Un día como hoy, junio 5, en nuestra lucha contra el castrismo.
Dedicado a aquellos que dicen que en Cuba no se combatió el comunismo.
Comparta estas efemérides. Gracias.
PROHIBIDO OLVIDAR.
1959
En la capital de Haití fueron objeto de un atentado, el embajador de Cuba, Antonio Rodríguez Echezábal y el presidente de la Caja de Retiro Azucarero, Celestino Fernández Suárez. Resultaron ilesos milagrosamente, aunque el auto en que viajaban recibió mas de cincuenta perforaciones.
1962
Herminio Betancourt Alfonso, natural de Artemisa es fusilado en Pinar del Río. Debido a la persecución de que era objeto por sus actividades en contra del régimen se vió precisado a unirse a la guerrilla Machete Robaina que operaba en la Sierra de los Órganos, Pinar del Río. Tenía 23 años de edad.
1964
El guerrillero trinitario Evelio Ureta “El Charro” muere en combate en el Escambray, Las Villas
1976
Atentan con explosivos contra el edificio de la delegación cubana ante Naciones Unidas. El edificio sufrió serveros daños.
1978
El opositor Luís Tápanes es asesinado en Quivicán, LH.
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Asesinatos y desapariciones (Segunda parte)
I. Ejecuciones por pelotón de fusilamiento por intentar huir de Cuba
Archivo Cuba ha documentado hasta la fecha 29 ejecuciones por fusilamiento de personas que intentaron huir de Cuba o ingresaron al territorio nacional intentando rescatar familiares. Sus sentencias de muerte fueron dictadas por tribunales revolucionarios sin las debidas garantías procesales. Algunos llevaban armas y algunas incluso mataron a guardias armados, pero la mayoría no incurrió en actos violentos.
Julio Casielles Amigó, William Le Santé Nacer, de 36 años, y Luis Méndez Pérez, de 34 años, fueron capturados cuando intentaban salir de Cuba en una embarcación y fusilados el 18 de enero de 1961, menos de veinticuatro horas después de un juicio de un día en el que no se presentaron pruebas. Los tres compañeros de trabajo fueron condenados a muerte sobre la base de una carta firmada por trescientos miembros de su sindicato que solo decía que eran capaces de haber perpetrado el atentado con bomba (sabotaje) del 30 de noviembre de 1960 en una planta de servicios eléctricos.
José Durado, Antonio González y Pablo Rodríguez, tres ministros protestantes, fueron fusilados por haber salido de Cuba “ilegalmente” con un grupo el 13 de agosto de 1963. Habiendo llegado al Cayo Anguilla de las Bahamas, dos lanchas patrulleras de la Marina de Cuba allanaron el cayo y llevaron al grupo de vuelta a La Habana, donde fueron fusilados los tres ministros.
Juan Lima Sotelo, de 28 años, se había infiltrado en Cuba con dos amigos, Víctor Vargas Rodríguez y Juan Sánchez Ruano, con la intención de recoger a su novia. Fueron sorprendidos por una embarcación cubana en Cayo Sal, al norte de Cuba, y los guardafronteras les dispararon con fusiles automáticos. Sánchez murió. Lima y Vargas fueron capturados y fusilados el 2 de septiembre de 1963. Juan Sánchez Perdomo, el pescador que era su Juan Lima Sotelo contacto dentro de Cuba, fue condenado a 30 años de prisión y murió preso de un infarto. José Pérez Hernández también fue condenado a 30 años de prisión y liberado después de 12 años.
Sergio Armas Ayala, Miguel Conde Green y Abel Calante Boronat, de 22 años, fueron ejecutados el 2 de noviembre de 1964 por intentar secuestrar la embarcación Tres hermanos en Nueva Gerona, Isla de Pinos, para escapar de Cuba. Fueron condenados a muerte por un tribunal revolucionario por matar al capitán del barco, aunque se reportó que éste había llegado herido al hospital y había sido asesinado por las autoridades para usar el caso para asustar a la gente de Isla de Pinos. El juicio se llevó a cabo con mucha publicidad para crear terror y otros “conspiradores” fueron condenados a prisión en dicho proceso.
