jueves, 20 de abril de 2023

INVASION BAHIA DE COCHINO

Aprovechando que por la fecha comencé a sacar lo que tenía escrito y ayer fue la misa en que leímos los caídos en esta heroica invasión con un grito de Presente hoy voy a poner en mi página y en la de los presos unos datos que quizás no lo sepan o se les han olvidado.

 

INVASION BAHIA DE COCHINO

 

Esta es una pequeña recopilación de datos ofrecidos por el Gobierno Americano sobre estos hechos, desconocidos por nosotros, aunque éramos parte de estos, y que resulta muy interesante el saber cómo los americanos deseaban llevar a cabo esta empresa, Sin contar con los cubanos 

 

El presupuesto que el Gobierno Norteamericano destino para esta actividad se estimó en $4, 400,000.00 dividido de la siguiente forma:

Para la Acción política destinaron la cantidad de $950,000.00;

propaganda, $1, 700,000.00;

para los militares, $1, 500,000.00

y recopilación de inteligencia, $250,000.00

 

Los planes primarios eran cuatros:

1.-Formar una organización de exiliados cubanos para atraer lealtades cubanas, dirigir actividades opositoras y darles cobertura a las operaciones de la Agencia.

 

2.- Hacer una ofensiva de propaganda a nombre de la oposición.

 

3.- Crear dentro de Cuba un aparato clandestino tanto para la recopilación de inteligencia como para la acción que respondiera a la dirección de la organización de exiliados.

 

4.- Desarrollar fuera de Cuba una pequeña fuerza paramilitar para ser introducida dentro de la isla con el objetivo de organizar, entrenar y dirigir grupos de resistencia.Esta es la que se nos informaba a los que ya estábamos conspirando

 

De esta forma, el proyecto de derrocar a Castro se había convertido en una importante actividad de la Agencia con la más alta aprobación política.

La Base de Miami se abrió para el reclutamiento de cubanos el 25 de mayo en el distrito de negocios de Coral Gables bajo la cobertura de una firma neoyorquina de búsqueda de personal, respaldada por un contrato del Departo de Defensa.

 

El 22 de junio, el subdirector de la Agencia Central de Inteligencia informó al Consejo Nacional de Seguridad sobre el proyecto.

 

El objetivo último del programa de entrenamiento, según el documento preparado para este informe, era constituir una fuerza mínima de 500 hombres dividida aproximadamente en 25 equipos capacitados para organizar, entrenar y dirigir grupos disidentes nativos. Cada equipo tendría a su disposición un operador de radio.

 

El documento de agosto de 1960 para el Presidente esbozaba el plan de operaciones de la forma siguiente:

 

1.- La fase inicial de las operaciones paramilitares contempla el desarrollo, apoyo y orientación de grupos disidentes en tres áreas de Cuba: Pinar del Río, el Escambray y la Sierra Maestra. Estos grupos serán organizados para una acción guerrillera concertada contra el régimen.

2.-La segunda fase se iniciará con un asalto combinado aeromarítimo por fuerzas del FRD en Isla de Pinos coordinado con una actividad guerrillera general en la isla de Cuba. Esto establecerá una base cercana para futuras operaciones.

3.-La última fase será un asalto aéreo en el área de La Habana mientras las fuerzas guerrilleras en Cuba se mueven por tierra desde estas áreas también hacia La Habana.

 

Para estos días ellos tenían informes que el ejército de Castro contaba con las siguientes miembros en las Fuerzas Armadas Revolucionarias 32,000 hombres, Milicias Nacionales Revolucionarias 200,000 hombres; se estaba fortaleciendo con 30 o 40 mil toneladas de armas aproximadamente procedentes del campo socialista el empleo de más de 30 a 40 mil toneladas de armas y material bélico pesado provistas por el bloque soviético, por un valor de $30,000,000. y que la seguridad interna cubana se estaba haciendo más rigurosa.

 

A fines de octubre, el gobierno de Nicaragua ofreció a la Agencia el uso de una pista de aterrizaje y de instalaciones portuarias en Puerto Cabezas, unas 250 millas más cerca de Cuba que las instalaciones en Guatemala. 

