CUBA: LA DEUDA ETERNA
Por Pedro Roig, Director Centro Cubano de Estudios Estratégicos
El primer ministro Manuel Marrero Cruz, en su informe a la Asamblea del Poder Popular en su X Legislatura, señaló la necesidad de: “Continuar el proceso de renegociación de la deuda con países estratégicos. Es conocido que tenemos muchas deudas; no obstante, ratificamos nuestro compromiso de saldar nuestras deudas...”.
La noticia es que Marrero sabe que Cuba no tiene divisas disponibles para cumplir con “el estricto compromiso de saldar la deuda”. De hecho, José Luis Rodríguez, ministro de Economía desde 1995 hasta 2009 y actual vicepresidente del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, señaló que Cuba no tiene capacidad para pagar la deuda internacional que afecta a numerosos países y es de aproximadamente 30 mil millones de dólares.
La política de “default” (no pago) tiene un largo historial. Ejemplo: En el 2012, luego de una larga renegociación, Cuba firmó un acuerdo con Japón para pagar la deuda de $1,400 millones. Once años más tarde (2023), Japón no ha recibido un centavo del pago acordado.
En el 2019, China perdonó a Cuba más de 5 mil millones de dólares y continuó otorgando préstamos a cambio de pagos parciales. (Para China es muy importante cobrar). Cuba no pagó y la deuda actual asciende a la cifra de $4,600 millones de dólares (2022).
En el 2015, la oligarquía militar de Cuba inició una renegociación de $11 mil millones de su deuda con el Club de París. (Que presta dinero de los bolsillos de los ciudadanos de los países miembros). El Club de París acordó perdonarle a Cuba $8,500 millones de dólares.
El pago de los $2.5 millones restantes se haría en 18 años. Un año más tarde Cuba dejó de pagar. Y desde entonces no ha pagado un centavo al Club de París (2023).
El problema es que Cuba no le puede pagar ni al Club de París ni a nadie porque la economía de Cuba sufre un colapso sistémico. La fracasada Revolución no genera las necesarias divisas para superar la quiebra financiera. Cuba no tiene crédito en la Banca Internacional porque no paga. La bancarrota es profunda y total. Mientras Cuba siga aferrada a la obsoleta ideología marxista seguirá siendo uno de los países más pobres del mundo.
Es evidente que, en febrero del 2024, la economía de Cuba comunista está en un serio problema financiero. Con el colapso de la industria turística, que no alcanzó los 2.5 millones de visitantes, la galopante inflación de un 300%, la falta de divisas para comprar el 80% de los alimentos, “apagones” que promedian de 8 a 10 horas diarias por falta de combustible y sin crédito bancario, la dictadura militar enfrenta su más peligrosa vulnerabilidad en la historia de la Revolución. ¡La deuda eterna le está mordiendo el cuello!
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