Los hermanos Ventura, Cipriano y Eugenio García Marín, de 19, 21 y 25 años respectivamente, fueron fusilados el 2 de enero de 1981 por pedir asilo en la Nunciatura (embajada del Vaticano) en La Habana. De origen socioeconómico muy humilde, eran Testigos de Jehová, que han sido perseguidos ferozmente en la Cuba comunista. Habían recibido advertencias de su inminente arresto y al menos uno había estado en prisión por practicar su fe. El 9 de diciembre de 1980, con otros dos hombres y tres mujeres, forzaron una puerta de la embajada y pidieron asilo. Horas después, el nuncio, el embajador Giulio Einaudi, autorizó un allanamiento por Tropas Especiales de Cuba. Todos fueron capturados y juzgados sumariamente. Los hermanos fueron condenados a muerte por presuntamente matar al mayordomo de la embajada con una pistola, pero insistieron haber estado desarmados, lo que luego se confirmó con otras fuentes. Se reportó que una investigación posterior por defensores de derechos humanos en Cuba había revelado que el mayordomo muerto en el allanamiento era un agente de la Inteligencia cubana que había fingido sus heridas con sangre falsa. La madre de los hermanos fue condenada a 20 años de prisión, junto con otros familiares, por ayudar al grupo, y los demás participantes en la toma de la embajada fueron condenados a 15 a 25 años de prisión.
Lorenzo Copello, Bárbaro Sevilla & Jorge Martínez
Lorenzo Copello Castillo, de 33 años, Bárbaro Sevilla García, de 22 años, y Jorge Martínez Isaac, de 40 años, fueron fusilados el 11 de abril de 2003 por “actos de terrorismo” nueve días después de secuestrar el transbordador de Baraguá que navegaba en la Bahía de La Habana y tomar a sus pasajeros de rehenes. Armados con una pistola y varios cuchillos, planeaban llevarlo a Estados Unidos para solicitar asilo. El transbordador se quedó sin combustible en alta mar y las lanchas patrulleras de la Guardia Costera cubana persuadieron a los secuestradores a remolcarlo de regreso a Cuba con el fin de repostarlo. En cambio, al regresar, fueron capturados, juzgados sumariamente y condenados a muerte a pesar de no haber causado lesiones a los pasajeros ni daños a la embarcación. Mientras esperaban la apelación de su sentencia, a las 5 de la mañana se le notificó a sus familias que ya habían sido fusilados y que fueran al cementerio para el entierro. Ocho amigos o familiares acusados de participar del secuestro fueron condenados a diversas penas de prisión y cinco jóvenes siguen cumpliendo cadena perpetua o 30 años de prisión en condiciones infrahumanas (fotos abajo).
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II. Masacres, ejecuciones extrajudiciales, de civiles intentando escapar por mar
El gobierno revolucionario comenzó a asesinar civiles intentando huir del país inmediatamente después de asumir el poder el 1ro de enero de 1959. Solo seis días después, Remberto Brausen fue asesinado por embarcaciones de la Armada cubana cuando nadaba hacia la Base Naval de Guantánamo de los Estados Unidos para solicitar asilo. Muchos casos similares han ocurrido desde entonces. Hasta la fecha, Archivo Cuba ha documentado 169 ejecuciones extrajudiciales y 24 desapariciones forzadas en intentos de salida “ilegal.” Muchas más víctimas vinculadas a estos casos no se han podido documentar por faltar suficientes datos. Miles más han desaparecido en el mar intentando huir; se desconoce si agentes del Estado han intervinido en dichas desapariciones, pero se piensa que sería el caso en algunos, sino muchos. Por esta razón, preservar los archivos del Estado, especialmente de los servicios Guarda Fronteras, es importante.
A continuación, se reseñan varias masacres de civiles en intentos de salida por mar.
