jueves, 26 de mayo de 2022

MIENTRAS CUBA APLASTA EL RENACIMIENTO DE LA DEMOCRACIA, ¿DÓNDE ESTÁ BIDEN?


Thu, May 26 at 1:01 PM
MIENTRAS CUBA APLASTA EL RENACIMIENTO DE LA DEMOCRACIA, ¿DÓNDE ESTÁ BIDEN?
Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del Proyecto Emilia
Medalla Presidencial de la Libertad
Sígame en: http://www.twitter.com/@oscarbiscet
 
—ENGLISH VERSION AFTER THIS ONE—
 
Publicado originalmente en The Washington Times el jueves 19 de mayo de 2022.
¿Por qué el presidente no habla tan duro de Díaz-Canel como lo hace con Putin?
El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, dice que vivimos en un “momento de ajuste de cuentas para la democracia en todo el mundo” y promete que Estados Unidos “dará un paso adelante y traerá a otros” con él. Esas son bellas palabras, pero para muchos cubanos suenan huecas. A pesar de todo su discurso de oponerse a la autocracia y apoyar las democracias en peligro, la administración Biden ha hecho poco para abordar la supresión de los movimientos de la democracia en Cuba.
Los disidentes cubanos están sufriendo la peor persecución en décadas. Sin embargo, la administración Biden, la comunidad internacional en general y los medios han ignorado en gran medida esta represión.
El verano pasado, el 11 de julio de 2021 (11J), los cubanos salieron a las calles para protestar pacíficamente por las prácticas tiránicas del gobierno y la mala gestión económica crónica del país. El régimen de Miguel Díaz-Canel ha tratado este acto sencillo y pacífico de expresión democrática como una serpiente a la que hay que aplastar en su caparazón. Ha autorizado juicios masivos para cientos de manifestantes inocentes, incluidos unos 55 menores. Algunos de los acusados terminarán en prisión durante décadas. Según Samantha Power, administradora de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, “el gobierno cubano ha condenado a 128 personas a un total de más de 1900 años de prisión por manifestarse y expresar sus puntos de vista”.
Esta represión es más amplia y dura que las anteriores, ya que tiene como objetivo asustar a los cubanos sencillos para que no apoyen tales protestas en el futuro. Lejos de dejar atrás la crueldad de los hermanos Castro, Díaz-Canel está volviendo a ella. Sin embargo, ¿cuántos estadounidenses están siquiera familiarizados con el nombre de Díaz-Canel? La suposición complaciente de la prensa y la comunidad internacional es que es una figura más benigna que sus predecesores. Los hechos brutales sobre el terreno en Cuba cuentan una historia diferente.
Si la democracia va a tener alguna oportunidad en Cuba, la administración Biden deberá hacer algo más que retirar las visas de viaje de un puñado de funcionarios cubanos, y la prensa y la comunidad internacional deberán arrojar una luz implacable sobre las fechorías del Sr. Díaz-Canel.
Un paso positivo que podría tomar la administración Biden es apoyar la expansión del acceso a Internet en Cuba. El señor Díaz-Canel lo ha restringido en respuesta a las protestas pacíficas. Esto impide el libre flujo de la información, sin la cual es imposible la recuperación de la democracia en Cuba.
¿Hablará el mandatario Biden tan duramente sobre Díaz-Canel como lo hace sobre el autócrata ruso Vladimir Putin? La tiranía marxista a las puertas de Biden es mucho peor que cualquier cosa en la esfera de influencia de Putin. ¿Por qué el destino de los cubanos le preocupa menos al Sr. Biden que el de los ucranianos? ¿Por qué el Sr. Biden no hace un llamado a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional para que boicoteen y sancionen al Sr. Díaz-Canel tan severamente como al Sr. Putin?