 

Al mismo tiempo, la CIA solicitó al Ejército 38 instructores y personal de Fuerzas Especiales. Debido a las prolongadas negociaciones sobre la línea a seguir, este personal no llegó a Guatemala hasta el 12 de enero de 1961

 

Al final de noviembre de 1960, la Agencia presentó un plan enmendado ante el presidente Eisenhower y sus asesores.

Este incluía la infiltración en Cuba en cuatro modos que eran:

a) un desembarco nocturno discreto;

b) la posibilidad de conducir operaciones aéreas desde una base en territorio ocupado;

c) un período de acumulación de tropas posterior al desembarco inicial, para preceder una acción ofensiva contra las fuerzas de Castro, y

d) terreno apropiado para guerra de guerrillas en caso de que la fuerza invasora no pudiera afincarse de entrada.

 

El requerimiento de una pista de aterrizaje obligó a los planificadores a cambiar el sitio de la invasión desde Trinidad a Zapata.

 

El área anterior (Trinidad) era más cercana a las montañas del Escambray y ofrecía, en consecuencia, mejores posibilidades para guerrillas, pero solamente la última tenía una pista de aterrizaje adecuada.

 

Los planes incluían Por vía aérea desembarcos de 80 hombres en pequeños grupos paramilitares, luego de que se prepararan comités de recepción allá compuestos de individuos que serían infiltrados por mar; además un desembarco anfibio de 650 a 700 hombres con gran cantidad de armamentos; y una vez esto funcionando ataques aéreos preliminares a blancos militares

 

Bajo el plan de Trinidad el acceso a las montañas del Escambray para la posible existencia de guerrillas podría haber constituido una medida de justificación considerados los enormes riesgos involucrados. Sobre este plan se habían alzado muchos cubanos en espera de la invasión

 

Para alimentar a la guerrilla se coordinó con los infiltrados recibirlas armas.

 

El primer intento por lanzar un cargamento aéreo sobre territorio cubano tuvo lugar el 28 de septiembre de 1960. (Dio la coincidencia que ésta fue la misma noche que se llevó a cabo la primera operación marítima). 

 

Un cargamento de armas para pertrechar a 100 hombres fue lanzado para un agente que se consideraba con un gran potencial para convertirse en líder de la resistencia. La tripulación del avión confundió la zona donde debía caer el cargamento y fue a dar a siete millas de distancia en una represa.  (Esto es una de las cosas que no puedo entender con las zonas bien marcadas y con los adelantos que ya existía este error era increíble, pero estos errores se siguieron cometiendo no nos llegaban las armas prometidas, esto no está en el artículo es mi opinión) .

Las fuerzas de Castro se apoderaron de las armas, rodearon el área, capturaron al agente y después lo fusilaron sumariamente.

El avión se extravió en su regreso a Guatemala y aterrizó en México. Todavía sigue allí.

 

Esta operación podría haber indicado que el futuro era poco prometedor para próximos envíos aéreos. De hecho, este fracaso resultó algo fundamental para persuadir a los jefes del proyecto de la inutilidad de crear una organización interna de resistencia utilizando medios clandestinos, y en las próximas semanas el énfasis operacional empezó a inclinarse por el concepto de un ataque más directo

 

El 26 de diciembre de 1960, el cuartel general supo que un agente cubano, que había sido entrenado en Estados Unidos, quería que se enviara un cargamento aéreo que no pasara de 1,500 libras de material de demolición y sabotaje y armas. El agente especificó claramente el trazado de la zona donde debía tirarse la carga, así como la cantidad y el tipo de material deseado. El 31 de diciembre se lanzó un cargamento.

 

El equipo de recepción de 15 hombres recibió no sólo 1,500 libras de material diferente al que se había pedido originalmente, ya que los artículos específicos no pudieron empacarse a tiempo en cajas impermeables, sino también 800 libras de frijoles, 800 libras de arroz y 60 libras de manteca.

 

En total, dicen que hubo cuatro cargamentos exitosos de las 30 misiones que se hicieron hasta el 21 de abril de 1961. (O sea solo un 20% y para mi no llegaron a 4 misiones)

 

En total, alrededor de 151,000 libras de armas, municiones y equipos se enviaron por aire.

