lunes, 15 de febrero de 2010

Australia condena a cinco terroristas a penas de hasta 28 años de cárcel



15 de febrero de 2010, 04:14 AM

Mónica Garriga

Sídney (Australia), 15 feb (EFE).- Cinco musulmanes australianos fueron sentenciados hoy a penas de entre 23 y 28 años de prisión por planear ataques terroristas en Australia, incluido uno contra un reactor nuclear, por las guerras en Afganistán e Irak.

Los condenados reaccionaron con sonrisas al pronunciamiento de la sentencia en una sala de la Corte Suprema del estado de Nueva Gales del Sur.

"Aunque no estoy completamente seguro de que los acusados intentaron asesinar directamente, está claro que la posición fanática y radical que cada uno de ellos mantiene contempla la posibilidad de la pérdida de vidas humanas", leyó el juez Anthony Whealy.

El magistrado destacó que ninguno de los reos, de edades comprendidas entre los 25 y 44 años, ha mostrado signos de arrepentimiento por sus actos ni ha renunciado a su radicalismo.

Por estas razones, el juez expresó su dudas en que los programas de rehabilitación fuesen a funcionar con ellos.

Whealy apuntó que los imputados urdieron actos terroristas con la intención última de lograr un impacto fulminante en el Gobierno y la población.

Añadió el juez que los atentados planeados "son también un símbolo de su propio odio y frustración por lo que ellos consideran una actitud injusta de los australianos hacia los musulmanes".

Esa injusticia sería la participación de Australia en las operaciones militares capitaneadas por Estados Unidos en Afganistán e Irak.

Durante el juicio, el más largo de los celebrados en Nueva Gales del Sur y uno de los más caros de la historia australiana, quedó probado que los condenados almacenaron armamento y material explosivo con la intención de dejar su impronta en Australia, motivados por "una convicción religiosa intolerante e inflexible", según el juez.

La detención del grupo se practicó a finales de 2005 gracias a las sospechas de varios dueños de comercios de armas y productos químicos donde adquirieron materiales.

Según los fiscales, uno de los condenados pasó una temporada en un campamento de entrenamiento en Pakistán del grupo Lashkar-e-Taiba y, con los conocimientos aprendidos, abrió un centro similar en Nueva Gales del Sur en el que formaba a sus compañeros.

La Policía descubrió en las casas en las que vivían en Sídney instrucciones para montar bombas y propaganda radical, así como imágenes de los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos y vídeos de decapitaciones.

Whealy señaló hoy que los vídeos eran tan "gráficos y brutales" que ningún ser humano "civilizado" sería capaz de verlos sin sufrir trastornos.

Durante el juicio, en el que han comparecido más de 300 testigos, la acusación pública aportó extractos de una conversación telefónica en la que uno de los acusados afirmaba que la "yihad" (guerra santa) es una obligación para todos los musulmanes y que Alá les abrirá las puertas del paraíso cómo mártires.

Uno de sus objetivos era al parecer la central nuclear de Lucas Height, a las afueras de Sídney, pero nunca llegaron a fijar un blanco claro.

El pasado octubre, el Supremo le declaró culpables de conspiración para cometer una matanza.

La sentencia pronunciad hoy pone fin al mayor juicio por terrorismo de la historia de Australia, país que nunca ha sufrido un ataque en su territorio, pero que sus ciudadanos e intereses nacionales sí han sido objetivo de ataques en el extranjero.

El más grave fue el perpetrado en la turística isla de Bali, en Indonesia, el 12 de octubre de 2002 y que mató a 202 personas, entre ellas 88 australianos. EFE

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