Todo esto se vuelve aún más urgente por el hecho de que Cuba está en una alianza peligrosa con Putin. El régimen de Putin ya ha revelado su voluntad de instalar cohetes nucleares en Cuba, planes que no ha negado la dictadura cubana.
La administración Biden es consciente de este problema. Al referirse a la posibilidad de que Rusia instale estas armas en Cuba y Venezuela, Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Biden, dijo en conferencia de prensa en la Casa Blanca el 13 de enero de 2022, que “si Rusia se moviera en esa dirección, se ocuparía de ellos con decisión".
Meses antes, en la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, el secretario de Estado, Antony Blinken, también expresó la preocupación de la administración por el creciente papel de Rusia en Cuba y Venezuela. La general del Comando Sur, Laura Richardson, atribuye en parte la inestabilidad del Hemisferio Occidental a la injerencia de Cuba en Venezuela, lo que ha contribuido a una ola de delincuencia transnacional en América Latina.
“Cuando se trata de Cuba, el objetivo es la democracia y la libertad para su pueblo”, ha dicho el secretario Blinken. Pero, ¿dónde están las medidas efectivas para promover estos cambios democráticos?
A principios de este año, los legisladores de Florida presentaron un proyecto de ley que pedía al Sr. Biden la promulgacion de la Carta de las Naciones Unidas (ONU). El proyecto de ley aún está pendiente. Dice que el artículo 54, si se promulga, permitiría al Consejo de Seguridad de la ONU tomar medidas contra Díaz-Canel, quien preside una dictadura que “está utilizando la tortura, la violencia y la intimidación; y reteniendo alimentos, agua, medicinas, electricidad, educación y comunicación al mundo exterior para estrangular a la población hasta la sumisión”.
El Sr. Biden debería prestar atención a las palabras de este proyecto de ley. ¿Por qué no lo ha hecho? ¿Por qué una administración ostensiblemente dedicada al renacimiento global de la democracia ha ofrecido un apoyo tan tibio a los discípulos cubanos de la misma? Cuba es una prueba de la sinceridad de Biden. ¿Estará con su pueblo perseguido o ignorará los abusos de sus torturadores?
Este no es el momento de la “normalización”, como algunos aconsejan al Sr. Biden, sino un momento que clama por una sólida defensa de los derechos democráticos del pueblo cubano. Hace nueve años, impulse la iniciativa de establecer el Proyecto Emilia para defender esos derechos. El propósito del proyecto es tan importante hoy como lo fue entonces. Clamamos por “un orden jurídico de nuestra patria que tenga como base los principios democráticos que rigen en otras naciones del mundo civilizado”. Pero nuestra exigencia sigue sin ser escuchada, como ilustran vívidamente los juicios masivos contra cubanos pacíficos del 11J. Cuba sigue siendo una terrible tiranía comunista.
Apruebo la celebración de una “cumbre sobre la democracia” por el Sr. Biden, como lo hizo en su primer año administrativo. Pero, ¿de qué sirve la elevada retórica en esa cumbre si no se responde con la acción? Este es, de hecho, un momento de ajuste de cuentas para la democracia en todo el mundo, como dice Blinken. Pero la historia juzgará que Biden ha fracasado si continúa pasando por alto el aplastamiento del renacimiento de la democracia en Cuba.
El Dr. Oscar Elias Biscet es un líder de derechos humanos, ex preso de conciencia durante 12 años y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad. Vive en  La Habana, Cuba, y puede ser contactado a través de su teléfono 011-537-699-1774. y de su sitio web: www.OscarBiscet.com.
La Nueva Nación es una publicación independiente cuyas metas son la defensa de la libertad, la preservación de la democracia y la promoción de la libre empresa. Visítenos en: http://www.lanuevanacion.com
 