No se enviaron más de 69,000 libras de todo esto en realidad, siendo el resto devuelto a la base.

De estas 69,000 libras, por lo menos 46,000 fueron capturadas por las fuerzas de Castro, que se apoderaron de todas y de gran parte de los diez cargamentos, comparados con nuestros agentes, que pudieron recuperar sólo tres. Así que solo enviaron un 21% de lo acordado y de este 21% solo se recibieron 23,000, así que armaron a los comunistas con sus equipos, radios transmisores y planes, u es el ejercito más importante del mundo, no estaban ayudando o nos estaban aniquilando).

 

En otras palabras, de las 75 toneladas que se lanzaron por aire, los agentes paramilitares recibieron realmente 12 (suficientes para armar a 300 hombres, teniendo en cuenta que 7,500 libras equivalen a 100 hombres).  Hay que recordar que teníamos alzados mas de 5,000 hombres en el Escambray desarmados. Por los agentes infiltrados tenían sus propios problemas en aquel momento, de ahí que fueran detenidos más de 5,000 hombres alzados y sin armas y he aquí algunos de los mensajes enviados recibidos y no enviados.

 

Se han con los documentos desclasificados estos mensajes: 

 

Es injusto demorar tanto la operación. Esto no es un juego”.

Cuánto tiempo tendremos que esperar por los lanzamientos. La vida de campesinos y estudiantes dependen de ustedes’’.

 

Queridos Aliados: Las armas son urgentes. Hicimos un compromiso. Nosotros hemos cumplido. Ustedes no. Si ustedes han decidido abandonarnos, respondan’’.

 

Están arriesgando a cientos de familias campesinas. Si ustedes no pueden abastecernos nosotros tendremos que. . . desmovilizarnos.

Es su responsabilidad. Nosotros pensamos que ustedes eran sinceros.

 

Todos los grupos están desmoralizados. . . se consideran engañados por el fracaso del envío de armas y dinero según prometieron.

 

Quizás el mensaje de este agente es lo que mejor resume la situación:

Imposible luchar. . . O aumentan los lanzamientos o moriremos. . . Hombres sin armas ni equipo. Dios nos ayude’’

 

Y con todo esto se hizo la Invasión:

Los datos que ofrezco son los obtenidos de los documentos revelados por la CIA

 

Los vuelos sobre Cuba fueron suspendidos el 28 de marzo.

En una reunión con el Presidente el 12 de abril, se decidió que Berle le diría a Miró Cardona que no habría un apoyo abierto de Estados Unidos a la invasión.

El Presidente anunció públicamente que no habría apoyo norteamericano.

 

Los ataques a los tres aeródromos cubanos fueron ejecutados por ocho B-26 el 15 de abril, y se estimó que se había destruido la mitad de la fuerza aérea de Castro sobre la base de una buena fotografía hecha después del ataque. 

 

A fines del 16 de abril, víspera del Día D, fueron cancelados los ataques aéreos destinados a eliminar el resto de la fuerza aérea castrista a la mañana siguiente.

El mensaje llegó al campamento demasiado tarde como para detener las operaciones de desembarco puesto que la decisión de cancelar el ataque aéreo se tomó después del lanzamiento de la fuerza invasora.

 

La flota invasora que se había reunido cerca de la costa sur de Cuba la noche del 16 de abril incluía dos LCI propiedad de la Agencia, un LSD de la Marina norteamericana que llevaba tres LCU y cuatro LCVP, todos ellos precargados de abastecimientos, y siete cargueros comerciales fletados. Todas estas embarcaciones participaron en la fase del asalto, Estas naves fueron armadas con ametralladoras calibre 50. Además, cada LCI montó dos rifles sin retroceso de 77 mm. y siete cargueros comerciales fletados.

 

Además de las armas personales para los soldados, el armamento de combate incluía suficiente número de rifles Browning automáticos, ametralladoras, morteros, rifles sin retroceso, lanzacohetes y lanzallamas. 

También había 5 tanques M-41, 12 camiones pesados, un camión cisterna para combustible de aviación, un tractor grúa, una retro excavadora, dos grandes camiones cisterna de agua y numerosos camiones pequeños y tractores.