Masacre de Barlovento, 1962: 5 muertos
Guan Xi Lui, Lee Suey Chuy, Fernando Gil García, Yak Kim Pan y Amalia Cora Corzo fueron asesinados el 15 de enero de 1962 cuando una lancha patrullera de la Marina de Cuba abrió fuego con ametralladoras contra el yate Pretexto, que se utilizado para alquilar a turistas extranjeros, en el que habían salido desde la marina de Barlovento (ahora Hemingway), al norte de La Habana. El grupo había sido infiltrado por un espía y las autoridades lo estaban esperando. De los 29 a bordo, 5 fueron asesinados y 14 supervivientes fueron condenados a veinte años de prisión.
La familia Prendes, 1964: 4 muertos
Mercedes Prendes López, de 29 años, y sus hijos Porfirio Rivero Prendes, de 3 años, y Marita Rivero Prendes, de 5 años, así como un amigo de nombre desconocido, fueron asesinados el 27 de marzo de 1964 cuando guardias fronterizos cubanos dispararon con ametralladoras a unas 5 millas de la costa contra la embarcación que habían robado del antiguo Club Náutico de Miramar. Un informante había revelado el plan de escape. La madre buscaba reunirse con su esposo, el padre de los niños, que se había marchado al exilio. Sobrevivió una hija de 7 años.
Masacre de Banes, 1964: 6 muertos
Idalia Fernández Gago, de 1 año, Emilio Tribons Batule, Gaspar Pulido, Odalys Anzardo, Carmen Amelia Batule, de 4 años, e Isaac Batule, de 5 años, fueron asesinados por guardias fronterizos cubanos cuando intentaban salir por mar desde la playa de Banes el 9 de abril de 1964.
Masacre de la familia Lazo, 1971: 4 muertos
En 1971, la balsa en la que intentaban huir una madre, un padre y tres niños fue embestida y hundida por el barco de la Guardia Costera cubana a pesar de las súplicas de los padres. La madre llegó a la orilla devorada por tiburones y los restos de los tres niños no se encontraron; se desconocen sus nombres. El padre, Alberto Lazo Pastrana, logró nadar hasta la orilla y sobrevivió; fue condenado a dieciocho años de prisión, donde murió en 1978 de una misteriosa enfermedad sin recibir atención médica.
Alberto Lazo
Masacre del río Canimar, 1980: alrededor de 56 muertos
Se había inaugurado recientemente un servicio turístico en la embarcación XX Aniversario para navegar por el pintoresco río Canimar que desemboca en la Bahía de Matanza cuando el 6 de julio de 1980 fue secuestrado por tres jóvenes que buscaban escapar a Estados Unidos: Roberto Calveiro, de 16 años, y los hermanos Silvio y Sergio Aguila, de 18 y 19 años respectivamente. Sergio había sacado varias armas de fuego de su servicio militar obligatorio. Cuando los tres tomaron el control de la embarcación y gritaron “¡A Miami!”, los sorprendidos pasajeros gritaron en aprobación. Un guardia de seguridad vestido de civil sacó su arma y Sergio disparó y lo hirió. Preocupados por su salud, lo subieron a un pequeño bote y lo enviaron de regreso a la orilla con un pasajero que se negaba a irse. Alertadas las autoridades, ordenaron a dos lanchas patrulleras de alta velocidad de la Marina cubana que impidieran la fuga y ésta abrió fuego contra la embarcación, que se dirigía a mar abierto, matando e hiriendo a pasajeros. Luego, un avión de la Fuerza Aérea Cubana la sobrevoló y, a pesar de que los padres sostenían a los niños en el aire, abrió fuego dejando más muertos y heridos. Luego, un bote enorme utilizado para trabajos industriales pesados embestió y hundió al XX Aniversario y también disparó contra los pasajeros sobrevivientes en el agua. Sergio se encerró en la cabaña y se suicidó. Silvio y Roberto fueron condenados a treinta años de prisión y liberados al exilio en España después de soportar años de torturas y aislamiento. El número de víctimas se mantuvo en secreto, los cuerpos recuperados no fueron entregados a las familias y se prohibieron los funerales comunales. Se estima que hubo al menos 56 muertos, incluidos cuatro niños: Lilian González, de 3 años, Delio Gómez, de 17 años, Marisol Martínez, de 17 años, Osmany Rosales, de 9 años, y Marisel San Juan, de 11 años. Solo se conocen los nombres de otros seis pasajeros: Onelia Quintana, Mirta de Armas, Juan Domínguez, Luis
Espinosa, Primitivo Pulgarón, Vicente Fleitas y José San Juan. *Ver un
Vicente Fleitas informe más detallado en CubaArchive.org: Proyecto Verdad y Memoria: Informes.
