Un día como hoy, marzo 22, en nuestra lucha contra el castrismo.

Un día como hoy, marzo 22, en nuestra lucha contra el castrismo.

Dedicado a aquellos que dicen que en Cuba no se combatió el comunismo.

Comparta estas efemérides. Gracias.

PROHIBIDO OLVIDAR.

1960

Incendiados los campos de cañas de las fincas "Miranda", "Apodaca", "Santo Angel", "Retiro", "Dagamen", "Melones", "San Antonio" "San Guillermo", "Santa Teresa", "Caimital", "Santa Angelica", "San Armando", Barias", Palmarito", "San Severo", "Triunfana” “San Pablo", todas en la provincia de Matanzas.

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1961

Eliobel González Granadillo muere en combate en la finca La Nueva, Escambray, Las Villas.

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Un Tribunal castrista de la Fortaleza de la Cabaña, en la causa 81 de 1961, sancionó a 10 años de prisión por un delito contra los poderes del estado a Hugo Esquell Abraham.

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Un Tribunal castrista de la Fortaleza de la Cabaña, en la causa 95 de 1961, sancionó a 10 años de prisión por un delito contra los poderes del estado a Miguel Soler Fernández.

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Muerto a tiros el miliciano Alfredo Eliel González González, durante el turno de vigilancia en los campos de canas en la colonia "La Nueva", en Santa Clara, provincia de Las Villas.

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Un avión sin identificar arrojó proclamas contra el régimen comunista de los hermanos Castro, sobre la ciudad de Sagua la Grande y Santo Domingo, ambas en la provincia de Las Villas.

1962

 Celestino Anagasil Caso es fusilado en Candelaria, Pinar del Río.

1963

El jefe de guerrilla anticomunista Juan José Cátala Coste "Pichi", Francisco Cabrera Rivero, Jesús Bringas Débora (de 17 años), Felipe Junco Rodríguez, Cayetano Roberto Abreu Borges, Roberto Quintero Villalonga, Juan Andrés Enriquez Quintero y otros mueren en combate en la finca Ibarra, al norte de Bolondrón, provincia de Matanzas en la casa de la familia Junco, donde tres grupos rebeldes habían ido a una reunión. No hubo sobrevivientes pues la guerrilla estaba oculta en un subterráneo dentro de la casa y según iban saliendo fueron asesinados por los comunistas. La ubicación fue delatada por un infiltrado que se hacía pasar por guerrillero. Todos los rebeldes fueron muertos o heridos y capturados. Posteriormente fueron ejecutados dos de los hermanos Junco, Tomás y Jesús y otro, Severo, cumplió 30 años de prisión. Jesús había perdido una de sus piernas durante un combate y fue fusilado con muletas. El padre fue enviado a prisión en Pinar del Río. El infiltrado ha sido informado inconsistentemente como El Pipero de Ceiba Mocha, Celaje, y Héctor Domínguez.

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Benigno Quintero muere en combate en la finca La Julia de Matanzas.      

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Luis León es acusado de incendiar campos de caña y es fusilado en Limonar, Matanzas.

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José Moreno muere en combate en Matanzas.

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1964

José Fernández Fernández es asesinado durante los interrogatorios en el G2 de La Habana.

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El opositor Osvaldo Rodríguez es asesinado en Regla, La Habana.

1965

 El opositor Ramón Cruz Sarmiento es asesinado en Holguín.

1967

 El Dr. Mario Robau Cartaya, exrepresentante a la Cámara por Las Villas y preso político muere sin asistencia médica en la prisión del Castillo del Príncipe, La Habana.

1972

Miguel Pérez Verdecia y Rafael Rivero León son fusilados en Santa Clara, LV.

1991

El opositor Carlos Fernández Pérez es asesinado en el G2 de Guantánamo durante los interrogatiorios.

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LA “OBEDIENCIA INDEBIDA” DE UN PILOTO CUBANO

POR CUBA SIGLO 21 | 09/17/24

El caso del piloto de MIG que participó en el derribo de dos avionetas civiles de Hermanos al Rescate en 1996, y ahora emigró a Estados Unidos, ha puesto de nuevo el tema sobre el tapete.

Cuba Siglo 21 quiere establecerlo con toda claridad: la comunidad internacional no reconoce la llamada “obediencia debida” a mandos superiores como justificación para cometer asesinatos a mansalva, premeditados y con alevosía. Esos fueron los actos cometidos en 1994 contra familias cubanas desarmadas que intentaban migrar a bordo del remolcador 13 de Marzo, y el ejecutado en 1996 contra civiles que volaban sobre aguas internacionales a bordo de avionetas desarmadas.

Tanto el remolcador como las avionetas de Hermanos al Rescate fueron emboscados con premeditación y alevosía a partir de información de inteligencia previamente suministrada al gobierno cubano por sus agentes e informantes. No fueron acciones de guerra, sino homicidios planificados. Ambos hechos constituyen crímenes de lesa humanidad que no caducan.

Nadie que haya participado en la ejecución de esos crímenes puede alegar inocencia enarbolando la manida frase de “cumplía órdenes”.  Todos los que iban a bordo de las naves que embistieron al remolcador y los que tripulaban la escuadrilla de MIGs que despegó de San Antonio, salieron ese día dispuestos a matar.

La grabación de las comunicaciones del piloto del MIG (codificado con el # 22) informando que tenía a tiro la tercera avioneta e insistiendo en que le dieran instrucciones para proceder a su derribo, no deja duda de las intenciones en aquella mañana del migrante que ahora vive apaciblemente en Jacksonville, Florida.

Desde el punto de vista de Cuba Siglo 21 esto rebasa el tema migratorio. El asunto no es si se deporta o no a ese piloto por no haber dado toda la información en su entrevista de solicitud de parole. Él fue parte del grupo que despegó para ejecutar el asesinato de los tripulantes y pasajeros de aquellas avionetas: tres de ellos ciudadanos estadounidenses y el otro residente en EE. UU. Como mínimo, debe ser interrogado sobre aquellos hechos.

La Fiscalía de la Florida -más que Inmigración- debe entonces decidir si procede o no de algún modo contra él por haber participado en el grupo de pilotos a quienes se les encomendó que realizaran el asesinato premeditado de esos ciudadanos, en violación de los códigos internacionales de la aviación civil.

No se trata de intolerancia, venganza o rencor. Ni siquiera de “ajustar cuentas” a ese piloto. Lo que en realidad urge llevar a juicio en este caso es el concepto mismo de “obediencia debida” a órdenes criminales que casi sin excepción enarbolan los violadores de derechos humanos en Cuba, Venezuela, Nicaragua y otros regímenes similares.

Llevar a la justicia a los perpetradores de hechos tan repugnantes como estos constituye una acción disuasiva para contribuir a que no se cometan otros. Particularmente ahora que esos regímenes amenazan con realizar nuevas acciones criminales dentro de sus países e incluso más allá de sus fronteras.