 

La brigada invasora comprendía 1,511 hombres, todos ubicados en los barcos de la invasión con la excepción de una compañía de infantería aerotransportada de 177 hombres.

La Brigada incluía cinco compañías de infantería, una compañía de armas pesadas, una compañía de reconocimiento e inteligencia y una patrulla de tanques

 

El desembarco iba a realizarse en tres playas a unas 18 millas una de otra en la Península de Zapata.

El flanco izquierdo de la cabeza de playa era Playa Roja, en la cabeza de la Bahía de Cochinos; en el flanco derecho estaba Playa Verde y en el centro estaba Playa Azul. El terreno que debía capturarse era una franja costera de unas 40 millas de largo, separada del interior por una ciénaga intransitable por la que sólo pasaban tres caminos desde el norte y flanqueada por el este por un camino costero

 

En las primeras horas del 17 de abril, equipos de exiliados cubanos de demolición submarina, cada uno de ellos dirigido por un empleado norteamericano bajo contrato, se dirigió a la costa para marcar las playas Roja y Azul. 

 

Cada uno de estos grupos intercambió fuego con pequeñas fuerzas del enemigo, pero cumplieron sus tareas, y las tropas comenzaron a desplazarse hacia la costa en pequeños botes de aluminio y LCU. 

 

Antes del amanecer, se encontraron con pequeñas fuerzas de milicia en ambas playas. Estas ofrecieron poca oposición y muchos de los milicianos fueron rápidamente capturados.

 

Poco después del amanecer la compañía de infantería aerotransportada fue exitosamente lanzada en paracaídas desde un avión C-46 a cuatro de las cinco zonas programadas, donde sus elementos recibieron la misión de sellar los caminos de acceso.

 

Al amanecer comenzaron los ataques aéreos enemigos que los jefes del proyecto habían querido impedir con el bombardeo al amanecer contra los aeropuertos castristas utilizando los aviones estacionados en Nicaragua. 

La acción de los B-26, los Sea Furies y los jets T-33 resultaron en el hundimiento de un barco de abastecimiento, la encalladura de un transporte y daños a un LCI.

 

El plan para un desembarco en Playa Verde fue cancelado, y estas tropas, con sus tanques y vehículos fueron desembarcadas en Playa Azul. Bajo continuo ataque aéreo, los barcos se retiraron hacia el sur.

 

Los ataques aéreos continuaron durante todo el día.

Los once B-26 de la fuerza exiliada cubana que estaban disponibles para apoyo cercano e interdicción no fueron rivales para los jets T-33. Sin embargo, por los menos cuatro de los otros aviones de Castro fueron derribados por el fuego de las ametralladoras de los barcos, auxiliados por apoyo aéreo amigo.

 

Los primeros ataques terrestres por parte de las fuerzas castristas se produjeron en Playa Roja. \La playa fue asaltada por sucesivas olas de milicias por la mañana, la tarde y la noche del 17 de abril. Mientras duraron las municiones, estos ataques fueron rechazados con grandes pérdidas enemigas y varios tanques castristas fueron detenidos o destruidos por acción terrestre o aérea amiga. En la mañana del 18 de abril, la fuerza de Playa Roja, casi sin municiones, se retiró en buen orden a Playa Azul sin ser presionada por el enemigo.

 

Además de apoyar a las fuerzas terrestres y proteger los barcos el 17 de abril, el B-26 amigo también hundió un barco escolta de patrulla y atacó el aeropuerto de Cienfuegos. Cuatro de los B-26 amigos fueron derribados, mientras tres regresaron indemnes a Nicaragua, y cuatro lograron aterrizar en otras bases amigas.

 

Se hicieron esfuerzos por reabastecer la brigada con municiones lanzadas en paracaídas. En la noche del 17 al 18 de abril, un C-54 hizo un lanzamiento en paracaídas sobre Playa Roja y tres sobre Playa Azul y, a la noche siguiente, Playa Azul recibió otros dos envíos. Los preparativos para el reabastecimiento por mar tuvieron que ser cancelados debido a la acción aérea del enemigo.

