevará tiempo a que un liderazgo vea la emancipación como fuerza de choque, simultáneamente a un proceso de vejez del sistema o de crisis económica extrema que permita cambios radicales. En estos momentos el castrismo sabe que los cambios en el mundo, la hegemonía china, el apoyo de Rusia y la presidencia de Biden les favorecen. La tiranía no teme a los manifestantes, como se dice, porque saben que tienen los tanques y que a China nadie la tocó cuando se produjo la matanza de Tianamen, los clamores no derrumban tiranías. Los tanques, como creía Stalin, eran la reserva contra el enemigo. Así que creer que el puesto de mando castrista está arratonado es una ilusión entusiasta, que yo también siento.
Toda la política del gobierno cubano ahora está enfocada en cabildear con Estados Unidos el levantamiento del embargo (ellos le llaman bloqueo), es decir están cabildeando por la continuación del sistema. Por tanto, toda la política de los creyentes en la libertad debe enfocarse en coordinar un reclamo nacional y mundial de justicia y libertad para Cuba, no para que se levante el embargo, sino para que desaparezca la dictadura. Las manifestaciones en la isla serán más fuertes si ese reclamo funciona, si el apoyo a los opositores funciona, si la desunión se acaba, si Cuba en vez de ser política de rosas blancas contra leones se convierte en razón de ser presente de libertad contra servidumbre, en patria y vida contra patria o muerte. Que no muera la rosa blanca. Debemos abrirle los ojos al mundo indiferente, con muchos estruendos, muchos reclamos. El problema de Cuba es internacional porque la libertad siempre ha sido un reclamo internacional. Que se oiga el reclamo. El castrismo está de fiesta, pero se ha debilitado. Los jóvenes manifestantes de hoy merecen toda nuestra confianza y apoyo, apoyo de verdad. Nos los queremos ver viejos y angustiados en los próximos años.
ARZ
Nota:
mucha gente está desalentada porque los jóvenes no salieron, no se batieron en las calles. Nosotros tampoco lo hicimos.
Unos pocos han peleado, miles fueron a las cárceles, a ellos les pasa lo mismo. Lo que podemos aconsejarle es que haya una próxima vez,
que sean más estratégicos, que no emigren, que se vayan de sus casas para que no los bloqueen, etc. Que no mueran las rosas blancas.
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gracias
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