miércoles, 7 de octubre de 2009

LOS TRABAJADORES: SEVERO GASTO PARA EL ESTADO





Periodista independiente. laritzadiversent@yahoo.es


Ver todo los articulos de Laritza Diversent Calvario, La Habana, 1 de octubre de 2009, (PD) La eliminación de subsidios y gratuidades como una de las medidas anunciadas por Raúl Castro, en sus últimos discursos, para estabilizar la economía, se hace realidad. Los comedores obreros, a partir del 1ro de octubre, desaparecerán en cuatro ministerios.

La medida no toma por sorpresa a los trabajadores cubanos. Desde hace tiempo se comentaba en la calle. -¡No habrá almuerzo y en su lugar pagarán 15 pesos moneda nacional (MN) diarios!- Unos 0.60 centavos en moneda libremente convertible (CUC). Algunos estaban incrédulos, otros ansiosos. Lo cierto es que, el rumor, tuvo buena acogida.

Incluso, para demostrar que en Cuba hay libertad de opinión y expresión, y dar cumplimiento a las palabras de Castro cuando dijo que “todo el mundo está obligado a pensar y a contribuir a la solución de los problemas del país”, Granma publicó el 4 de septiembre en la sección “Cartas a la Dirección” una misiva firmada a nombre de I. Évora Capote, que abordaba parte del asunto.

En su momento me parecieron válidos los argumentos de este lector o lectora, que acertadamente apreciaba, como el principal problema del país, los bajos salarios. Reconocía que en las actuales condiciones, cuando se analizaba como resolver una necesidad, no se pensaba en cómo trabajar más y mejor, sino en ‘resolver’ mediante acciones ilegales.

En esa ocasión aconsejaba, como uno de los remedios para revertir tal situación, la eliminación de los comedores obreros. Con toda razón, afirmó que estos centros, empleaban gran cantidad de trabajadores, que laboran solo varias horas y utilizan miles de locales, vehículos, equipos de refrigeración, cocción de alimentos, etc. Aseguró además que la calidad de los mismos era deficiente.

Parece ser que la idea de Évora fue tomada en serio y el rumor se convirtió en realidad. Sin embargo, los argumentos que aportó, para fundamentar la medida y mejorar los problemas económicos país, no fueron los mismos que dio Marino Murillo Jorge, Vicepresidente del Consejo de Ministro y Titular de Economía y Planificación, al mismo diario.

Muchas justificaciones para implantar la medida: altos precios de los alimentos en el mercado internacional y la infinidad de subsidios y gratuidades en que incurría al Estado. Según datos aportados, más de 3 millones de personas acudían, en cada jornada laboral, a 24 700 comedores en todo el país. La erogación de tal servicio sobrepasaba los 350 millones de dólares.

El almuerzo de los trabajadores cubanos es fuertemente subsidiado por el gobierno, y entonces, quien es el responsable por los bajos salarios. No, no es mala administración. Entonces ¿De quién es la culpa, de que en junio de 2008 se detectara en la mayoría de los comedores del país, un exceso de inventario en 20 000 toneladas de arroz, 7000 de frijoles, 5000 de aceite, valorado en 35 millones de dólares?

¿Quién responde por la falta de control sobre los recursos y el desvió de estos al mercado negro? Evidentemente los trabajadores. Los comedores no dejarán de existir. Ahora estos centros pasaran a las empresas gastronómicas que ofrecerán el servicio a precios no subsidiados. Es decir, más caros.

Resulta ser que, un cubano que acude a un comedor obrero y adquiere la canasta básica, recibe el 64 % del consumo nutricional diario de manera subsidiada. ¿No es esto una exageración?

La eliminación de estos comedores es para “liberar al país de una carga que no puede ni está en condiciones de llevar”. No obstante, el Estado asume la obligación de pagar un estipendio diario, para almorzar en los centros gastronómicos de su propiedad.

Estipendio que en muchos casos superará el pago por la fuerza de trabajo de un obrero, en una jornada. ¿No esto igualmente una carga? Hay que eliminar subsidios y gratuidades. No importan los bajos salarios de los trabajadores cubanos. Estos seguirán siendo “un severo gasto para el Estado”.

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