 

En Playa Azul los ataques en terreno enemigo, apoyados por la aviación, comenzaron desde tres direcciones la tarde del 18 de abril.

 

Seis B-26 amigos, dos de ellos pilotados por norteamericanos, infligieron fuerte daño a la columna de Castro que subía desde el oeste, usando napalm, bombas, cohetes y fuego de ametralladoras para destruir varios tanques y unos 20 camiones cargados de soldados. 

El apoyo aéreo a las tropas de Playa Azul continuaría hasta la mañana del 19 de abril, cuando tres B-26 amigos, incluyendo a dos pilotados por norteamericanos, fueron derribados por los T-33 de Castro. 

Se esperaba que una cobertura aérea desde el portaaviones de la Marina Essex protegiera la misión del 19 de abril, pero un malentendido sobre el momento de acción destruyó su efectividad.

 

Sin embargo, a pesar de esta acción aérea y a pesar de las 1,800 bajas sufridas por las fuerzas de Castro, la capacidad de la brigada para resistir dependía en última instancia del reabastecimiento de municiones, el cual ahora se había vuelto imposible. 

La noche del 18 de abril, cuando el fracaso parecía inevitable, el comandante de la brigada cubana rechazó una oferta para evacuar a sus tropas.

Y la mañana del 19 de abril, cuando las municiones se agotaban rápidamente, la brigada aún pudo lanzar un inútil contraataque contra las fuerzas que inexorablemente llegaban por el oeste.

 

En las últimas horas de resistencia, el comandante de la brigada envió una serie de concisos y desesperados mensajes al barco comando de la fuerza especial, pidiendo ayuda:

 

‘‘No tenemos municiones y estamos peleando en la playa. Por favor, manden ayuda. No podemos sostenernos’’.

‘‘En el agua. Sin municiones. El enemigo se acerca. La ayuda tiene que llegar en la próxima hora’’.

‘‘¿Cuándo llegará su ayuda y con qué?’’

‘‘¿Por qué no llega la ayuda?’’

 

El último mensaje fue el siguiente: ‘‘Estoy destruyendo todo el equipo y las comunicaciones. Los tanques están a la vista. No tengo nada con qué pelear. Me voy a los bosques. No puedo repetir, no puedo esperar por ustedes’’.

 

Un convoy de evacuación se dirigía a la playa la tarde del 19 de abril. Cuando se supo que la cabeza de playa había caído, el convoy regresó.

 

En los días siguientes dos norteamericanos y un grupo de buzos cubanos rescataron a 26 sobrevivientes de la playa y las islas costeras.

 

Solo EU podía ganar la invasión, dijo la CIA

Según documentos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) hechos públicos recientemente, tres semanas después de la invasión de Bahía de Cochinos el jefe de los paramilitares de la operación concluyó que una acción militar directa por parte de Estados Unidos hubiera sido el único modo de derrocar a Fidel Castro.

 

“En Cuba se ha implantado firmemente un estado policiaco de estilo comunista, que no se va a derrotar con una fuerza inferior a la aplicación manifiesta del poderío militar de Estados Unidos”, dice el coronel de Marina Jack Hawkins en un informe secreto posterior a la acción.

 

No deben hacerse más esfuerzos por desarrollar una resistencia armada interna, o por organizar fuerzas entre los exiliados, excepto en conexión con una intervención planeada y abierta por parte de fuerzas de EE.UU.”, advierte Hawkins en su informe de 48 páginas.

 

Pero el gobierno de Kennedy no prestó atención, y en menos de un año ya estaba realizando la llamada “Operación Mangosta”, otro programa encubierto que contaba fuertemente con los exiliados cubanos, creado para recoger inteligencia y desestabilizar el gobierno de Castro.  Este plan casi inverosímil se siguió planeando y como era el único que los hermanos Kennedy ofrecían y como logro el apoyo del General Eneido Oliva el segundo jefe militar de la invasión se siguió trabajando hasta que viene la crisis de los cohetes y los Kennedy de los dos planes para responder escoge el de Paloma no el de halcones.