Masacre del remolcador del 13 de julio de 1994: 37 muertos
El 13 de julio de 1994, un grupo de alrededor de 70 familiares y amigos, incluidos muchos niños, abordaron el remolcador 13 de marzo en medio de la noche con la esperanza de escapar a los Estados Unidos. Saliendo del puerto de La Habana, tres remolcadores que los esperaban en la oscuridad comenzaron su persecución. Les echaban chorros de agua a alta presión, arrancando a los niños de los brazos de sus padres y arrastrando a varios pasajeros al mar. Finalmente, uno de los remolcadores atacantes embistió al 13 de marzo y lo hizo hundir. Los pasajeros que se habían refugiado en la bodega de carga no podían salir y golpeaban desesperadamente contra las paredes; los niños gemían horrorizados mientras se hundía la embarcación. Los sobrevivientes se aferraron a restos del barco en alta mar mientras los tres remolcadores que los perseguían creaban turbulentas olas para ahogarlos. El ataque se detuvo repentinamente cuando un barco mercante con bandera griega se acercó al puerto de La Habana y barcos de la Armada cubana procedieron a recoger a los sobrevivientes. Las mujeres y los niños, en estado atónito, fueron interrogados y enviados a casa. Los hombres fueron presos durante meses y forzados a tomar drogas psicotrópicas. Ninguno de los cuerpos de las 37 víctimas fue devuelto a sus familias para su sepultura, 8 eran niños (menores de 18 años). A los sobrevivientes y familiares de los fallecidos se les negó información y se les puso bajo vigilancia. Muchos fueron despedidos de sus trabajos y hostigados sistemáticamente por las autoridades.
Eventualmente, la mayoría de los sobrevivientes se exilió en el extranjero. (Ver informe más detallado en
CubaArchive.org: Proyecto Verdad y Memoria: Informes.)
Masacre de La Talía, 2011: 1 muerto y 17 desaparecidos forzosamente, presumiblemente muertos Wilfredo Peña Leyva, Ariel García Fernández, de 42 años, Francisco Santos Pérez y otras trece personas cuyos nombres se desconocen salieron desde Playa Buenavista, Isla de Pinos, en la madrugada del 1 de febrero de 2011 a bordo de la embarcación La Talía. Según el padre de uno de los desaparecidos, guardias fronterizos cubanos detectaron la embarcación cerca de la costa de Pinar del Río 24 días después con el cuerpo a bordo de Wilfredo Peña Leyva acribillado a balazos. Familiares de al menos uno de los desaparecidos, Ariel García Fernández, denunciaron el hecho ante las autoridades cubanas, sin éxito. Solo se conocen los nombres de tres víctimas.
Masacre de Bahía Honda, 2022: 7 muertos
El 28 de octubre de 2022, un bote que transportaba a 28 civiles desarmados fue embestido y hundido por la Guardia Costera cubana frente a las costas de Bahía
Honda, provincia de Artemisa, Cuba, para evitar que salieran del país. Siete
Ariel García Fernández pasajeros murieron, incluido una niñita: Nathali Acosta Lemus, Israel Gómez, de 29 años, Aimara Meizoso León, Elizabeth Meizoso, de 2 años, Yerandy García Meizoso, Indira Serrano Cala, de 18 años, y Omar Reyes Valdés. Los sobrevivientes, incluida la madre de la niña fallecida, informaron que las autoridades los amenazaron, hundieron deliberadamente la embarcación y demoraron el rescate de los sobrevivientes en el agua. Las autoridades amenazaron a los sobrevivientes y familiares de las víctimas e incluso detuvieron a algunos para intentar obligarlos a cambiar su testimonio y permanecer en silencio. La comunidad mundial ha permanecido en silencio.
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