lunes, 29 de marzo de 2010

Cuidado, Dios nos puede olvidar


Por Froilán Osmany Rodríguez Sánchez

Coordinador con Cuba del CDHD Brigada 2506 y Delegado de la CAPPF (Miami)

Con preocupante atención he seguido los acontecimientos de los últimos días en Cuba.

La honrosa muerte de Zapata, los ayunos que en prisión llevan adelante algunos prisioneros de conciencia, el rechazo total de ingestión de nutrientes de Guillermo (El Coco) Fariñas, las protestas de las Damas de Blanco en la Habana.

Con igual preocupación observo, minuto a minuto, la reacción del salvajismo gubernamental cubano, y sus oleadas de ataques contra quienes manifiestan su descontento, o simplemente, les desobedecen.

Corren tiempos difíciles en mi amada tierra, muy difíciles, especialmente difíciles para quienes, cansados del ostracismo, de la mentira obligada y de la obediencia servil, ¡deciden romper con ello!

Todos estos acontecimientos obligan mis comentarios.

Conocí a Zapata en el Parque Central de la Habana, cuando muy sabiamente, convirtió las “Peñas beisboleras”, en Focos de Rebeldía y del clamor de libertades conculcadas, para él y su señora madre mi admiración y respeto perpetuo.

Asistí como miembro de la Comisión de Atención a los Presos Políticos y sus Familiares (CAPPF), a las esposas, hijos y padres de varios camaradas disidentes encarcelados, y que hoy ayunan también, como fue el caso de Nelson Molinet Espino, otro de nuestros "Maceos" del siglo XXI.

También al Coco Fariñas, en los Seminarios de Periodismo que el impartió, en los primeros años del pasado descenio, y a los que asistiéramos en calidad de pupilos, por el, por el, una vez más, me quito el sombrero.

Unas obligadas letras para Darsi Ferrer, ese joven de hablar despacio, de actitud mesurada, pero inquebrantable voluntad.

Con Darsi, Fariñas, Zapatas y algunos otros, "La Bestia" troco sus pronósticos.

Sucede que el totalitarismo apoderado de Cuba, ha descargado con desmedida saña, su accionar represivo contra quien se le aparte, o peor aún, ¡enfrente!

Han aplicado durante algo más de medio siglo ya, cual experiencia acumulada en materia de sometimiento legislado, de ideas amordazadas, de muerte lenta y despiadada.

Porque el fusilamiento les ha resultado ciertamente estéril, no consiguieron matar las ideas. Por cada asesinado, han surgido dos, tres, o más, dispuestos a seguir a los inmolados. Su favorita opción es el desgaste, la destrucción por largos años de oscuro encierro, provocando la muerte física y mental por desgaste, o por enfermedades inducidas.

De ello tenemos el reciente ejemplo de Ariel Sigler Amaya, solo hay que ver las imágenes de quien fuera antes de entrar a encierro perpetuo, tremendamente contrastante al apreciado durante los funerales de su ¡Honrosa Madre!

Con algunos pudiera funcionar, pero, por suerte, no con todos.

Aquí tenemos los casos citados, ¡que no son los únicos! ¿Y qué decir de Las Damas de Blanco?

Laura Pollan, Bertha Soler, Dolia Leal y muchísimas otras, saturan de dignidad y heroísmo las calles de la Habana.

Por suerte o por designio, el barbarismo cubano ha tocado fondo, Zapata se inmolo para que el mundo rompiera con la indiferencia, con la complicidad. ¿Hoy mi pregunta es, será que la soberbia continuara enseñoreándose? ¿Sera que el cinismo continuara reinando?

Hasta cuando “el mal” continuara imponiéndosenos como “el Bien”.

¡Cerremos filas hermanos, cerremos filas mundo, o Dios se olvidara de nosotros! Nuestra irreverencia pudiera agotar, su paciencia también.

Publicado por Carmen Ferreiro en 9:55 p.m.

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