 

Otro informe revelado por la CIA:

La copia del informe de Hawkins con fecha 5 de mayo de 1961, titulado Record of Paramilitary Action Against the Castro Government (Constancia de acción paramilitar contra el gobierno de Castro), figura entre las 3,200 páginas de material relacionado con la invasión de Bahía de Cochinos que perdió la clasificación de material secreto en la CIA, mediante el Archivo Nacional de Seguridad, una biblioteca y organización independiente situada en el recinto de la Universidad George Washington, de Washington, D.C.

Entre los documentos hay fotos, archivos de entrenamiento de la Brigada 2506 e instrucciones del Consejo Nacional de Seguridad.

 

En sus conclusiones, Hawkins cita la incompatibilidad que existe entre consideraciones políticas y objetivos militares, y declara que los funcionarios civiles del gobierno no deben tratar de dictar las tácticas de operaciones militares o paramilitares.

Hawkins también afirma que en una operación paramilitar de la Guerra Fría como la de Bahía de Cochinos, había “un conflicto básico entre efectividad militar y consideraciones políticas”. Y que a menos que sea cuestión de supervivencia inmediata, las consideraciones políticas tienden a dominar, con el resultado de que las medidas militares se van restringiendo y subordinando progresivamente.

 

Las experiencias de los años recientes, continúa diciendo Hawkins, indican que imponer restricciones políticas a medidas militares puede acabar por destruir la efectividad de éstas, y el resultado final es el bochorno político unido al fracaso militar y la pérdida de prestigio ante el mundo.

 

Hawkins, de 81 años, está retirado y vive en Virginia, y dijo en una entrevista telefónica el martes que cree que lo que escribió hace 37 años sigue siendo válido. (Esto es de cuando se revelo los documentos) 

 

Creo que yo estaba totalmente en lo cierto, pero por supuesto que no sabía en aquellos días que el gobierno de Kennedy reanudó las operaciones encubiertas con el nombre clave de "Mongoose", dijo. De haberlo sabido, me hubiera sentido bien decepcionado. 

 

Hawkins también concluyó en su informe que los funcionarios civiles del gobierno no deben tratar de dictar tácticas de operaciones militares o paramilitares.

 

Y cita siete restricciones políticas ``significativas'' que se le impusieron a la operación de Bahía de Cochinos, en gran medida a instancias del Departamento de Estado``por cuestiones de atribución'', que según él obstaculizaron la efectividad de la operación.

 

1. El uso de bases en EE.UU. para entrenar fuerzas paramilitares.

2. Usar bases aéreas en EE.UU. para vuelos de suministros de respaldo a las guerrillas y de las fuerzas de asalto cuando éstas desembarcaran.

 

3. Contratar a pilotos norteamericanos para los vuelos de suministros.

4. Usar alguna base en EE.UU. para operaciones tácticas aéreas de respaldo al desembarco anfibio.

5. Usar pilotos norteamericanos contratados en operaciones aéreas tácticas.

6. El uso de aviones tácticos más efectivos que el bombardero B-26.

7. La total aplicación del poder táctico aéreo disponible.

 

Las cancelaciones de último minuto de los ataques aéreos a los aviones tácticos de Castro, cuando las tropas ya estaban frente a las playas listas para desembarcar, condenaron a la operación al fracaso, dice además Hawkins. 

 

No se pueden llevar a cabo operaciones paramilitares efectivas con tarjetas de racionamiento”, afirmó él. Por lo tanto, si las consideraciones políticas llegan al punto de prohibir la aplicación de todas las medidas militares requeridas para lograr un objetivo, no se deben acometer dichas operaciones militares.

 

Ni tampoco, siguió diciendo él, pueden conducirse operaciones paramilitares de magnitud significativa de manera completamente encubierta; el requerimiento de evadir la atribución introduce tremendas complicaciones en el logro de lo que serían de otro modo tareas simples.

 

El informe de Hawkins, lo que no se ha relevado o yo no lo tengo es el de “La historia de cuatro volúmenes de la abortada invasión, escrito por el difunto Jack Pfeiffer, un historiador de la CIA. Dicha crónica mantiene su clasificación secreta.

 

Hay mucha mas historia sobre esto que pudo cambiar nuestra historia y lo que pondré lo que nos costo en vidas este fracaso.

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