AS CUBA CRUSHES DEMOCRACY’S REVIVAL, WHERE IS BIDEN?
 
Why won't the president speak as harshly on Diaz-Canel as he does Putin?
U.S. Secretary of State Antony Blinken says that we live in a “moment of reckoning for democracy worldwide” and promises that America will “step forward and bring others” with it. Those are fine words, but for many Cubans they ring hollow. For all its talk of opposing autocracy and supporting imperiled democracies, the Biden administration has done little to address the suppression of democracy’s stirrings in Cuba.
Cuban dissidents are suffering the worst persecution in decades. Yet the Biden administration, the international community at large, and the media have largely ignored this repression.
Last summer, on July 11, 2021 (11J), Cubans took to the streets to protest peacefully the government’s tyrannical practices and chronic economic mismanagement of the country. The regime of Miguel Diaz-Canel has treated this simple and peaceful act of democratic expression like a serpent to be crushed in its shell. He has authorized mass trials for hundreds of innocent protesters, including an estimated 55 minors. Some of the indicted will end up in prison for decades. According to Samantha Power, the administrator of the United States Agency for International Development, “The Cuban government has sentenced 128 people to a total of over 1,900 years in prison for demonstrating and expressing their views.”
This repressive crackdown is broader and harsher than previous ones, as it aims to scare ordinary Cubans away from supporting any such protests in the future. Far from moving past the cruelty of the Castro brothers, Mr. Diaz-Canel is returning to it. Yet how many Americans are even familiar with Mr. Diaz-Canel’s name? The complacent assumption of the press and the international community is that he is a more benign figure than his predecessors. The brutal facts on the ground in Cuba tell a different story.
If democracy is to have any chance in Cuba, the Biden administration will need to do more than just pull the travel visas of a handful of Cuban officials, and the press and international community will need to shine a relentless light on Mr. Diaz-Canel’s misdeeds.
One positive step the Biden administration could take is to support the expansion of internet access in Cuba. Mr. Diaz-Canel has restricted it in response to the peaceful protests. This is preventing the free flow of information, without which the recovery of democracy in Cuba is impossible.
One positive step the Biden administration could take is to support the expansion of internet access in Cuba. Mr. Diaz-Canel has restricted it in response to the peaceful protests. This is preventing the free flow of information, without which the recovery of democracy in Cuba is impossible.
Will President Biden speak as harshly about Mr. Diaz-Canel as he does about Russian President Vladimir Putin? The Marxist tyranny on Mr. Biden’s doorstep is far worse than anything in Mr. Putin’s sphere of influence. Why is the fate of Cubans of less concern to Mr. Biden than that of Ukrainians? Why is Mr. Biden not calling on the United Nations and the international community to boycott and sanction Mr. Diaz-Canel as severely as Mr. Putin?
All of this is made even more urgent by the fact that Cuba is in a dangerous alliance with Mr. Putin. The Putin regime has already revealed its willingness to install nuclear rockets in Cuba — plans the Cuban dictatorship has not denied.
The Biden administration is aware of this problem. Referring to the possibility of Russia installing these weapons in Cuba and Venezuela, Jake Sullivan, Biden’s national security adviser, said at a press conference at the White House on Jan. 13, 2022, that “If Russia were to move in that direction, we would deal with them decisively.”
Months earlier, in the Foreign Affairs Committee of the House of Representatives, Secretary of State Antony Blinken also expressed the administration’s concern about the growing role of Russia in Cuba and Venezuela. (The general of the Southern Command, Laura Richardson, attributes the instability of the Western Hemisphere in part to the interference of Cuba in Venezuela, which has contributed to a wave of transnational crime in Latin America.)
“When it comes to Cuba, the goal is democracy and freedom for its people,” Mr. Blinken has said. But where are the effective measures to promote these democratic changes?
Earlier this year, Florida legislators introduced a bill calling on Mr. Biden to enact Article 54 of the U.N. Charter. The bill is still pending. It says that Article 54, if enacted, would allow the U.N. Security Council to take action against Mr. Diaz-Canel, who presides over an autocracy that “is using torture, violence and intimidation, and withholding food, water, medicine, electricity, education and communication to the outside world in order to strangle the population into submission.”
Mr. Biden should heed the words of this bill. Why hasn’t he? Why has an administration ostensibly dedicated to the global rebirth of democracy offered such tepid support to Cuba’s disciples of it? Cuba is a test of Mr. Biden’s sincerity. Will he stand with its persecuted people or ignore the abuses of their tormentors?
This is no time for “normalization,” as some counsel Mr. Biden, but rather a moment that cries out for a robust defense of the Cuban people’s democratic rights.  Nine years ago, I helped establish the Emilia Project to defend those rights. The project’s purpose is as important today as it was then. We cried out for “a legal order of our homeland has as its basis the democratic principles that prevail in other nations of the civilized world.” But our plea remains unheard. As the mass trials against peaceful Cubans of 11J vividly illustrate, Cuba is still an appalling communist tyranny.
I commend Mr. Biden for holding a “summit on democracy,” as he did in the first year of his presidency. But what good is the lofty rhetoric at that summit if it is not met by action? This is, indeed, a moment of reckoning for democracy worldwide, as Mr. Blinken says. But history will judge Mr. Biden to have failed if he continues to overlook the crushing of democracy’s revival in Cuba.
• Dr. Oscar Biscet is a physician and human-rights advocate.
https://www.washingtontimes.com/news/2022/may/19/as-cuba-crushes-democracys-revival-where-is-biden/
El Dr. Oscar Elias Biscet es un líder de derechos humanos, ex preso de conciencia durante 12 años y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad. Vive en  La Habana, Cuba, y puede ser contactado a través de su teléfono 011-537-699-1774. y de su sitio web: www.OscarBiscet.com.
La Nueva Nación es una publicación independiente cuyas metas son la defensa de la libertad, la preservación de la democracia y la promoción de la libre empresa. Visítenos en: http://www.lanuevanacion.com

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