Ex agente de la Seguridad del Estado

Ex agente de la Seguridad del Estado, Barbaro Humberto Morales García, planea irse a vivir a Miami

byRedacción CPEM

Desde hace ya varios años, Barbaro Humberto Morales García, “Barbarito” para sus allegados y compañeros de la Seguridad del Estado en Cienfuegos, de la cual fue agente, vive en Madrid, España. A ese país, Barbarito logró “arrancarle” la ciudadanía. Sí, “Barbarito” es español. Y es también cubano, de nacimiento.

Allí en Madrid, España, vive – o vivía – una de sus hijas. Barbarito tiene además otros dos hijos, Amed Morales Díaz, y otra hija, cuyo nombre no recuerda la fuente, que tiene dos hijos.

Pero, ¿quién es Barbaro Humberto Morales García?

Barbaro Humberto Morales García es un antiguo oficial del G-2 en la provincia de Cienfuegos y no un oficial cualquiera. Barbarito fue jefe de la Seguridad del Estado durante la construcción de la llamada “Obra del Siglo en Cuba”. Esa que nunca llegó a construirse: la Central Electronuclear de Juraguá, en la provincia de Cienfuegos.

De su época más activa con la Seguridad del Estado, porque aún retirado y lejano continúa colaborando y brindándole información a sus superiores de antaño y ex colegas de la Contrainteligencia, información “interesante”, Barbarito es reconocido como uno de los oficiales que obligó al padre de Clara Azteazarán a convertirse en colaborador del MININT y del G-2.

La familia Azteazarán, residentes en Aguada de Pasajeros, provincia de Cienfuegos, tenía un familiar preso por motivos políticos. Fue al padre de esta persona, que la fuente no puede recordar el nombre, a quien Barbarito, junto a otros oficiales de la Seguridad del Estado obligó a colaborar e informar todo lo que en materia de “presos políticos” pudiera ser de interés de ese aparato represor.

Para lograr su colaboración lo coaccionaron mediante una amenaza simple: si no colaboraba con ellos, su hijo, en la cárcel, podría sufrir un percance fatal. Eso, simple y llanamente quiere decir que lo matarían.

Barbarito, asegura la fuente que suministró esta información ahora a Cubanos por el Mundo, opera u operaba en las redes sociales bajo otros pseudónimos; e incluso afirma que “está casi convencido que Barbarito cobraba por esos servicios.”